Hace 20 años, si bien
Internet estaba en pleno auge, no tenía la popularidad de hoy. Por ejemplo yo
comenzaba recién en abril a estudiarlo. Desde ese otoño 2000, nuevo milenio,
tiempo después del famoso miedo al efecto 2000, pasaron dos décadas, rápidas, que
se devoraron todo como pasa con tantas cosas. Pero vale la pena en este espacio
de curiosidades recordar y rescatar esos primeros viejos buenos tiempos.
Primero y principal, el
entrar a Internet nada tenía que ver con la facilidad y practicidad actual. Era
toda una ceremonia: escribir usuario y contraseña del proveedor, clic en un
iconito que arrancaba un largo tiempo de conexión con el famoso ruido casi
industrial. Y tras casi dos minutos, si no había nada de última, ya se navegaba
pero había que tener cuidado con el tiempo, ya que en ese entonces la tarifa
era por minuto y bien cara, debido a que se establecía como línea telefónica,
nada de fibra óptica ni mucho menos. Recuerdo que mi compañero de periodismo en
TEA Pablo Aro Geraldes me contó que se metió en la FIFA, que está en Suiza,
entonces le pregunté "¿qué, llamaste por teléfono a Suiza?".
Para que la tarifa
telefónica, un pícaro 0 600 de la época, no infartara de una sorpresa, el
usuario debía estar un rato, descargar lo que necesitara y luego desconectarse,
así podía leer tranquilo. Hasta uno podía ver el sitio descargado 24 horas
después, claro sin poder actualizarlo. Además el pago del servicio era con
tarjeta de crédito, si no no te lo daban, salvo la cantidad de proveedores
gratuitos de mala calidad como el mío Tutopía.
El mail era el boom del
momento, nada de Facebook, Zoom ni nube de almacenamiento. Y así como los
proveedores gratis, pululaban los sitios de correo gratis. Cómo olvidar a
Yahoo, Latin Mail o Radar. ¿Buscadores? Ni hables de Google, ibas a Gauchonet,
Altavista, Infoseek y qué sé yo qué verdura más.
Conexión ruidosa, tardía y
limitada, mejor de noche que vale menos. Latin Mail, correo electrónico (ni
mail, era e-mail). Gauchonet, Tutopía, tarjetas de crédito, 0 600. Llamar a
Suiza. Puf, si habremos vivido y aprendido algo de Internet estos 20 años. Más
allá de una clase particular.