Nigeria, antiguo campeón de los Juegos en fútbol masculino, aquella hazaña de Atlanta 96, ganó hace minutos la medalla de bronce, 20 años después de ese glorioso oro. En el partido respectivo en Belo Horizonte, las Aguilas de Samson Siasia derrotaron 3-2 a Honduras, el verdugo de Argentina en la primera ronda, que igual hizo un torneo para el recuerdo. En una hora y algo, Brasil va por lo suyo ante Alemania, que buscará no sólo su primer título como país unificado (fue oro en el 76 como Oriental), sino que intentará amargar a casi 200 millones de brasileños que quieren oro sí o sí, luego de las últimas malas actuaciones del scratch. No lo voy a postear en vivo ya que me voy a misa, me parece que Jesús y María son más importantes. Pero a la vuelta de San Andrés Avelino, estaré escribiendo lo que pase, lo mismo que con Brian Toledo y otros deportes que en este momento se están definiendo.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
sábado, 20 de agosto de 2016
DIARIO OLÍMPICO: LA HISTORIA REAL DE LA MARATÓN
Extraído de canchallena.com, La Nación
Por Alejandro Gangui (*)
Mañana, último día de los Juegos Olímpicos, se corre en Río de Janeiro el maratón masculino, quizá una de las pruebas más duras que deben enfrentar los
atletas. ¿Por qué una carrera tan larga? ¿Por qué ese nombre? ¿Es casualidad que este día caiga poco después de la luna llena?
Hacia el año 490 a.C. una serie de conflictos bélicos enfrentaron a los antiguos pueblos de Grecia y de Persia. Este último tenía su capital en la ciudad
de Babilonia (hoy ubicada en la actual Irak) y era uno de los imperios más extensos e importantes del mundo antiguo.
Ese mismo año el poderoso rey Darío de Persia envió sus tropas hacia Grecia con la orden de conquistar la ciudad de Atenas y hacer esclavos a sus habitantes.
Y más de 20 mil soldados acompañados de la caballería descendieron de sus barcos en la llanura de Maratón.
Los generales griegos de inmediato alistaron unos 10 mil hombres para frenar el avance del enemigo y, a mismo tiempo, enviaron a Fidípides, un corredor
de larga distancia, hacia Esparta en busca de ayuda.
Entre las ciudades de Atenas y de Esparta hay unos 240km, distancia que el mensajero cubrió en algo más de un día de carrera. Pero al llegar descubrió con
sorpresa que los espartanos estaban celebrando las Cárneas, una fiesta religiosa en honor al dios Apolo entre los días 7 y 15 de su mes lunar. Y durante
ese período toda contienda bélica quedaba prohibida.
Quizá hoy nos resulte poco familiar, pero en aquella época los meses se regían por la luna y cada mes comenzaba con la luna nueva. Como el ciclo completo
de las fases lunares es de unos 29 días y medio, el día 15 correspondía a la luna llena. Ahora bien, Fidípides llegó antes de esa fecha y, a pesar de que
los espartanos realmente deseaban ayudar a su pueblo, solo podrían movilizarse unos días más tarde.
Los griegos debieron entonces enfrentar a los persas sin ayuda, pero igual lograron vencerlos en la célebre batalla de Maratón. Los persas se vieron forzados
a volver a sus barcos y marcharse, pero en lugar de regresar a casa, pusieron rumbo a Atenas, amenazando nuevamente a los griegos, cuya ciudad capital
había quedado sin tropas para defenderse.
Los generales griegos, ante esta nueva amenaza, enviaron a un mensajero para advertir del peligro inminente a los habitantes de Atenas. No sabemos si fue
el mismo Fidípides u otro corredor profesional como él. Lo cierto es que, según cuenta la leyenda, mientras los barcos persas daban toda la vuelta a la
península Ática, el mensajero corrió sin descanso, pese a haber combatido ese mismo día, y logró cubrir los aproximadamente 42km que separan Maratón de
Atenas antes de que llegara el enemigo.
Una vez frente al magistrado de la ciudad, informó que habían derrotado a los persas pero que estos habían vuelto al acecho. Y no pudo decir más: agotado
por el esfuerzo, el mensajero simplemente cayó muerto. La ciudad de Atenas pudo así ponerse a la defensiva. Poco después, las tropas griegas regresaron
a casa y los invasores debieron retirarse.
¿Y los soldados de Esparta? Llegaron, sí, pero un día tarde. Influenciados por la luna, demoraron su partida y al arribar a Maratón ya todo había terminado.
De no ser por su fiesta religiosa y por su particular calendario lunar, quizá hubiesen podido acudir en ayuda antes.
Y quizá, quien sabe, no hubiese hecho falta un mensajero que corriera esos 42km y cayera muerto al llegar a Atenas. Pero los espartanos tuvieron que esperar
que pasara la luna llena. ¿Podemos imaginar que fue la luna el objeto celeste que dio origen a la competencia de hoy?
(*) El autor es investigador del Instituto de Astronomía Física del Espacio (Conicet/UBA) y autor de Entre la pluma y el cielo: Ensayos e historias sobre
los astros (FCE, 2016).
Por Alejandro Gangui (*)
Mañana, último día de los Juegos Olímpicos, se corre en Río de Janeiro el maratón masculino, quizá una de las pruebas más duras que deben enfrentar los
atletas. ¿Por qué una carrera tan larga? ¿Por qué ese nombre? ¿Es casualidad que este día caiga poco después de la luna llena?
Hacia el año 490 a.C. una serie de conflictos bélicos enfrentaron a los antiguos pueblos de Grecia y de Persia. Este último tenía su capital en la ciudad
de Babilonia (hoy ubicada en la actual Irak) y era uno de los imperios más extensos e importantes del mundo antiguo.
Ese mismo año el poderoso rey Darío de Persia envió sus tropas hacia Grecia con la orden de conquistar la ciudad de Atenas y hacer esclavos a sus habitantes.
Y más de 20 mil soldados acompañados de la caballería descendieron de sus barcos en la llanura de Maratón.
Los generales griegos de inmediato alistaron unos 10 mil hombres para frenar el avance del enemigo y, a mismo tiempo, enviaron a Fidípides, un corredor
de larga distancia, hacia Esparta en busca de ayuda.
Entre las ciudades de Atenas y de Esparta hay unos 240km, distancia que el mensajero cubrió en algo más de un día de carrera. Pero al llegar descubrió con
sorpresa que los espartanos estaban celebrando las Cárneas, una fiesta religiosa en honor al dios Apolo entre los días 7 y 15 de su mes lunar. Y durante
ese período toda contienda bélica quedaba prohibida.
Quizá hoy nos resulte poco familiar, pero en aquella época los meses se regían por la luna y cada mes comenzaba con la luna nueva. Como el ciclo completo
de las fases lunares es de unos 29 días y medio, el día 15 correspondía a la luna llena. Ahora bien, Fidípides llegó antes de esa fecha y, a pesar de que
los espartanos realmente deseaban ayudar a su pueblo, solo podrían movilizarse unos días más tarde.
Los griegos debieron entonces enfrentar a los persas sin ayuda, pero igual lograron vencerlos en la célebre batalla de Maratón. Los persas se vieron forzados
a volver a sus barcos y marcharse, pero en lugar de regresar a casa, pusieron rumbo a Atenas, amenazando nuevamente a los griegos, cuya ciudad capital
había quedado sin tropas para defenderse.
Los generales griegos, ante esta nueva amenaza, enviaron a un mensajero para advertir del peligro inminente a los habitantes de Atenas. No sabemos si fue
el mismo Fidípides u otro corredor profesional como él. Lo cierto es que, según cuenta la leyenda, mientras los barcos persas daban toda la vuelta a la
península Ática, el mensajero corrió sin descanso, pese a haber combatido ese mismo día, y logró cubrir los aproximadamente 42km que separan Maratón de
Atenas antes de que llegara el enemigo.
Una vez frente al magistrado de la ciudad, informó que habían derrotado a los persas pero que estos habían vuelto al acecho. Y no pudo decir más: agotado
por el esfuerzo, el mensajero simplemente cayó muerto. La ciudad de Atenas pudo así ponerse a la defensiva. Poco después, las tropas griegas regresaron
a casa y los invasores debieron retirarse.
¿Y los soldados de Esparta? Llegaron, sí, pero un día tarde. Influenciados por la luna, demoraron su partida y al arribar a Maratón ya todo había terminado.
De no ser por su fiesta religiosa y por su particular calendario lunar, quizá hubiesen podido acudir en ayuda antes.
Y quizá, quien sabe, no hubiese hecho falta un mensajero que corriera esos 42km y cayera muerto al llegar a Atenas. Pero los espartanos tuvieron que esperar
que pasara la luna llena. ¿Podemos imaginar que fue la luna el objeto celeste que dio origen a la competencia de hoy?
(*) El autor es investigador del Instituto de Astronomía Física del Espacio (Conicet/UBA) y autor de Entre la pluma y el cielo: Ensayos e historias sobre
los astros (FCE, 2016).
DIARIO OLÍMPICO: LAS CANCIONES DE LOS JUEGOS
Otra linda entrada. Mientras esperamos las últimas definiciones de los Juegos de Río, repasemos algo que tal vez no muchos tengan en mente, sí con los Mundiales de fútbol, pero no con este grandioso evento: la música de los Juegos a través de la historia. Mientras en este momento estoy escuchando el disco que creé en mi PC con ella, en este caso Hand in Hand del 88, hago un pequeño párrafo.
La primera que se conoce oficialmente, aunque dicen que hubo otras antes, es la de Los Angeles 84, la eléctrica Olimpia del estadounidense de origen latino Sergio Méndez, que yo no conocí en su momento, tenía 11 años. Sí la excepcional Hand In Hand de Koreana, la de Seúl 88, la que más me emociona por mi adolescencia, mis 15, mi tercer año del Güemes, mi gusto por las rubias, y más importante, porque fue el primer Juego que viví, como ya conté entradas anteriores. Adjunto a ése, estaba One Moment In Time de la divina Whitney Houston, que a mi amiga de canto Mirtita le encanta y le recuerda ese 88. Luego, para los de 1992, Freddie Mercury con Montserrat Caballé hicieron Barcelona, bellísima obra del ex Queen y la lírica catalana, que ambos grabaron en el 88, y que me lleva a ese Juego que tan mal nos fue. También de ese año, de mi segundo de periodismo en TEA, es el precioso Amigos Para Siempre de José Carreras y Sarah Brightman, la bella inglesa que estuvo hermosa de azul en la ceremonia de clausura cuando cantó el tema.
Para el 96, ya recibido de periodista y hablando del atletismo y Carl Lewis en San Isidro Labrador FM, escuchaba Reach de Gloria Estefan, con su inconfundible y dulce voz, tema sencillo y agradable. En 2000, los de Sydney no fueron buen recuerdo, no voy a revelar por qué, pero la canción fue una belleza. La imborrable Olivia Newton John y John Farnham, aquel de You Are The Voice, gran tema del 87, hicieron Dare To Dream, siempre en esa onda tipo Noti Magiche del Mundial 90, pero emotiva igual; recuerdo a los dos candtándola en la ceremonia de apertura, la John toda de blanco. Para Atenas 2004, una que en ese momento no conocí, Pass The Flame del griego Yiannis Cotsiras, totalmente distinta, en ritmo, efectos raros y demás. Volvimos a la onda lenta en 2008, con el larguísimo pero bonito en chino, para Pekín, Beijing Huang Yin Nin, creo que lo escribí bien, que significa “Pekín te da la bienvenida”, en realidad la traducción la saqué de su pase al inglés, Beijing Welcomes You. El grupo, por si les interesa, era Pinyin, copado porque empezaba cantando un nene, seguía una mujer, un hombre y luego un coro de chicos. Hace cuatro años, en Londres 2012, ese bien rock británico de Muse, Survival, superpotente y que me recuerda esos cuatro días seguidos de lluvia, yo enfermo de la garganta viendo la tele en casa. Así llegamos al simpático, animado Alma e Coraçao de Río 2016, por el dúo Thiaguinho y Projota. Bandas sonoras de lo más grande del deporte, los Juegos Olímpicos. ¿Cuál será la de Tokio 2020? Quizá llamen a Alfredo Casero, que cantó Shima Uta para el Mundial 2002. Veremos. Por ahora, disfrutemos de esta música olímpica, tan emotiva como los mismos Juegos.
La primera que se conoce oficialmente, aunque dicen que hubo otras antes, es la de Los Angeles 84, la eléctrica Olimpia del estadounidense de origen latino Sergio Méndez, que yo no conocí en su momento, tenía 11 años. Sí la excepcional Hand In Hand de Koreana, la de Seúl 88, la que más me emociona por mi adolescencia, mis 15, mi tercer año del Güemes, mi gusto por las rubias, y más importante, porque fue el primer Juego que viví, como ya conté entradas anteriores. Adjunto a ése, estaba One Moment In Time de la divina Whitney Houston, que a mi amiga de canto Mirtita le encanta y le recuerda ese 88. Luego, para los de 1992, Freddie Mercury con Montserrat Caballé hicieron Barcelona, bellísima obra del ex Queen y la lírica catalana, que ambos grabaron en el 88, y que me lleva a ese Juego que tan mal nos fue. También de ese año, de mi segundo de periodismo en TEA, es el precioso Amigos Para Siempre de José Carreras y Sarah Brightman, la bella inglesa que estuvo hermosa de azul en la ceremonia de clausura cuando cantó el tema.
Para el 96, ya recibido de periodista y hablando del atletismo y Carl Lewis en San Isidro Labrador FM, escuchaba Reach de Gloria Estefan, con su inconfundible y dulce voz, tema sencillo y agradable. En 2000, los de Sydney no fueron buen recuerdo, no voy a revelar por qué, pero la canción fue una belleza. La imborrable Olivia Newton John y John Farnham, aquel de You Are The Voice, gran tema del 87, hicieron Dare To Dream, siempre en esa onda tipo Noti Magiche del Mundial 90, pero emotiva igual; recuerdo a los dos candtándola en la ceremonia de apertura, la John toda de blanco. Para Atenas 2004, una que en ese momento no conocí, Pass The Flame del griego Yiannis Cotsiras, totalmente distinta, en ritmo, efectos raros y demás. Volvimos a la onda lenta en 2008, con el larguísimo pero bonito en chino, para Pekín, Beijing Huang Yin Nin, creo que lo escribí bien, que significa “Pekín te da la bienvenida”, en realidad la traducción la saqué de su pase al inglés, Beijing Welcomes You. El grupo, por si les interesa, era Pinyin, copado porque empezaba cantando un nene, seguía una mujer, un hombre y luego un coro de chicos. Hace cuatro años, en Londres 2012, ese bien rock británico de Muse, Survival, superpotente y que me recuerda esos cuatro días seguidos de lluvia, yo enfermo de la garganta viendo la tele en casa. Así llegamos al simpático, animado Alma e Coraçao de Río 2016, por el dúo Thiaguinho y Projota. Bandas sonoras de lo más grande del deporte, los Juegos Olímpicos. ¿Cuál será la de Tokio 2020? Quizá llamen a Alfredo Casero, que cantó Shima Uta para el Mundial 2002. Veremos. Por ahora, disfrutemos de esta música olímpica, tan emotiva como los mismos Juegos.
DIARIO OLÍMPICO: LOS ANTIGUOS LEONES Y LEONAS
Buen día olímpico para todos. Mucho frío, poco sol, por lo que hoy desayuné mate y tostadas en la cama. Bueno, aún enganchado con la hazaña de anoche de Usain Bolt, con su triple triple, sigo (ya levantado) viendo algo de lo que hay ahora, nado, canotaje, gimnasia rítmica. Hoy empiezan las definiciones, en el penúltimo día olímpico, ya mañana (parece mentira) se termina todo. Hoy tendremos finales de básquet femenina, el fútbol donde Brasil quiere su primer oro justo ante Alemania, con el recuerdo del 1-7 del Mundial, hándbol, boxeo y mañana, la gran prueba, el otro símbolo de los Juegos: la maratón. De argentinos, no hay ya mucho, salvo la presencia de Brian Toledo en la final de jabalina esta noche. Bueno, creo que hemos tenido suficiente con tres gloriosos oros y la plata de Del Potro, que nos ponen 24 en el medallero.
Justamente, quiero repasar, en el medio del vértigo del final olímpico, un poco sobre los Leones del hóckey. Porque si bien estos pibes son dorados, no hay que olvidar que antes hubo geniales jugadores y entrenadores, que por culpa de la pésima estructura del deporte argentino no pudieron desarrollar más su talento y obtener mejores resultados. Sin consultar archivos, recuerdo así rápido a Retegui y Minadeo en primer lugar, olímpicos en los 90, campeones panamericanos, Marcelo Garraffo (abanderado en Barcelona 92 y ex secretario de Deportes de la Nación), los hermanos Jorge y Pablo Lombi, Siri, Pailós, Geneyro, Doherty, los Mc Cormick, Querejeta, Fernando Ferrara, Falchetto, Roggero. Y entre los técnicos, Víctor Ruis, Jorge Mendoza y Sergio Vigil, el que empezó la leyenda Leonas. Y, ya que estoy, recuerdo las antiguas muy buenas jugadoras, también protagonistas de Juegos Olímpicos y Panamericanos: Laura Mulhall, Gaby Sánchez, Gabriela Liz, María Paula Castelli, Anabel Gambero, Sofía Mackenzie, entre otras. Siempre éramos oro en Panamericanos, pero en Mundiales y Juegos dábamos lástima, no por culpa de los jugadores. Si hasta entrados los 90 se entrenaba en pasto, cuando el hóckey se juega sobre sintético. Hoy todos sabemos de la gloria del hóckey argentino, pero es bueno que se sepa que la cosa viene de muchos años.
Justamente, quiero repasar, en el medio del vértigo del final olímpico, un poco sobre los Leones del hóckey. Porque si bien estos pibes son dorados, no hay que olvidar que antes hubo geniales jugadores y entrenadores, que por culpa de la pésima estructura del deporte argentino no pudieron desarrollar más su talento y obtener mejores resultados. Sin consultar archivos, recuerdo así rápido a Retegui y Minadeo en primer lugar, olímpicos en los 90, campeones panamericanos, Marcelo Garraffo (abanderado en Barcelona 92 y ex secretario de Deportes de la Nación), los hermanos Jorge y Pablo Lombi, Siri, Pailós, Geneyro, Doherty, los Mc Cormick, Querejeta, Fernando Ferrara, Falchetto, Roggero. Y entre los técnicos, Víctor Ruis, Jorge Mendoza y Sergio Vigil, el que empezó la leyenda Leonas. Y, ya que estoy, recuerdo las antiguas muy buenas jugadoras, también protagonistas de Juegos Olímpicos y Panamericanos: Laura Mulhall, Gaby Sánchez, Gabriela Liz, María Paula Castelli, Anabel Gambero, Sofía Mackenzie, entre otras. Siempre éramos oro en Panamericanos, pero en Mundiales y Juegos dábamos lástima, no por culpa de los jugadores. Si hasta entrados los 90 se entrenaba en pasto, cuando el hóckey se juega sobre sintético. Hoy todos sabemos de la gloria del hóckey argentino, pero es bueno que se sepa que la cosa viene de muchos años.
viernes, 19 de agosto de 2016
DIARIO OLÍMPICO: BOLT, BOLT, BOLT, TRICAMPEÓN
Por fin es realidad. La ansiedad fue muy grande, todo era para él, pero había que realizarlo. Y Usain Bolt, con el testimonio en la mano, ganó su noveno oro y es tricampeón en 4x100 metros, aparte de haberlo sido en 100 y 200. Ni Japón, sorprendente segundo, ni Estados Unidos, que con Justin Gatlin fue bronce, pudieron hacerle sombra. Quién podría hacerlo, con un genio, un marciano como éste. Jamaica, que en su historia no había tenido tanto éxito, ahora suma 6 de oro para colocarse 14 en el medallero. Pero el sitio número 1 es para uno de los dos grandes, con Michael Phelps, de Río 2016: Usain Bolt. El triple tricampeón.
DIARIO OLÍMPICO: AHÍ VA BOLT POR LA TRIPLE HAZAÑA
Ahora sí, en sus marcas, listos, que se viene. Bolt va por la historia, Jamaica por otro oro, el resto quiere desbancarlos. Atentos, ahí se larga.
DIARIO OLÍMPICO: TADJIKISTÁN GANÓ SU PRIMER ORO
A minutos de la final, también contamos que Tadjikistán, país de Asia centrooriental, acaba de ganar su primer oro olímpico, ya que Dilshov Nazarov obtuvo la competencia de lanzamiento de martillo con 78, 68 metros. Así, son 82 países los que al menos ganaron algo en Río. Aparte, la griega Ekaterini Stefanidi se llevó el salto con garrocha con 4, 85 metros.
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