martes, 13 de diciembre de 2016

A 25 AÑOS DE MI PRIMER ESTUDIO DE PERIODISMO

Es otro de los aniversarios de mi vida, tal vez chico, tal vez grande. Hoy se cumplen 25 años, un cuarto de siglo, parece mentira, de cuando terminé mi primer año de periodismo en TEA. Aquel 13 del 91, es cierto, no lo terminé bien ya que me llevé dos materias a marzo, por primera vez en mi vida me fui a marzo, lo que terminaría aprobando en 1992 y pasando a segundo, y en el 93 me recibí como saben. Aquí evoco esa época de 1991, cuando pasé de mi amateurismo y afición a mi profesión.

Como era previsible, mi primer año periodístico fue algo complicado. La nueva realidad de la etapa terciaria trajo muchos cambios a los que me costó adaptarme: nuevo estudio, método y nivel de excigencia, nuevo lugar y en Capital, otros compañeros y autoridades. Además no tuve gran aplicación al trabajo, llevándome dos materias, y poca relación con los chicos. Sin duda este 1º A fue el más difícil de los tres años y el reflejo de ese tiempo de transición.

Y el nublado 13 de diciembre terminé el primer capítulo de TEA. Y fue un cierre amargo, acorde a mi año en general: me enteré que había desaprobado en boxeo, lo que me sorprendió, y encima el profesor Daniel Guiñazú no me dijo por qué. Y aparte de boxeo, me llevé básquetbol tras mi pobre prueba en el primer cuatrimestre; por primera vez en mi vida me iba a marzo. Charlé con el inolvidable Enrique Escande, mi docente de taller ese 91, en el aula, intentando descargarme un poco con alguien, y me fui con bronca y desgano a casa. Más allá de todo, fue el cierre de mi comienzo de periodista.






domingo, 11 de diciembre de 2016

!POR FIN! EL VIDEO DE MI PRIMER ASTRAL

Se hizo esperar, pero al fin llegó. Esta madrugada a las 2.42 recibí de mi amigote Alfredo el video, corto pero valioso, de mi presentación en el Teatro Astral. Aquí va. Que lo disfruten.


jueves, 8 de diciembre de 2016

LA VIRGEN, LA MEJOR MAMÁ DEL MUNDO


Video canción dulce para la Madre

Un día, una mujer humilde llamada María perdió lo que más amaba y tanto había luchado por conseguir: un hijo. Su propio hijo, su único niño. Ese niño ya hombre, llamado Jesús. Llamado Dios. Ese mismo día, en su hora más dolorosa, María decidió decir sí a todos nosotros y se convirtió en Nuestra Madre. Repito para que quede claro: María, Madre de Jesús, Madre de Dios, fue, es y será desde ese instante Nuestra Madre.

Las mujeres que leen este humilde blog, que son muchas, saben lo duro que es ser madre, la paciencia y el temple que se debe tener. Cuántas veces protestan abrumadas por el trabajo que sus hijos les dan, y no les falta razón. Sin embargo, la Virgen, María, Nuestra Mamá, es la mejor del mundo. Porque siendo la Mujer de mujeres, la Madre de madres, decidió bajar hasta nuestra vida, a nosotros pecadores, tan llenos de barro como somos. La Madre está a nuestro lado incondicionalmente, con un amor millones de veces más profundo que el de cualquier madre de este mundo. Y María nos ama con a mor y, sobre todo, por amor. Para Ella, tenernos por sus hijos es una gran alegría, pese a que nosotros muchas veces la ignoramos.

Por eso y por su propia existencia, María es grandiosa. Pensemos que tenemos a la Virgen, importante, trascendente, como nuestra mamá. Imaginemos que Ella nos cocina, nos baña, nos viste. Más aún, está al pie de nuestra vida, la buena y la mala, como me ha pasado a mí que he vivido en carne propia su amor y contención. María es maravillosa, porque Dios la hizo maravillosa. En este día de la Inmaculada Concepción de la Virgen, deseo que estas líneas lleguen a vuestros corazones, saludos a los católicos y a todas las personas aunque no lo sean, porque Mamita no hace distinciones. Y quienes aún no se han acercado a Ella, que lo hagan sin temor que Ella los recibirá sin importar su pasado ni sus miserias. ¡Viva la Virgen! Nuestra mamá, la mejor del mundo.






martes, 6 de diciembre de 2016

LA ANGOLEÑA, ESPECTADORA DE LUJO EN EL ASTRAL

Mientras estoy recibiendo montón de felicitaciones por mi presencia con Diego Desanzo en el Astral, por fin supe de mi amiga la angoleña Rosa Mangueira, invitada al teatro, a quien no vi el sábado. La jefa de prensa de la Embajada, acompañada por su asistente argentino Ramiro, fue una espectadora de lujo en el gran escenario, adonde la invité gentilmente devolviendo el convite suyo a la fiesta de la independencia de Angola el pasado 11 de noviembre. Esta mañana, la simpatiquísima africana me despertó llamándome al celular. Totalmente dormido, la atendí con mucha alegría y mientras ella desayunaba, me contó no sólo que estuvo y la pasó bárbaro, lo que más yo quería, sino que me vio y se deleitó conmigo. Y, por supuesto, con Diego, a quien alabó no sólo por su show sino por su sensibilidad humana, destacando lo que hizo con los discapacitados. Además contó que estaba casi al lado de Diana María, así que le tocó ubicación preferencial. Le agradecí su presencia y ella, en su buen español repetía “gracias por la invitación”. Entre los últimos eventos, la verdad es que me siento feliz de esta ya amistad con la dulce Rosa, que sigue engalanando mi historia. Como lo hizo el sábado en el Astral.

lunes, 5 de diciembre de 2016

justicia: el gran chapecoense campeón de la sudamericana

Desde ya que ninguna recompensa póstuma devuelve 71 vidas como las increíbles pérdidas del plantel del Chapecoense. Pero en este mundo de negocios, donde todo vale, es una gran noticia que la CONMEBOL ha dictaminado hoy darle al club brasileño el título de campeón de la Copa Sudamericana 2016, que no se pudo decidir por la tragedia. Gracias a una carta enviada por su rival Atlético Nacional de Medellín, Colombia, que pidió su triunfo, el Chape gana su primer campeonato importante y no sólo embolsa 2 millones de dólares que le hacen tanta falta para su reconstrucción, sino que se clasifica para la Copa Libertadores 2017. En tanto, los colombianos, mostrando la típica calidad humana de su tierra, también fueron recompensados con dinero por la entidad. Aunque lamentablemente la final no se jugó, los dos son grandescampeones.

APOSTILLAS DE LA GLORIOSA NOCHE DEL ASTRAL

La imborrable noche que viví el sábado con mi participación en el show de Diego Desanzo en el Teatro Astral, aparte de la gloria contada, dejó lógicamente varias apostillas, que son importantes por la ocasión tan grande, la más grande de mi corta vida musical hasta ahora. Ahí van.

1. Antes de llegar al Astral, y mientras caminaba con Alfredo por Corrientes por primera vez en mi vida, vimos la estatua homenaje a Minguito, justo enfrente del teatro. Nostalgia, dice el tango.
2. Qué lío el tema de la ubicación. Todo el mundo se volvió loco, parece que los sectores no están correctamente numerados y no coinciden con lo que figura en la entrada. Nosotros teníamos fila 35, sin embargo fuimos a la fila 45, el palco que Diego Desanzo había prometido pero mucho más arriba, donde él no me vería. Todo fue resuelto por los acomodadores, uno nos llevó al correcto. Pero un punto en contra.
3. El otro punto en contra de la gloriosa noche fue la demora del show. Estaba pautado para las 21 y arrancó recién 21.50, pero con la tanda de sponsors. Así que Desanzo arrancó tipo 22. No estoy detrás de escena, pero no entiendo por qué tanta demora, la gente batía palmas todo el tiempo conforme iba pasando la hora.
4. Otra vez no pude verme con Rosa la angoleña, que divina fue con su asistente Ramiro. El flaco me llamó al celular cuando yo estaba recién instalado en el palco, preguntándome por el teatro “Astros”, le dije Astral y él respondió “¿es el show de Diego Desanzo?”. Le confirmé y me preguntó cómo entrar, Le expliqué y ambos fueron a la fila 10. “Nos vemos al final”, me dijo, pero como yo me quedé un rato largo, no los vi.
5. En la kilométrica tanda de sponsors, se mencionaron lugares de Pinamar y Villa Gesell, lo que no sólo demostró la jerarquía del artista, sino que a mí me llenó de nostalgia. Quién pudiera cantar en el verano…
6. No la pude ver a Tormenta en persona, de tanta calidad tiene mucho trabajo y esa noche, según contó Diego en escena, tenía otro show y se hizo un lugar, viste vos lo que es tener trayectoria. Eso sí, la morocha la descosió, cantando Un beso y Una Flor de Nino Bravo a dúo con Diego, mostrando talento y perfección con su voz y su interpretación impecables.
7. Otro invitado fue Daniel Cardozo, el cantante del grupo cumbiero Los Charros, que hizo su éxito Amor como el Nuestro a dúo con Diego. Aunque no voy con la cumbia, estuvo bueno.
8. El público, a todo esto, respondió a mil. Pero sobre todo las mujeres, ya que el show era justamente Homenaje a la Mujer. Así que imaginate cuando Desanzo mandó, por ejemplo, Te voy a Amar de Axel o Tan Enamorado de Ricardo Montaner. Las damas explotaron y yo me emocioné mucho.
9. Sin duda el momento más emotivo y grandioso del grandioso show de Diego fue el homenaje a Sandro. Con Sebastián Giunta, pianista del famoso, Diego mandó un minishow de varios temas, desde ya los lentos que sacaron a las mujeres de amor. Pero el mejor momento fue cuando él llamó a Sandro y apareció un video del genio, y Diego se enganchó en el estribillo. Extraordinario.
10. La otra genial fue la de Dame Fuego, repetido por Desanzo hasta el cansancio. Pero lo copado fue el ping-pong que el cantante hizo con el público, a quien tuvo atraído todo el tiempo con su simpatía. Primero hizo cantar el tema a los hombres y luego a las mujeres, a ver quién respondía más. Espectacular.
11. Otro momento de un recital sin desperdicio, altamente recomendable, fue cuando Diego inauguró el segmento Discapacidad, por el Día que ya saben, y llamó a cantar a Ezequiel Franco, un pibe de unos 15 años con síndrome de Down. El chico cantó Afinidad de Axel, y más allá de lógica desafinación, estuvo muy bien. Y diego lo acompañó cálidamente, como todo lo que él hace. Como lo hizo luego conmigo, presentándome a la gente como describí.
12. En mi debut en el Astral anduve bien, aunque me atoré un poquito en el “oh oh oh” del estribo de Lo Mejor Está Por Venir, sabía que iba a ser re jodido y encima, entre la garganta de por sí seca, los nervios, la espera y la música que me pegaba duro en la laringe, medio que estaba desaventajado. Pero me la banqué bien.
13. En cambio, en Hoy Va a Ser un Gran Día estuve perfecto, con mucha potencia y sobre todo soltura. Ayudó ovbvio que ya había roto el hielo, y que el tema no era tan difícil como el otro. Y por supuesto la alegría del momento, a la cual Diego contribuyó muchísimo, alegría que me sacó y me hizo bailar, aunque tímido y amateur, moviendo los hombros, pies y la mano izquierda mientras movía la cabeza justo antes de llegar al estribillo.
14. Sin duda el cierre fue otro gran momento, cuando me saludó Diana María. “Hola, te felicito, que tengas éxito en el canto”, dijo. “¿Gracias, ¿cómo es tu nombre?”, pregunté al no verla. Me lo dijo y ahí agregué: “Ah, ¿cvómo estás? Encantado de conocerte…”. Me agradeció y al toque me dijo de su canal en YouTube. Divina.

Apostillas de una noche imborrable. Imborrable como el show de Diego Desanzo. Imborrable como que un día pisé el Teatro Astral.

domingo, 4 de diciembre de 2016

!CANTÉ EN EL TEATRO ASTRAL!

No es otro que el Señor Dios el autor de toda bendición. Y cuando las bendiciones vienen hay que disfrutarlas a pleno. Hace un rato viví la noche más grande hasta hoy de mi vida musical, al acompañar al gran Diego Desanzo en los coros de dos temas suyos en su monumental show que dio en el Teatro Astral, uno de los típicos de la famosísima calle Corrientes de Buenos Aires. Sí, aunque sea en el coro, canté en el Teatro Astral. La presentación más grande de mi vida…

Tiempo atrás había contado que este extraordinario de Diego Desanzo, a quien les recuerdo conocí en mi actuación en el restó Bartolo de Munro, me había invitado a verlo al Astral. Pero no dije nada de que me había invitado a cantar con él. Un genio de la sensibilidad humana como él sólo lo puede hacer posible. Fijarse en un chiquito como yo en un par de presentaciones, Bartolo y San Andrés Golf Club, y de ahí llevarme al Astral. Semanas atrás me confirmó y el jueves pasado, lo que contaré aparte, ensayé ahí en Capital, en Cabildo, con su banda, otra experiencia inédita y fabulosa para mí.

Pero el tema mío era como siempre cómo ir. Después de mucho buscar, mi amigo Alfredo acordó llevarme hasta el teatro este sábado por la noche. Yo había invitado a la angoleña RosaMangueira, mi conocida y divina jefa de prensa de la Embajada, de quien ya les conté más o menos la relación que nos une desde 2014, pero a ella tampoco le conté nada, le di la sorpresa. Bueno, Alfredo vino 7 y media, y a las 20.13 llegamos al teatro, lleno de gente ya en su entrada, mientras caía la calurosa pero agradable noche. Tras dejar el auto y caminar llegamos al Astral, y tras un rato me vi con Maxi, uno de los chicos del coro que conocí el jueves. Luego sí, me hicieron pasar con mis entradas (que Diego me dio antes) y estuvimos un rato largo, primero en la antesala, y luego buscando afanosamente nuestra ubicación, porque parece que los sectores no están correctamente numerados, así que Alfredo, yo y otra gente se volvía loco viendo dónde le tocaba a cada uno. Al fin encontramos la ubicación. Pero hubo que esperar un montón para el comienzo del show. Pautado para las 21. Como estamos en Argentina, la tierra de la impuntualidad, el mismo arrancó a las 21.55.

Primero la interminable tanda de sponsors, luego Fernando Mancini de presentador y al fin, de tantas palmas de la gente pidiendo su presencia, apareció Desanzo con el tema Voy a vivir de Marc Anthony. Desde ahí y hasta el final de la noche fue mezcla de un cantante de una voz potente y perfecta, una banda genial y un público superseguidor, muy copado. Desde mi palco, ubicación privilegiada que me dio, yo seguía el recital con onda y enganchado pero con tensión de cuándo me iba a tocar participar. Pasó Tormenta, invitada de lujo, pasó la cumbia, Palito Ortega, lentos, pero a mí no me tocaba. Pero no desconfié nunca de Diego, un tipo divino por donde se lo mire.

A las 23.09 fue mi primer instante cumbre, cuando Eduardo, el productor general, me vino a buscar y me llevó por largas escaleras y puertas al escenario, pero cerca de Diego y en una silla, Yo pensé “ya estamos” y me apresté bien concentradito a mi turno. Sin embargo, y más allá de un show sin desperdicio, lleno de color, calor y muy suelto con la gente, tuve que esperar nada menos que hasta las 0.21. Pasó el excepcional homenaje a Sandro, otro de los amigos de Diego, que se relaciona con grandes desde hace años. Y pasó Ezequiel, un chiquito con síndrome de Down del que él es padrino, y el genio lo hizo cantar algo de Axel, y el pibe chocho, imaginate.

Y por fin el gran momento. A las 0.22, Diego me presentó (”un amigo que conocí hace 5 meses en Bartolo”, dijo) y Eduardo me acompañó hasta él. El cantante me abrazó ahí, me tomó del hombro y mientras la gente me aplaudía, saludé y dije “gracias por el cariño”. Y nomás participé de su tema propio Lo Mejor Está por Venir. Con la garganta muy seca por los nervios y la potencia de la música, pero con la motivación del que recién empieza, canté con todo el pegadizo estribillo de la movida canción bailable. En una parte del estribo casi me atoro por la sequedad de garganta, pero puse todo y salí bien, siendo felicitado luego por la copada Jimena, otra corista. Que más tarde me animó a cantar Ahora Te Puedes Marchar de Luis Miguel. Yo no quería para no hacer la mía por sobre Diego, pero canté un toque el estribo, aunque tímido, no era lo pautado. Pero con lo hecho listo, ya estaba cumplido mi sueño, mi anhelo.

Entonces empecé posta a disfrutar el show ahí mismo, al lado de mi micrófono, aplaudiendo con ganas cada tema, cada humorada de Desanzo, cada matiz de la banda. Y cuando parecía que todo se cerraba sin la otra canción que Diego había arreglado conmigo, al final me tocó de nuevo. Y a las 0.55 fue el otro momento fuerte para mí, cantando a todo dar su otra propia Hoy Va a Ser Un Gran Día, tema que me salió mejor porque era menos exigente vocalmente. Y de la alegría, lo bien que la pasaba, lo feliz que era, ni me importó el qué dirán y me puse a bailar con tímidos y amateurs pasos. Fue un cierre acorde con un show de primerísimo nivel, perfecto y al mismo tiempo divertido, sobrio y al mismo tiempo informal, sin desperdicio alguno. Tres horas de las que yo participé con enorme gusto.

Terminado el gran ruido, me acompañaron a un costado, todos me saludaron y felicitaron, entre ellos nada menos Diana María, la excepcional cantante melódica argentina. Y ni hablar los copadísimos músicos, nada que ver con sus pares nariz para arriba, muy cálidos y buena onda. Igual que Diego, que luego me abrazó y posamos para una de las tantas fotos que le tomaron. Al final vino Alfredo, que gustó mucho de la noche, suerte porque pensaba en irse temprano para cenar en su departamento, y tras una breve charla y saludo con el crack principal (“llamame y esta semana tomamos un café”) me fui a eso de la 1.30 de la mañana para casa. A dormir. A soñar con una noche mágica, inolvidable. La noche en que pisé y canté en el Teatro Astral. Nada menos que mi música en el Teatro Astral.