Vuelta con el clima y la lluvia. Ya escribí del verano largo, ya también lo hice con la lluvia duradera. Bueno, días después seguimos en la misma. Desde el fin de semana extralargo, el que cerró en el 1 de mayo, el agua de la creación viene bañando a por lo menos Buenos Aires, con distinta intensidad pero siempre agua. En el medio, una humedad que no sólo molesta el peinado, sino lo que es más importante la salud de muchas personas. Y aparte, los erráticos pronósticos de la famosa tormenta que nunca cae. Vienen diciendo desde ayer del alerta, por ahora no hay nada. Sí cae y cae lluvia sin parar. No quiero hacer chistes fáciles, tipo la única tormenta es la fenomenal cantante, o mi tema que les mostré. Dicen que el viernes para. Veremos. Mientras tanto, la lluvia más larga del siglo sigue. Y el clima más loco, también.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
jueves, 10 de mayo de 2018
ASÍ ES LA VIDA LE DIO OTRO TÍTULO A BOCA...
Resumen de Gimnasia 2- Boca 2, que le dio el bi al xeneize
Lluviosas noches, lectores queridos. Mis felicitaciones a la hinchada de mi Boca bicampeón del fútbol argentino, consagrado anoche en La Plata tras igualar 2-2 con Gimnasia, en partido pendiente de la fecha 25, ése que cierta prensa sospechó por su suspensión, cuando caía agua a torrentes, había rayos, todo. No, ellos prefirieron sospechar. Bueno, la cuestión es que parece que mi blog Así Es La Vida le da suerte a Boquita, ya que en más de tres años de existencia del mismo, el xeneize salió tres veces campeón: 2015, el torneo de 30 equipos, el 16/17 también largo y éste. En su momento, si revisan el archivo del blog, encontrarán que escribí algo al respecto. Bueno, cumplo de nuevo, incluso con video alusivo. Felicidades y que sigan leyendo Así Es La Vida, la cábala de lujo boquense.
martes, 8 de mayo de 2018
GENIALIDAD DE ERASURE EN EL LUNA PARK
Gracias a Dios y a la Virgen de Luján en su día, siguen existiendo grandes músicos. Dos de ellos son el dúo Erasure, que le cantaron a tantos y tantos momentos de mi adolescencia. Sólo basta recordar cuando fui a verlos en Vélez en el 90, dos días antes de mi cumpleaños. Bueno, estos genios ingleses del pop electro la descosieron en su cuarto recital en el país, el sábado en el Luna Park. Y entre otras maravillas, vean en este video lo que hicieron con su famoso tema Sometimes, cuando a Vince Clarke le falla de la nada su teclado. Andy Bell cantó a capella sin errar una sola nota. Genialidad quee, claro, sólo genios, genios en serio, pueden hacer.
domingo, 6 de mayo de 2018
MARAVILLAS ASÍ ES LA VIDA: CANCIÓN DE ITALIA 90
Fue sin discusión la mejor canción de los Mundiales de fútbol. Cada vez que la escuchamos, Un Estate Italiana (Un Verano Italiano) nos emociona hasta la fibra más pequeña de nuestra alma. Los penales de Goycochea, los triunfos ante Brasil e Italia, la epoeya de una Selección heroica hasta la médula. Pero la misma canción fue y es una gloria para nuestros oídos. Esa pieza única, tan bella como una ópera o cualquier otro género de la península, tiene una historia.
En 1989, los organizadores de la Copa Mundial de Fútbol de 1990 le encargaron al músicoitalianoGiorgio Moroder la realización de una canción para que esta sea el tema oficial del campeonato. Moroder escribió la música, pero le encargo el contenido lírico de la canciónal letristaestadounidenseTom Whitlock,con quien ya había colaborado en Take My Breath Away,el tema principal de la película Top Gun.
Whitlock escribió la letra en inglés, que llevó como título To Be Number One (Para ser número uno), la cual fue interpretada por una banda creada por Moroder especialmente para la ocasión, llamada "Giorgio Moroder Project", que tenía como vocalista al cantante estadounidense Paul Engemann.
Sin embargo, Moroder no quedó del todo conforme con la letra original en inglés, que era bastante sencilla y solamente hablaba sobre el juego limpio y las ansias de victoria, por lo que le encargó una letra en italiano a sus compatriotas Edoardo Bennato y Gianna Nannini,quienes eran en aquel momento las principales figuras de la música rock en Italia. Esto provocó la ruptura de la relación profesional entre Moroder y Whitlock, quienes nunca más volvieron a trabajar juntos. Benatto y Nannini, sabiendo que Moroder no había quedado satisfecho con la letra escrita por Whitlock, decidieron escribir una letra totalmente diferente, llamada Un'estate italiana (Un verano italiano), que a diferencia de la versión original, poseía una estructura lírica más elaborada y poética, que además del fair play y la voluntad de ganar, hablaba sobre la emoción de la competencia futbolística y de la fiesta internacional que generaba la copa.
Finalmente, la versión en italiano, además de ser más exitosa que la versión original en Italia y en la zona italoparlante de Suiza,tuvo más éxito a nivel internacional, incluso en los países angloparlantes. Sin embargo, seguramente para evitar un conflicto por los derechos de autor, Whitlock figura en los créditos de la versión en italiano como co-autor de la letra, junto a Benatto y Nannini
Vuelva a emocionarse con la música de Italia 90:
Fuente: Wikipedia
En 1989, los organizadores de la Copa Mundial de Fútbol de 1990 le encargaron al músicoitalianoGiorgio Moroder la realización de una canción para que esta sea el tema oficial del campeonato. Moroder escribió la música, pero le encargo el contenido lírico de la canciónal letristaestadounidenseTom Whitlock,con quien ya había colaborado en Take My Breath Away,el tema principal de la película Top Gun.
Whitlock escribió la letra en inglés, que llevó como título To Be Number One (Para ser número uno), la cual fue interpretada por una banda creada por Moroder especialmente para la ocasión, llamada "Giorgio Moroder Project", que tenía como vocalista al cantante estadounidense Paul Engemann.
Sin embargo, Moroder no quedó del todo conforme con la letra original en inglés, que era bastante sencilla y solamente hablaba sobre el juego limpio y las ansias de victoria, por lo que le encargó una letra en italiano a sus compatriotas Edoardo Bennato y Gianna Nannini,quienes eran en aquel momento las principales figuras de la música rock en Italia. Esto provocó la ruptura de la relación profesional entre Moroder y Whitlock, quienes nunca más volvieron a trabajar juntos. Benatto y Nannini, sabiendo que Moroder no había quedado satisfecho con la letra escrita por Whitlock, decidieron escribir una letra totalmente diferente, llamada Un'estate italiana (Un verano italiano), que a diferencia de la versión original, poseía una estructura lírica más elaborada y poética, que además del fair play y la voluntad de ganar, hablaba sobre la emoción de la competencia futbolística y de la fiesta internacional que generaba la copa.
Finalmente, la versión en italiano, además de ser más exitosa que la versión original en Italia y en la zona italoparlante de Suiza,tuvo más éxito a nivel internacional, incluso en los países angloparlantes. Sin embargo, seguramente para evitar un conflicto por los derechos de autor, Whitlock figura en los créditos de la versión en italiano como co-autor de la letra, junto a Benatto y Nannini
Vuelva a emocionarse con la música de Italia 90:
Fuente: Wikipedia
sábado, 5 de mayo de 2018
RAREZAS DEL MUNDIAL 90
Holanda y Alemania juntos en la eliminatoria
Las malas actuaciones de Holanda, con ausencias en el 82 y 86, produjeron que en la eliminatoria europea para Italia 90 fuera encuadrada junto con el subcampeón Alemania Federal, además de Gales y Finlandia. Ambos se vieron en las semifinales de la Eurocopa germana, que Holanda ganó y luego fue campeona. Y en sus enfrentamientos empataron, 0-0 en Munich y 1-1 en Amsterdam. Luego vencieron a sus rivales y fue la naranja quien ganó el Grupo 4, y los alemanes fueron segundos pero se clasificaron por ser uno de los mejores en esa posición. Después, serían campeones del mundo ante Argentina.
La última de Alemania Oriental
Europa estaba cambiando radicalmente a fines de los 80, con la destrucción del muro de Berlín como uno de sus hechos significativos, lo que produjo a su vez la reunificación alemana. Por eso, Alemania Oriental jugó su última eliminatoria, quedando afuera con la URSS y Austria.
El escándalo Brasil-Chile del 89
En el Grupo 3 de Sudamérica, Brasil debía jugarse su pasaje con Chile y Venezuela. Ambos superaron a los venezolanos con facilidad y se enfrentaron en Santiago, donde hubo un partido muy ffriccionado con dos expulsados, mala conducta del público local y un 1-1. La revancha era el 3 de septiembre en el Maracaná, donde Brasil con un empate pasaba. Tras ponerse arriba con tanto de Careca, a los 67 minutos, el arquero chileno Roberto Rojas fue alcanzado por una bengala arrojada desde la tribuna, y simuló un corte profundo en la cabeza, que luego confesó que se lo hizo él mismo con una hoja de afeitar en su guante, con la complicidad de compañeros, el técnico Orlando Aravena y el médico Daniel Rodríguez. Los trasandinos abandonaron el campo alegando inseguridad para seguir jugando, pero tras revisar las imágenes de lo sucedido, la verdad saltó a la luz. Y eso les valió que la FIFA se descargara con todo su peso: partido ganado a los brasileños y clasificación, ssuspensión de por vida a Rojas, a Aravena, a Rodríguez, al subcapitán Fernando Astengo y al presidente de la Federación Sergio Stoppel. Y, sobre todo, la prohibición a la roja para disputar el Mundial siguiente, en Estados Unidos 1994.
México también escandaloso
Sin tanto impacto como lo de Brasil-Chile, igualmente negro fue lo que sucedió con México. La selección Sub 20 azteca participó en el torneo clasificatorio para el Mundial de Arabia Saudita. Dos periodistas descubrieron que cuatro futbolistas del equipo tenían edad mayor a la permitida, se abrió una investigación interna y al enterarse, la CONCACAF decidió descalificar a México del Mundial Sub 20. Pero la FIFA fue más allá y sancionó al país prohibiéndole jugar cualquier competencia internacional por dos años, entre ella los Juegos Olímpicos de Seúl, para la que México había entrado, y las eliminatorias para el Mundial de Italia. El episodio fue conocido como "los cachirules" y arrastró suspensiones a directivos y cuerpo técnico de la selección juvenil.
Un argentino en Singapur
Fue el árbitro Carlos Espósito, que había dirigido en México 86 y fue uno de los elegidos por la FIFA para el hexagonal final de Asia, que se disputó en Singapur, junto a otros destacados jueces. Espósito actuó en China 2-Arabia Saudita 1 y Corea del Sur 2-Arabia Saudita 0.
La segunda mano de Dios
Diego Maradona tuvo una segunda polémica en los Mundiales en Italia. Tras la "mano de Dios" ante Inglaterra en México 86, en el segundo partido de Argentina, contra la Unión Soviética, tras un tiro de esquina posterior a la lesión de Nery Pumpido, Diego bajó la pelota con la mano en el área y rechazó. El árbitro sueco Erik Fredriksson no cobró nada, y luego la Selección ganó 2-0 un encuentro decisivo para pasar a octavos de final.
Mano de Dios rusa
Otro clamoroso error arbitral lo hizo el uruguayo Juan Daniel Cardellino en Rumania-URSS, y otra vez los soviéticos fueron perjudicados. Con el partido 1-0 para los rumanos, a los 9 minutos del segundo tiempo el zaguero Khidiatullin cortó un avance peligroso con mano grosera un metro antes del área. Cardellino sin embargo sancionó penal y Marius Lacatus marcó su segundo tanto y el 2-0 final. El juez fue suspendido por la FIFA.
Leyendas camerunesas
Thomas N´Kono y Roger Milla ya estaban veteranos para el fútbol, pero a último momento y por clamor popular fueron incluidos por el técnico soviético de Camerún, Valeri Nepomniachi, para el Mundial. N´Kono, figura en España 82, atajó con 33 años, y Milla, que actuaba en el Saint Pierroise de la isla Reunión, con 38 marcó cuatro goles, y entre ambos llevaron al país a una de las dos mejores tareas de África en una Copa del Mundo, a los cuartos de final.
Costa Rica vestido de Juventus
En su segundo compromiso ante Brasil, la debutante Costa Rica salió con una camiseta blanca y negra a bastones, en lugar de su tradicional roja. El cambio tuvo varios motivos. Por un lado, la Federación costarricense homenajeó al desaparecido club tico Libertad, que la usaba. Por otro, el técnico, el famoso serbio Bora Milutinovic, era simpatizante de la Juventus de Italia y el encuentro era en el Stadio Delle Alpi, la cancha de la Vecchia Signora por entonces, reemplazado luego por el actual Juventus Stadium. Por lo que el ex San Lorenzo qquiso usarla de cábala, y aunque allí perdió 1-0, en su último de la primera fase volvió a vestirla y venció 2-1 a Suecia y alcanzó un histórico lugar en octavos de final.
Emiratos Arabes, Deportivo Mubarak
Emiratos Arabes Unidos fue una curiosidad en Italia 90. Había llegado por primera vez empatando cuatro de sus cinco partidos en el hexagonal final de Asia. Y entre sus 22 futbolistas, había seis de apellido Mubarak. Eran ellos Khaled Mubarak (defensor), Ghanim Mubarak (defensor), Fahad Mubarak (mediocampista), Khamis Mubarak (delantero), Nasser Mubarak (mediocampista) y Mahmoud Mubarak. A ellos se agregaban los mellizos Eissa e Ibrahim Abdulrahman, marcadores de punta, los Abdullah (Fahad, Moosah y Mohamed) y los Mohammed, Yousuf y Abdulkader. Fácil para relatores…
Un 0 km para el goleador
En el temido encuentro ante Alemania, Emiratos perdió 5 a 1. Pero el autor del único gol, Khamis Ismail Mubarak, tuvo su recompensa. No sólo fue el primer emiratí en marcar en los Mundiales, sino que de premio recibió un automóvil cero kilómetro.
Holanda e Irlanda, empate con pacto
El Grupo F fue sin duda el más flojo, con siete goles en seis partidos y todos empatados antes de la última fecha. Mientras Inglaterra batía a Egipto, Holanda e Irlanda igualaron 1 a 1, con lo que se clasificaban. Entonces, en los últimos 15 minutos, y en episodio similar a Alemania-Austria del 82, decidieron no arriesgar, tocar la pelota para atrás o para los costados y pactar el empate. El resultado les dio el pase, pero al quedar igualados en todo debieron ir a sorteo para ver quién era segundo y quién tercero. Irlanda fue segundo y Holanda tercero, por lo que por especular debió verse en octavos de final con Alemania, con quien finalmente perdió.
El increíble error de Higuita ante Camerún
En octavos, Colombia iba perdiendo en el alargue con Camerún, con gol de Roger Milla. A los 110 minutos, un largo despeje africano fue a campo colombiano y José Higuita, el arquero cafetero, adelantado, quiso salir jugando con el central Luis Carlos Perea. Éste le devolvió la pelota, Higuita demoró y Milla le robó el balón, se fue hasta el arco solo y definió para el segundo gol. Así Camerún derrotó al once de Francisco Maturana y fue a los cuartos de final.
Michel criticado por derrota con Yugoslavia
En esa instancia, España iba 1-1 con yugoslavia a tiempo extra. A los dos minutos de la prórroga, el talentoso balcánico Dragan Stojkovic ejecutó un tiro libre. Otro talento, el madridista Michel, que estaba en la barrera, hizo el gesto de bajar la cabeza para que la pelota no le pegase. El remate de Stojkovic pasó por ese hueco y fue el gol del triunfo por 2 a 1. Michel fue duramente criticado por la prensa por la acción.
El gol viciado de Italia con Argentina
Italia tuvo un poco de ayuda en su famosa semifinal con Argentina en Nápoles. A los 18 minutos, Salvatore Schillaci marcó el primer gol. En la jugada previa, "totó" bajó el balón con la mano, y luego, cuando Vialli remató y Goycochea dio rebote, Schillaci estaba en offside, pero el gol fue validado por el francés Michel Vautrot.
El increíble gol de Italia ante Inglaterra
Por el tercer puesto entre Italia e Inglaterra, a los 70 minutos el arquero inglés Peter Shilton se dispuso a sacar de su arco. Adelantó con la mano la pelota para luego pegarle, pero antes llegó Roberto Baggio, se la robó allí dentro del área, y tras un amague remató marcando el primer gol italiano, que luego ganaría 2-1.
Las dos primeras rojas en una final
Los argentinos Pedro Monzón y Gustavo Dezotti fueron expulsados en la final con Alemania. Así se convirtieron en los dos primeros en serlo en una final.
La tardecita de Codesal
El árbitro mexicano Edgardo Codesal, uruguayo de nacimiento, hijo del también juez mundialista José MaríaCodesal, tuvo una tarde para el olvido en la famosa final en el Olímpico de Roma. No sólo cobró el penal de Sensini a Voeller que le dio el título a Alemania. En el arranque del segundo tiempo, hubo un foul de Goycochea a Augenthaler en el área argentina que ignoró. Y promediando el complemento, Gabriel Calderón fue derribado por Lothar Matthaus en el área alemana. Pero Codesal dijo otra vez que no.
Los enredos de Argentina
De todo le pasó a la Selección en su camino a la final. La derrota con Camerún, los cinco cambios contra la URSS, allí la fractura de Pumpido y su reemplazo por Goycochea. Varios jugadores no estaban bien físicamente, incluido Maradona, con molestias en las piernas. Contra Brasil se salvó varias veces de milagro y ganó, yendo a jugar con Yugoslavia, donde le anularon un gol sobre el minuto 120 por supuesta mano de Caniggia. En la semifinal con Italia empezó perdiendo con ese gol ilícito, empató pero luego se quedó con diez y pudo vencer en los penales. Sin embargo, el triunfo le salió caro porque cuatro jugadores no actuaron en la final por suspensión, tanto por acumulación de amonestaciones como por expulsión. Aún así, estuvieron a cinco minutos del alargue con un equipo alemán muy superior, que los venciócon ese penal dudoso. Se caía de maduro que la gente los recibiría con todo, y así fue cuando llegaron a Buenos Aires y fueron vivados en su presentación en el balcón de la Casa Rosada.
La bronca de Menem
Todo el país tiró dardos contra Codesal por el penal de la final. Entre ellos el mismísimo presidente Carlos Saúl Menem, que, aludiendo a la profesión de ginecólogo del árbitro, acotó: "Que se dedique a curar".
Las malas actuaciones de Holanda, con ausencias en el 82 y 86, produjeron que en la eliminatoria europea para Italia 90 fuera encuadrada junto con el subcampeón Alemania Federal, además de Gales y Finlandia. Ambos se vieron en las semifinales de la Eurocopa germana, que Holanda ganó y luego fue campeona. Y en sus enfrentamientos empataron, 0-0 en Munich y 1-1 en Amsterdam. Luego vencieron a sus rivales y fue la naranja quien ganó el Grupo 4, y los alemanes fueron segundos pero se clasificaron por ser uno de los mejores en esa posición. Después, serían campeones del mundo ante Argentina.
La última de Alemania Oriental
Europa estaba cambiando radicalmente a fines de los 80, con la destrucción del muro de Berlín como uno de sus hechos significativos, lo que produjo a su vez la reunificación alemana. Por eso, Alemania Oriental jugó su última eliminatoria, quedando afuera con la URSS y Austria.
El escándalo Brasil-Chile del 89
En el Grupo 3 de Sudamérica, Brasil debía jugarse su pasaje con Chile y Venezuela. Ambos superaron a los venezolanos con facilidad y se enfrentaron en Santiago, donde hubo un partido muy ffriccionado con dos expulsados, mala conducta del público local y un 1-1. La revancha era el 3 de septiembre en el Maracaná, donde Brasil con un empate pasaba. Tras ponerse arriba con tanto de Careca, a los 67 minutos, el arquero chileno Roberto Rojas fue alcanzado por una bengala arrojada desde la tribuna, y simuló un corte profundo en la cabeza, que luego confesó que se lo hizo él mismo con una hoja de afeitar en su guante, con la complicidad de compañeros, el técnico Orlando Aravena y el médico Daniel Rodríguez. Los trasandinos abandonaron el campo alegando inseguridad para seguir jugando, pero tras revisar las imágenes de lo sucedido, la verdad saltó a la luz. Y eso les valió que la FIFA se descargara con todo su peso: partido ganado a los brasileños y clasificación, ssuspensión de por vida a Rojas, a Aravena, a Rodríguez, al subcapitán Fernando Astengo y al presidente de la Federación Sergio Stoppel. Y, sobre todo, la prohibición a la roja para disputar el Mundial siguiente, en Estados Unidos 1994.
México también escandaloso
Sin tanto impacto como lo de Brasil-Chile, igualmente negro fue lo que sucedió con México. La selección Sub 20 azteca participó en el torneo clasificatorio para el Mundial de Arabia Saudita. Dos periodistas descubrieron que cuatro futbolistas del equipo tenían edad mayor a la permitida, se abrió una investigación interna y al enterarse, la CONCACAF decidió descalificar a México del Mundial Sub 20. Pero la FIFA fue más allá y sancionó al país prohibiéndole jugar cualquier competencia internacional por dos años, entre ella los Juegos Olímpicos de Seúl, para la que México había entrado, y las eliminatorias para el Mundial de Italia. El episodio fue conocido como "los cachirules" y arrastró suspensiones a directivos y cuerpo técnico de la selección juvenil.
Un argentino en Singapur
Fue el árbitro Carlos Espósito, que había dirigido en México 86 y fue uno de los elegidos por la FIFA para el hexagonal final de Asia, que se disputó en Singapur, junto a otros destacados jueces. Espósito actuó en China 2-Arabia Saudita 1 y Corea del Sur 2-Arabia Saudita 0.
La segunda mano de Dios
Diego Maradona tuvo una segunda polémica en los Mundiales en Italia. Tras la "mano de Dios" ante Inglaterra en México 86, en el segundo partido de Argentina, contra la Unión Soviética, tras un tiro de esquina posterior a la lesión de Nery Pumpido, Diego bajó la pelota con la mano en el área y rechazó. El árbitro sueco Erik Fredriksson no cobró nada, y luego la Selección ganó 2-0 un encuentro decisivo para pasar a octavos de final.
Mano de Dios rusa
Otro clamoroso error arbitral lo hizo el uruguayo Juan Daniel Cardellino en Rumania-URSS, y otra vez los soviéticos fueron perjudicados. Con el partido 1-0 para los rumanos, a los 9 minutos del segundo tiempo el zaguero Khidiatullin cortó un avance peligroso con mano grosera un metro antes del área. Cardellino sin embargo sancionó penal y Marius Lacatus marcó su segundo tanto y el 2-0 final. El juez fue suspendido por la FIFA.
Leyendas camerunesas
Thomas N´Kono y Roger Milla ya estaban veteranos para el fútbol, pero a último momento y por clamor popular fueron incluidos por el técnico soviético de Camerún, Valeri Nepomniachi, para el Mundial. N´Kono, figura en España 82, atajó con 33 años, y Milla, que actuaba en el Saint Pierroise de la isla Reunión, con 38 marcó cuatro goles, y entre ambos llevaron al país a una de las dos mejores tareas de África en una Copa del Mundo, a los cuartos de final.
Costa Rica vestido de Juventus
En su segundo compromiso ante Brasil, la debutante Costa Rica salió con una camiseta blanca y negra a bastones, en lugar de su tradicional roja. El cambio tuvo varios motivos. Por un lado, la Federación costarricense homenajeó al desaparecido club tico Libertad, que la usaba. Por otro, el técnico, el famoso serbio Bora Milutinovic, era simpatizante de la Juventus de Italia y el encuentro era en el Stadio Delle Alpi, la cancha de la Vecchia Signora por entonces, reemplazado luego por el actual Juventus Stadium. Por lo que el ex San Lorenzo qquiso usarla de cábala, y aunque allí perdió 1-0, en su último de la primera fase volvió a vestirla y venció 2-1 a Suecia y alcanzó un histórico lugar en octavos de final.
Emiratos Arabes, Deportivo Mubarak
Emiratos Arabes Unidos fue una curiosidad en Italia 90. Había llegado por primera vez empatando cuatro de sus cinco partidos en el hexagonal final de Asia. Y entre sus 22 futbolistas, había seis de apellido Mubarak. Eran ellos Khaled Mubarak (defensor), Ghanim Mubarak (defensor), Fahad Mubarak (mediocampista), Khamis Mubarak (delantero), Nasser Mubarak (mediocampista) y Mahmoud Mubarak. A ellos se agregaban los mellizos Eissa e Ibrahim Abdulrahman, marcadores de punta, los Abdullah (Fahad, Moosah y Mohamed) y los Mohammed, Yousuf y Abdulkader. Fácil para relatores…
Un 0 km para el goleador
En el temido encuentro ante Alemania, Emiratos perdió 5 a 1. Pero el autor del único gol, Khamis Ismail Mubarak, tuvo su recompensa. No sólo fue el primer emiratí en marcar en los Mundiales, sino que de premio recibió un automóvil cero kilómetro.
Holanda e Irlanda, empate con pacto
El Grupo F fue sin duda el más flojo, con siete goles en seis partidos y todos empatados antes de la última fecha. Mientras Inglaterra batía a Egipto, Holanda e Irlanda igualaron 1 a 1, con lo que se clasificaban. Entonces, en los últimos 15 minutos, y en episodio similar a Alemania-Austria del 82, decidieron no arriesgar, tocar la pelota para atrás o para los costados y pactar el empate. El resultado les dio el pase, pero al quedar igualados en todo debieron ir a sorteo para ver quién era segundo y quién tercero. Irlanda fue segundo y Holanda tercero, por lo que por especular debió verse en octavos de final con Alemania, con quien finalmente perdió.
El increíble error de Higuita ante Camerún
En octavos, Colombia iba perdiendo en el alargue con Camerún, con gol de Roger Milla. A los 110 minutos, un largo despeje africano fue a campo colombiano y José Higuita, el arquero cafetero, adelantado, quiso salir jugando con el central Luis Carlos Perea. Éste le devolvió la pelota, Higuita demoró y Milla le robó el balón, se fue hasta el arco solo y definió para el segundo gol. Así Camerún derrotó al once de Francisco Maturana y fue a los cuartos de final.
Michel criticado por derrota con Yugoslavia
En esa instancia, España iba 1-1 con yugoslavia a tiempo extra. A los dos minutos de la prórroga, el talentoso balcánico Dragan Stojkovic ejecutó un tiro libre. Otro talento, el madridista Michel, que estaba en la barrera, hizo el gesto de bajar la cabeza para que la pelota no le pegase. El remate de Stojkovic pasó por ese hueco y fue el gol del triunfo por 2 a 1. Michel fue duramente criticado por la prensa por la acción.
El gol viciado de Italia con Argentina
Italia tuvo un poco de ayuda en su famosa semifinal con Argentina en Nápoles. A los 18 minutos, Salvatore Schillaci marcó el primer gol. En la jugada previa, "totó" bajó el balón con la mano, y luego, cuando Vialli remató y Goycochea dio rebote, Schillaci estaba en offside, pero el gol fue validado por el francés Michel Vautrot.
El increíble gol de Italia ante Inglaterra
Por el tercer puesto entre Italia e Inglaterra, a los 70 minutos el arquero inglés Peter Shilton se dispuso a sacar de su arco. Adelantó con la mano la pelota para luego pegarle, pero antes llegó Roberto Baggio, se la robó allí dentro del área, y tras un amague remató marcando el primer gol italiano, que luego ganaría 2-1.
Las dos primeras rojas en una final
Los argentinos Pedro Monzón y Gustavo Dezotti fueron expulsados en la final con Alemania. Así se convirtieron en los dos primeros en serlo en una final.
La tardecita de Codesal
El árbitro mexicano Edgardo Codesal, uruguayo de nacimiento, hijo del también juez mundialista José MaríaCodesal, tuvo una tarde para el olvido en la famosa final en el Olímpico de Roma. No sólo cobró el penal de Sensini a Voeller que le dio el título a Alemania. En el arranque del segundo tiempo, hubo un foul de Goycochea a Augenthaler en el área argentina que ignoró. Y promediando el complemento, Gabriel Calderón fue derribado por Lothar Matthaus en el área alemana. Pero Codesal dijo otra vez que no.
Los enredos de Argentina
De todo le pasó a la Selección en su camino a la final. La derrota con Camerún, los cinco cambios contra la URSS, allí la fractura de Pumpido y su reemplazo por Goycochea. Varios jugadores no estaban bien físicamente, incluido Maradona, con molestias en las piernas. Contra Brasil se salvó varias veces de milagro y ganó, yendo a jugar con Yugoslavia, donde le anularon un gol sobre el minuto 120 por supuesta mano de Caniggia. En la semifinal con Italia empezó perdiendo con ese gol ilícito, empató pero luego se quedó con diez y pudo vencer en los penales. Sin embargo, el triunfo le salió caro porque cuatro jugadores no actuaron en la final por suspensión, tanto por acumulación de amonestaciones como por expulsión. Aún así, estuvieron a cinco minutos del alargue con un equipo alemán muy superior, que los venciócon ese penal dudoso. Se caía de maduro que la gente los recibiría con todo, y así fue cuando llegaron a Buenos Aires y fueron vivados en su presentación en el balcón de la Casa Rosada.
La bronca de Menem
Todo el país tiró dardos contra Codesal por el penal de la final. Entre ellos el mismísimo presidente Carlos Saúl Menem, que, aludiendo a la profesión de ginecólogo del árbitro, acotó: "Que se dedique a curar".
HISTORIA MUNDIAL: ITALIA 90
Después del brillante bicampeonato en México 86, Argentina debía supuestamente mantener la estructura y el nivel dorado allí alcanzado, con Carlos Bilardo y Diego Maradona al comando. Pero muchas piedras aparecieron en su camino en el Mundial de Italia 1990, diversas, inesperadas. Aún así, estuvo a cinco minutos de no caer ante Alemania, que con una eterna polémica se le llevó el título y dejó un recuerdo igualmente importante y positivo, el de un equipo de lo más heroico.
Italia se convirtió en 1984 en el segundo país en repetir sede de la gran justa, luego de la controvertida del 34. Con toda su riqueza estructural, económica y artística, abrió los brazos al primer Mundial de los 90, para el que 22 naciones pelearon en la cancha su lugar. La nota más sonora la dio Francia, que aún con Michel Platini como técnico se quedó afuera ante Escocia y Yugoslavia. También Dinamarca, la explosión del 86, faltó gracias a Rumania, que volvía igual que Suecia y Checoslovaquia, que jugaría su último torneo como tal, lo mismo que la Unión Soviética, antes de sus nuevos status políticos. Sí estaba Holanda, el campeón europeo del 88, acompañado curiosamente por una Alemania Federal mejor segunda en el Grupo 4, que competía por última vez con ese nombre antes de su reunificación. También era novedad la República de Irlanda, segunda de España en su zona. Por Sudamérica, llamaba la atención el regreso de Colombia, vencedor del repechaje con Israel. Brasil dejó atrás a Chile con escándalo en el Maracaná, que le valió a la roja no jugar el Mundial siguiente, igual que México que falsificó la edad de su Sub 20 en 1988. La descalificación mexicana abrió la puerta al debut de Costa Rica y al retorno de Estados Unidos, mientras Camerún y Egipto regresaban con sus glorias y otro nuevo, Emiratos Arabes Unidos, se presentaba al mando de Carlos Alberto Parreira.
La inauguración el 8 de junio del 90 en el Giuseppe Meazza de Milán fue espectacular, inolvidable, con una ceremonia de las ma´s bellas, con la mejor canción de los Mundiales, el famoso Un Estate Italiana. Pero el debut del campeón reinante fue para no acordarse. Argentina jugó mal, fue superado por Camerún y un error de su arquero Nery Pumpido dio el gol de François Omam-Biyik y un triunfo de los más fuertes en un arranque. Allí comenzó sin embargo la resurrección de la Selección, que con muchos cambios se sobrepuso a la fractura del 1 de River, su reemplazo por su antiguo suplente Sergio Goycochea y le ganó a la URSS. Y el 1-1 mediocre con la disciplinada Rumania lo colocó en un raro tercer lugar, siendo uno de los cuatro mejores. Los africanos, con las inesperadas presencias de los legendarios Thomas N´Kono y Roger Milla, se quedaban con el Grupo B en Nápoles y Bari.
Desde el vamos el Mundial fue uno de los más pobres de los tiempos. Pocos goles, mucho apostar al error, pleno tacticismo, la novedad de los cinco defensores, no sólo en Argentina. El local y Alemania fueron los más potentes, ganando sus zonas sin líos. Brasil quiso cambiar el jogo bonito con Sebastiao Lazaroni y le salió bien en el inicio con tres victorias deslucidas. Inglaterra se llevó un grupo donde Holanda no fue el del 88 ni por asomo, y encima pactó un 1-1 con Irlanda para meterse penosamente como mejor tercero. En cambio, Colombia le igualó a los alemanes con golazo de Rincón y pasó, y Costa Rica batió a Escocia y Suecia para dar otra sorpresa. En tanto, el uruguay de un joven Oscar Tabárez entraba en octavos en tiempo adicionado, con el cabezazo del chico Fonseca ante Corea del Sur, en un plantel plagado de superestrellas. En esa zona E, mandaron España y Bélgica, el cuarto del 86.
Pero como suele decirse, el Mundial empezó en los octavos. Camerún pegó el segundo golpe al eliminar a Colombia en alargue con dos nuevos goles de Milla. Checoslovaquia barrió al dignísimo Costa Rica y Yugoslavia a España con doblete de Stojkovic. Italia transpiró para marginar a Uruguay con una genialidad de un tal Salvatore Schillaci, suplente que se iba ganando su lugar en el once. Inglaterra venció a los belgas en el minuto 119, e Irlanda se ponía en cuartos en su debut por penales sobre Rumania. Alemania se aguantó la expulsión de Rudi Voeller ante Holanda y lo dejó con 2-1, antes de que Argentina afrontara el temido clásico con Brasil en octavos. Los verdeamarelhos pudieron golear, pero los postes le dijeron no, y entre Maradona y Caniggia tejieron gran jugada para que la nueva estrella, el rubio delantero del Atalanta, marcara un triunfo inolvidable. Pero habría más historias en la novela albiceleste.
Porque ante los yugoslavos, los 120 minutos bajo el terrible calor de Florencia parecieron otra final, que en los penales Sergio Goycochea resolvió con dos atajadas y un 3-2 para meterse otra vez en los cuatro mejores. Allí iba la azzurra, con un Schillaci optimista del gol para batir a Irlanda, Alemania sobre los checos e Inglaterra, que acudía de nuevo a la buena suerte para revertir un 1-2 ante Camerún en alargue, con dos penales del máximo realizador de México 86, Gary Lineker.
El 3 de julio, el San Paolo de Nápoles, la casa donde jugaba Maradona en el club celeste del calcio, era el lugar del Italia-Argentina. Justo Nápoles, esta vez mayormente en contra del diez y sus magullados compañeros, llenos de problemas físicos. Schillaci comenzó con otro gol suyo la semifinal 1, pero Caniggia también volvió a hacerlo con genial peinada, y con un jugador menos la Selección aguantó hasta el tiempo extra y los nuevos penales. Y mientras Maradona marcaba su tiro, Goycochea hacía otras dos salvadas para colocar a un equipo que a los tropiezos, nada que ver con el 86, jugaría otra final. Su rival sería otra vez, para agregar más morbo a la historia, la Alemania de Beckenbauer, como cuatro años atrás. Pero los alemanes tampoco tenían tanto de qué jactarse, al derrotar con mucho lío a los bravos ingleses en desempate desde el punto penal.
Italia quería ganar su Mundial como en el 34, pero sólo pudo disfrutar el tercer puesto que llevó sobre los británicos, con otro tanto de Schillaci que le dio la Bota de Oro. Y al día siguiente, el 8 de julio, el Olímpico de Roma estaba a tope para la revancha del 86. La Selección llegaba más diezmada que en el resto del torneo, con cuatro suspendidos por acumulación de amonestaciones, entre ellos nada menos que Caniggia, su razón de triunfo. Maradona fue bien marcado por Lothar Matthaus, el equipo no tuvo llegada y prefirió acodarse contra Goycochea, más luego de la lesión de su emblema Oscar Ruggeri y la expulsión de su sustituto Pedro Monzón. Pero Alemania no podía, hasta que faltando cinco minutos, Voeller entró al área y Sensini lo cruzó, en acción que no pareció falta y que el mexicano Edgardo Codesal, hijo del uruguayo José María Codesal, vio como penal. Andreas Brehme venció al hechizo de Goycochea y los alemanes se tomaron el desquite. Franz Beckenbauer volvió a festejar, como en el 74, ahora como técnico. Pero Argentina también había sido ganador, porque un subcampeonato con tantos dolores no podía caer en el olvido, y así la gente recibió al plantel en la Casa Rosada, como en el 86. Fueron imborrables recuerdos de un Mundial que, paradójicamente, dejó una historia bastante deslucida.
Italia se convirtió en 1984 en el segundo país en repetir sede de la gran justa, luego de la controvertida del 34. Con toda su riqueza estructural, económica y artística, abrió los brazos al primer Mundial de los 90, para el que 22 naciones pelearon en la cancha su lugar. La nota más sonora la dio Francia, que aún con Michel Platini como técnico se quedó afuera ante Escocia y Yugoslavia. También Dinamarca, la explosión del 86, faltó gracias a Rumania, que volvía igual que Suecia y Checoslovaquia, que jugaría su último torneo como tal, lo mismo que la Unión Soviética, antes de sus nuevos status políticos. Sí estaba Holanda, el campeón europeo del 88, acompañado curiosamente por una Alemania Federal mejor segunda en el Grupo 4, que competía por última vez con ese nombre antes de su reunificación. También era novedad la República de Irlanda, segunda de España en su zona. Por Sudamérica, llamaba la atención el regreso de Colombia, vencedor del repechaje con Israel. Brasil dejó atrás a Chile con escándalo en el Maracaná, que le valió a la roja no jugar el Mundial siguiente, igual que México que falsificó la edad de su Sub 20 en 1988. La descalificación mexicana abrió la puerta al debut de Costa Rica y al retorno de Estados Unidos, mientras Camerún y Egipto regresaban con sus glorias y otro nuevo, Emiratos Arabes Unidos, se presentaba al mando de Carlos Alberto Parreira.
La inauguración el 8 de junio del 90 en el Giuseppe Meazza de Milán fue espectacular, inolvidable, con una ceremonia de las ma´s bellas, con la mejor canción de los Mundiales, el famoso Un Estate Italiana. Pero el debut del campeón reinante fue para no acordarse. Argentina jugó mal, fue superado por Camerún y un error de su arquero Nery Pumpido dio el gol de François Omam-Biyik y un triunfo de los más fuertes en un arranque. Allí comenzó sin embargo la resurrección de la Selección, que con muchos cambios se sobrepuso a la fractura del 1 de River, su reemplazo por su antiguo suplente Sergio Goycochea y le ganó a la URSS. Y el 1-1 mediocre con la disciplinada Rumania lo colocó en un raro tercer lugar, siendo uno de los cuatro mejores. Los africanos, con las inesperadas presencias de los legendarios Thomas N´Kono y Roger Milla, se quedaban con el Grupo B en Nápoles y Bari.
Desde el vamos el Mundial fue uno de los más pobres de los tiempos. Pocos goles, mucho apostar al error, pleno tacticismo, la novedad de los cinco defensores, no sólo en Argentina. El local y Alemania fueron los más potentes, ganando sus zonas sin líos. Brasil quiso cambiar el jogo bonito con Sebastiao Lazaroni y le salió bien en el inicio con tres victorias deslucidas. Inglaterra se llevó un grupo donde Holanda no fue el del 88 ni por asomo, y encima pactó un 1-1 con Irlanda para meterse penosamente como mejor tercero. En cambio, Colombia le igualó a los alemanes con golazo de Rincón y pasó, y Costa Rica batió a Escocia y Suecia para dar otra sorpresa. En tanto, el uruguay de un joven Oscar Tabárez entraba en octavos en tiempo adicionado, con el cabezazo del chico Fonseca ante Corea del Sur, en un plantel plagado de superestrellas. En esa zona E, mandaron España y Bélgica, el cuarto del 86.
Pero como suele decirse, el Mundial empezó en los octavos. Camerún pegó el segundo golpe al eliminar a Colombia en alargue con dos nuevos goles de Milla. Checoslovaquia barrió al dignísimo Costa Rica y Yugoslavia a España con doblete de Stojkovic. Italia transpiró para marginar a Uruguay con una genialidad de un tal Salvatore Schillaci, suplente que se iba ganando su lugar en el once. Inglaterra venció a los belgas en el minuto 119, e Irlanda se ponía en cuartos en su debut por penales sobre Rumania. Alemania se aguantó la expulsión de Rudi Voeller ante Holanda y lo dejó con 2-1, antes de que Argentina afrontara el temido clásico con Brasil en octavos. Los verdeamarelhos pudieron golear, pero los postes le dijeron no, y entre Maradona y Caniggia tejieron gran jugada para que la nueva estrella, el rubio delantero del Atalanta, marcara un triunfo inolvidable. Pero habría más historias en la novela albiceleste.
Porque ante los yugoslavos, los 120 minutos bajo el terrible calor de Florencia parecieron otra final, que en los penales Sergio Goycochea resolvió con dos atajadas y un 3-2 para meterse otra vez en los cuatro mejores. Allí iba la azzurra, con un Schillaci optimista del gol para batir a Irlanda, Alemania sobre los checos e Inglaterra, que acudía de nuevo a la buena suerte para revertir un 1-2 ante Camerún en alargue, con dos penales del máximo realizador de México 86, Gary Lineker.
El 3 de julio, el San Paolo de Nápoles, la casa donde jugaba Maradona en el club celeste del calcio, era el lugar del Italia-Argentina. Justo Nápoles, esta vez mayormente en contra del diez y sus magullados compañeros, llenos de problemas físicos. Schillaci comenzó con otro gol suyo la semifinal 1, pero Caniggia también volvió a hacerlo con genial peinada, y con un jugador menos la Selección aguantó hasta el tiempo extra y los nuevos penales. Y mientras Maradona marcaba su tiro, Goycochea hacía otras dos salvadas para colocar a un equipo que a los tropiezos, nada que ver con el 86, jugaría otra final. Su rival sería otra vez, para agregar más morbo a la historia, la Alemania de Beckenbauer, como cuatro años atrás. Pero los alemanes tampoco tenían tanto de qué jactarse, al derrotar con mucho lío a los bravos ingleses en desempate desde el punto penal.
Italia quería ganar su Mundial como en el 34, pero sólo pudo disfrutar el tercer puesto que llevó sobre los británicos, con otro tanto de Schillaci que le dio la Bota de Oro. Y al día siguiente, el 8 de julio, el Olímpico de Roma estaba a tope para la revancha del 86. La Selección llegaba más diezmada que en el resto del torneo, con cuatro suspendidos por acumulación de amonestaciones, entre ellos nada menos que Caniggia, su razón de triunfo. Maradona fue bien marcado por Lothar Matthaus, el equipo no tuvo llegada y prefirió acodarse contra Goycochea, más luego de la lesión de su emblema Oscar Ruggeri y la expulsión de su sustituto Pedro Monzón. Pero Alemania no podía, hasta que faltando cinco minutos, Voeller entró al área y Sensini lo cruzó, en acción que no pareció falta y que el mexicano Edgardo Codesal, hijo del uruguayo José María Codesal, vio como penal. Andreas Brehme venció al hechizo de Goycochea y los alemanes se tomaron el desquite. Franz Beckenbauer volvió a festejar, como en el 74, ahora como técnico. Pero Argentina también había sido ganador, porque un subcampeonato con tantos dolores no podía caer en el olvido, y así la gente recibió al plantel en la Casa Rosada, como en el 86. Fueron imborrables recuerdos de un Mundial que, paradójicamente, dejó una historia bastante deslucida.
viernes, 4 de mayo de 2018
REEDICIÓN DE LA LLUVIA LARGA DE 2012
El clima parece ser tan noticia en Argentina como el fútbol, la política o los tarifazos. El otro día escribí sobre aquel calor de abril que no se iba nunca. Luego me acordé de la lluvia de cuatro días en agosto de 2012. Ahora, en este loco otoño 2018, parece que se reedita esa vez. Viene lloviendo desde el fin de semana extralargo pasado, con distintos grados de intensidad pero siempre agua y agua. El fin de semana fue persistente y bastante, luego decayó pero siempre cielo cubierto, amenaza de lluvia, la famosa tormenta que nunca cae, como hoy. Y este viernes por la mañana, la llovizna y el fresco repentino, ya insoportables, sorprendieron a la ciudadanía, que no sabe si salir a la calle vestida o con una valija con ropa para cambiarse en el medio de su jornada. "Uy, llueve", el comentario repetido de papá Rafael en casa. Y bueno, que nos garúe finito. Si se puede.
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