viernes, 22 de marzo de 2019

¿Y AHORA QUÉ HACEMOS CON LA SELECCIÓN?

Buena pregunta me hago yo y nos hacemos todos, después del papelón que hizo, una vez más, la selección argentina, y con Messi, en este caso al perder 1-3 con Venezuela un amistoso este viernes en Madrid. Si ya el panorama viene penoso luego del cabaret de Sampaoli y compañía en el Mundial de Rusia, de los constantes desatinos de la AFA sacando y poniendo de todos lados, lo de hoy es un eslabón más en esta cadena de realidades lastimosas. Peor no se puede jugar, y peor aún, más no se puede caer. Está bien que hoy Venezuela es un buen equipo, que está en constante crecimiento, que ya no es el de las goleadas abultadas. Igual, esta Selección de Lionel Scaloni anduvo muy mal y cayó con un rival teóricamente inferior, que sin embargo lo superó tranquilamente. Y con Messi, que sigue ahciendo sus papelones personales, después del desastre que hizo en Rusia. El Messi que nos cansa, por lo menos a mí, con sus tripletes a cualquier equipito de España y viene acá para ser uno del montón. Y la nueva generación, tan mentada, ahí está. Sólo le pudo ganar a Guatemala e Irak. Ya no estamos en el suelo, estamos en el subsuelo, viejo.

¿NO ALCANZAMOS? Y BUENO, NOS CONFORMAMOS

Toda la vida, más en estos tiempos tan demandantes, el ser humano ambiciona permanentemente, me incluyo, de todo. Y si no alcanza algo, aunque sea muy trivial, se pone loco, se queda como si le faltara algo esencial. No sólo lo material, hay gente que cuando no alcanza o pierde un amor, por ejemplo, se hace una mala sangre casi al punto del dolor. Por supuesto que los sentimientos son indiscutibles, pero igual no nos hacen nada bien. ¿Y entonces?, preguntan ellos. Simple respuesta: si no logramos alcanzar eso que tanto nos carcome, debemos conformarnos con lo que tenemos. El conformismo no es de mediocre, no es de indolente, no es de irresponsable, dejado si se quiere. Es de sabio, de inteligente, como debe vivirse la vida. Para qué volvernos locos con lo que no podemos, por mil motivos, tener. Si lo que tenemos puede ser tan valioso como lo que no. Desde ya esto no corre para seres queridos, su ausencia (como en mi caso con mamá Anita) sí no tiene conformismo. Pero todo lo demás, me parece que sí. Como dije alguna vez aquí, busquemos la felicidad mediana, la simple, la necesaria. Lo otro, como dice Dios, vendrá por añadidura. Si Dios quiere.

domingo, 17 de marzo de 2019

SUBIR Y BAJAR, LA MALDICIÓN DE SAN MARTÍN DE TUCUMÁN

Un hecho de lo más curioso se vuelve a producir para el gran San Martín de Tucumán, primer descendido de la Superliga a la Primera B Nacional en la noche de este domingo al perder en su cancha con Boca Juniors 4 a 1. Por cuarta vez, el "santo" desciende en la misma temporada que ascendió a la Primera, sin contar sus participaciones en los Campeonatos Nacionales de los 70 y 80.

Una real maldición persigue al conjunto rojiblanco. En 1988 hizo la hazaña de subir dos categorías en poco tiempo, primero a la B Nacional desde el Torneo del Interior y luego, sin jugar la Segunda, a Primera gracias al Torneo Reducido donde tenía derecho a participar. Ya en Primera volvió a dar el golpe al golear 6-1 a Boca en la Bombonera, pero en 1989 bajó a la B Nacional. Volvió para 1992, al vencer a ALmirante Brown en el Reducido, en recordada final donde ganó en la Ciudadela tucumana e igualó 1-1 en Isidro Casanova, pero en 1993 tuvo que descender por segunda vez.

Tras años de seguir cayendo al Argentino a y hasta a su liga de origen, San Martín regresó gloriosamente en 2008, veinte años después de la epopeya del 88. Sin embargo, y a pesar de buena campaña como las anteriores, descendió en 2009, dándole su lugar justo a su archirrival Atlético, cuya hinchada cantaba "siga el baile al compás del tamboril, a Primera el decano, al descenso San Martín". A mediados de 2018 tuvo su cuarto ascenso al arrasar a Sarmiento en su provincia 5-1 en la decisión del Reducido, sin embargo otra vez los malos resultados lo colocaron en el fondo de los promedios y, por ende, en un nuevo descenso a la B Nacional. Y eso que trajo al famoso salvador Ricardo Caruso Lombardi para evitarlo, pero no le alcanzó.

Será hasta una nueva vuelta para San Martín. Cuando tenga una nueva chance de romper esa maldición de subir y bajar de la élite del fútbol argentino.

viernes, 15 de marzo de 2019

HISTORIAS DE INFANCIA: CAÍDA EN EL SUPERMERCADO NORTE

Hoy es viernes, día apto para relajarse de la semana de estrés. Y para relajarse, tomar un café con ustedes y contar esas historias que Así Es La Vida suele ofrecer. Desde hoy y cada viernes, les haré viajar por pequeñas anécdotas y momentos de mi niñez, mi infancia, edad que yo considero vital para uno, más para mí que la viví intensamente. Porque aparte, como tantas veces escribí, tuvo que ver con esa época donde la vida era tan agradable, nada que ver con ahora. Hoy comienzo por mi primer absoluto recuerdo, que fue lindo porrazo en el famoso supermercado Norte de mi Carapachay.

ACCIDENTE EN EL SUPERMERCADO NORTE

El recuerdo más importante de mi vida, por ser el primero que registro a esos 4 años en 1977. Estaba una tarde sentado en el carrito de compras del supermercado Norte, adonde había acompañado a mi mamá a hacer las compras, cuando de tanto moverme el "chango" se ladeó y fui a parar al suelo, golpeándome la pera y haciéndome un corte que requirió 4 puntos de sutura. Así fueron mis comienzos, pero igual los recuerdo con cariño.

MEJOR COMPRAR EN EL ALMACÉN

Y con este lamentable engaño al bolsillo, todo el que me cruzo me comenta lo mismo: más barato te sale comprar en el almacén. Por sólo un ejemplo, un desodorante Dove que en Coto está a 117 pesos, que yo pensaba "bueno, como están las cosas no es caro", en el almacén de casa está a 95. Sí, sí, veintidós pesos de diferencia. Eso no es nada, mejor ni hablar de los alimentos de primera necesidad. Aparte, la atención del viejo y querido almacenero es otra comparada con las grandes cadenas de hiper. Usted, señor o señora lectora, haga lo que prefiera, yo sólo pongo de relieve cómo es la realidad comerciante en el país. Como tantas cosas, un engaño.

HIPERMERCADOS, OTRA TIERRA DE VIVOS

Sigo intentando ayudar a que la insociedad en la que vivo mejore. Por eso pongo de relieve otra avivada de la agudísimma crisis actual. Así como una vez conté la treta de que el remise aumentó ayer (ver nota en este blog), ahora conozco que los hipermercados son otra tierra de astutos incorrectos. Coto (al que voy asiduamente), Carrefour y algunos otros, que tanto se desgañitan en la Tv con sus mil doscientos millones de promociones baratas, están y son cada día más caros. Una incongruencia es que digan que una segunda unidad de un producto te salga un 80 por ciento menos, o que llevás tres y pagás dos, pero ellos siguen aumentando como se les da la gana. Especuladores en un tiempo lamentablemente favorable para ellos. Es cierto, la culpa de que los alimentos sean el primer elemento inflacionario no es sólo de ellos, pero que ellos contribuyen, eso doy fe. Así que no crean las promos esas largas de 546 productos, que es otro engaño argentino.

domingo, 10 de marzo de 2019

CUANDO GUINEANO LE MANDÓ CARTA A SOLO FUTBOL

En el mundo ultratecnológico de hoy, sin duda la palabra "carta" suena prehistórica. Tal vez se use para llamar a una documentación específica. Pero en
1988, la carta era el medio de comunicación más usado para largas distancias. Más si se escribía desde Gabón a la Argentina.

Corrían fines de los 80 y la revista Sólo Fútbol era moda en la gente. Entre sus muchas variedades, tenía un correo de lectores donde recibía profusamente
inquietudes escritas a mano en papel de hinchas de los más diversos rincones del país. Pero una de las cartas fue muy especial. Un nativo de Guinea Ecuatorial
llamado Ricardo Asumu Nehama le envió unn mensaje a la revista desde Libreville, capital de Gabón, limítrofe con aquella nación africana. Lógicamente y
por su singularidad, la misma apareció en un recuadro aparte con el título "De Gabón, con amor".

Si una carta lejana de un pariente era harto importante, claro que fue toda una noticia que un guineano le escribiera a Sólo Fútbol. Desde África, aquel
lugar del que por entonces sólo se sabía de Camerún y poco más, del que cuando se lo nombraba en fútbol muchos se reían. Y una carta, esa palabra que hoy
suena rara. Pero en 1988, una carta de Gabón a la Argentina fue posible.