martes, 2 de diciembre de 2014

ANGOLA: UN PAÍS MÁS RICO DE LO QUE TODOS PIENSAN

Situado en el suroeste de Africa, Angola es un país que recientemente ha cumplido 39 años de vida, el 11 de noviembre pasado. En 1975 se independizó del dominio portugués tras una larga guerra civil que duró 14 años. Pero tras su independencia, y tal como ha pasado en muchos países del continente, la absurda guerra recomenzó entre los tres movimientos políticos más importantes. Las hostilidades recién finalizaron en 2002, pero obviamente dejaron una profunda crisis a todo nivel. Sin embargo, luego de mi visita a la divina Embajada, he podido comprobar que Angola no es sólo guerra y pobreza. Muy por el contrario, es un país más rico de lo que podríamos pensar. Empezando por el petróleo, su producto más importante, Angola es una nación desarrollada dentro de un continente que sabemos subdesarrollado. Aparte de la abundancia de yacimientos petrolíferos, existen grandes reservas de minerales, diamantes, gas, electricidad, madera y una aceptable agricultura. Además, tiene mucha tradición en dos deportes muy importantes: el fútbol, con una selección que en 2006 se clasificó a su primer Mundial en Alemania y perdió por un gol contra el Portugal de Cristiano Ronaldo e igualó con México y con Irán, estando muy cerca de pasar de ronda y jugar con Argentina en octavos de final. Y es significativo el básquetbol, cuyo equipo nacional participa regularmente en los Mundiales masculino y femenino, siendo el resultado más resonante la victoria sobre el mismísimo España en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992. También se destacan el hándbol y los deportes individuales como el judo o la natación, aunque sin grandes resultados internacionales. Pero sin duda el mejor producto de exportación angoleño es el turismo, con su capital Luanda llena de movimiento y sitios históricos o sus playas. Y más aún, sobre todo después de estar en la Embajada, he notado que su gente es sencilla, cálida y muy alegre. Los angoleños, conforme a su descendencia latina, gustan de las fiestas populares y las reuniones. Todas costumbres y tradiciones que iré detallando en la próxima entrada. Y que, sin duda, marcan a Angola como un país no tan pobre. O, mejor dicho, bastante rico.

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