miércoles, 24 de diciembre de 2014

MIS MÁS LINDAS HISTORIAS DE NAVIDAD

Bueno gente, se vino el 24. Sí, se vino otra Nochebuena. Y en la víspera de estas fechas especiales, Así Es La Vida les trae varias historias mías navideñas para reírse y enternecerse. Disfruten.


NOCHEBUENA 1979, 6 AÑOS: AQUEL PRIMER RECUERDO

Una bella noche en casa fue escenario de la primera Nochebuena de mis recuerdos. Esa vez, luego de la cena con muchos familiares, fui al living a esperar mis regalos y recibí un autito verde claro mediano a fricción, que admiré sentado en el suelo delante de los almohadones azules.

NOCHEBUENA 1983, 10 AÑOS: MISA EN SAGRADA, VILAS Y LAS SUPERESTRELLAS

Una de las que más y mejor Recuerdo. A las 7 contemplé junto a papá cómo la tarde se iba, mientras charlábamos en el pasto del fondo. Un rato después, fui a la parroquia Sagrada Familia de mi amado Carapachay, a dos cuadras y media de casa, a participar de la misa de Nochebuena por primera vez en mi vida con mi abuela y mi mamá, entonces católica. Allí, parado en un banco del medio, viví una grandiosa emoción que, tras estar serio, me hizo caer algunas lágrimas. Allí estaban el Señor y María para hacer más inolvidable aquella noche.
Luego fue hora de cenar en el patio, con una preciosa noche de marco. Cuando llegó la Navidad, me senté con mi pantalón blanco en el pasto a esperar qué me traía Papá Noel. Y los regalos fueron bárbaros: un toallón con la imagen de Vilas y el excelente cassette Superestrellas Volumen IV, que traía entre otros a Valeria Lynch, León Gieco, Piero, Baglietto, Sergio Denis, Raúl Porchetto y Donald con su glorioso Vamos a la Playa. Pero lo más lindo fue esa increíble noche de estrellas, con la belleza del jardín y las luces del fondo.

NOCHEBUENA 1985, 12 AÑOS: ¡QUÉ LINDOS REGALOS!

En la última Natividad de mi infancia, recibí en casa la visita de mis abuelos y de Mariano y Natalia. Y grandes regalos: un globo terráqueo, el espectacular juego de mesa Viaje a Través del Tiempo, una increíble calculadora con música en sus botones (obsequio de la lela, que dijo ‘’es lo último que hay’’) y el recordado libro La Carrera Interminable, que fue el que me hizo apasionar por el rally al año siguiente. Natalia recibió un set de belleza que al parecer no funcionaba; además tuvo un pequeño accidente cuando me la llevé por delante y se golpeó la pierna con un escalón sobresaliente. Fue otra noche llena de gente y de alegría en nuestra casa.

NOCHEBUENA 1986, 13 AÑOS: LA BANDERA DE RENAULT

Mi pasión de 1986 por los autos se reflejó en la Nochebuena, cuando en el living de casa me regalaron una gigantesca bandera de Renault, al parecer comprada en la concesionaria de la larga avenida Mitre, en Munro, al lado de Carapachay. Justo cuando la estaba disfrutando, todos gritaron a coro ‘’Kankkunen, Kankkunen’’, por aquel gran corredor de rally que yo nombraba cada dos por tres. Pero se equivocaron: Juha Kankkunen corría para Peugeot...

NAVIDAD 1988: HOT DOG EN EL AIRE

Un soleado y caluroso domingo, estuve en la recordada FM Río zonal de Munro, haciendo y disfrutando el décimo programa de Hot Dog, que transmitía con mis compañeros de secundaria Fernando Tozzoli y Alfredo Filippi, el que salió bueno. De ahí me fui una vez más a lo de Lilia.

NOCHEBUENA 1999, 26 AÑOS: LUCECITAS EN EL TALLER

Llegaban los últimos días de la década y el milenio. Y el 24 de diciembre no fue uno más, sino el último en Ramón Castro. Y fue, gracias a Dios, una gran noche; las lucecitas de colores en las ventanas del taller del fondo le dieron alegría y ternura a la Nochebuena. La cena en la larga mesa del patio, la dulce vocecita de mi sobrino de un año Juan Cruz y hasta la pequeña tortuga (la ‘’tututa’’) que le habían comprado hicieron que fuera inolvidable. Y como broche, recibí de Leo el compacto de El Mundo en sus Manos, una fabulosa enciclopedia interactiva con fotos, banderas, mapas, información de los países y lo más increíble, los himnos de cada uno.

NAVIDAD 1999: EL MUNDO EN MIS MANOS

En un caluroso 25 disfruté toda la mañana en mi habitación el CD, escuchando una y otra vez los lindos himnos. Mi papá también quedó encantado con la música y me pedía desde abajo que pusiera tal o cual himno. Después del almuerzo, volví arriba y, con el aire acondicionado de aliado, pude pasar una tranquila tarde leyendo el Atlas Geográfico Universal Color, recordando aquel gran 1985 y con la imborrable Nostalgie FM 106.7 de fondo.

NOCHEBUENA 2002, 29 AÑOS: LA GUITARRA ESPERADA

Tres años más tarde, había cambiado de casa, ahora en la gloriosa de la calle Ituzaingó en Carapachay. Pero el Niño Jesús seguía trayéndome sorpresas. Por entonces yo iba a Sagrada Familia regularmente a misa, y participaba en el coro, a quienes escuchaba practicar con la guitarra, que me enamoró tanto que quería una. Y la misma apareció ese 24 templado en casa: a la hora de los regalos, saqué de adentro de una bolsa la guitarra, una vieja de nuestra costurera Blanca. No lo podía creer... Eso sí, no sabía un reverendo pomo cómo tocarla, ni siquiera sabía agarrarla. Mis hermanos se quisieron hacer los músicos profesionales con sus soberbias explicaciones, pero les salió mal, era obvio que no sabían una caja de pomos. Por suerte, en el verano mi compañera de coro Celeste, profesora y que obvio tocaba, me empezó a enseñar en su casa. Pero qué sorpresón... Tal fue el alegrón que al día siguiente la llevé a la misa del 25 en Sagrada, pero sólo para mostrársela a todos, mirá si iba a tocar el 25 sin saber...

NOCHEBUENA 2003, 30 AÑOS: RESFRÍO, FRÍO Y BEBIDAS HELADAS

Para 2003 nos fuimos a la gran casa que Leo y su familia habían inaugurado en enero en Pilar, en la zona Norte de Buenos Aires. Justo ese 24 yo tenía un resfrío feroz, pero igual participé en la misa de Nochebuena en Sagrada. Ya estaba mejor, no sé cómo. Pero luego la casi fría noche no me hizo bien ahí en Pilar, donde cuando hace frío parece Ucrania. Para colmo, la cena era al aire libre, quién fue el genio no lo sé. Y para colmo, las bebidas estaban más heladas que la Base Marambio. Me la aguanté más o menos hasta luego de las 12 y el brindis; después, me fui adentro con mi abuelo mientras los demás meta tirar, escuchar y ver cohetes y otras yerbas.

NAVIDAD 2003: RESFRÍO PARTE 2

Pero ahí no terminó la cosa, amigos. Como era de esperar, el ajetreo nochebuenesco-navideño me pegó mal, encima que no estaba del todo curado. Tanto que cuando me fui a bañar en la preciosa ducha de Ituzaingó para ir a la misa del 25, empecé a estornudar como loco. Y luego me agarraron unas líneas de fiebre. Por suerte, aspirina y mimos de la Virgen mediante pude ir y cantar con los chicos. Pero fue regracioso...

NOCHEBUENA 2012, 39 AÑOS: 48 GRADOS DE TÉRMICA

Casi una década después, en el seguir a la insoportable familia de la suegra de mi hermano, ahora nos tocaba ir a la casa de Nacho, cuñado de Leo, en Villa Ballester. Ese 24 la temperatura rompió todos los récords, ya que tipo 12 llegó a los 39 grados y 48 de sensación térmica, algo que no se sentía en la Argentina desde aquellos 43 grados de Mar del Plata en los 60. Igual fue bajando de a poco, pero era terrible, encima con una humedad espantosa. Pero fui, la pasé bien y brindamos. Y a eso de las 3, la anunciadísima tormenta se abatió sobre Buenos Aires. Fue gracioso escuchar la tormenta eléctrica, truenos, rayos y centellas y al mismo tiempo los cohetes y demás, con aparte una lluvia de novela.

NAVIDAD 2012: UN POCO MUCHO FRESCO

Pero la novela fue el 25. De los 48 y pico, 46, 40 de temperatura del 24, luego del tormentón pasamos a 19 GRADOS el 25. Una mañana soleada y un poco mucho fresca donde mi papá y yo almorzamos en el nuevo pequeño departamento de la calle Washington, también en Carapachay, solos ya que mi mamá Anita se había mudado al cielo en 2010. Pero fue increíble, el que no se enfermó fue porque era de piedra, como yo.

Bueno amigos, espero que os haya gustado. Así Es La Vida, que los ama y los lleva en el corazón y sus oraciones, les desea una superfeliz Nochebuena y una hiperfeliz Navidad. Como decimos los ochentosos de la cupé Fuego: felicidades posta.

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