lunes, 9 de enero de 2017

EL DAKAR ME DA FUERZAS PARA CADA DÍA

Algún tiempo muy atrás escribí, sin ver mi archivo del blog, que la vida es un Dakar, que la vida tiene mucho contratiempo jodido tipo el gran rally. Bueno, como cada año, mientras sigo la info de la carrera diariamente en radio, Internet y TV, conozco los líos, penurias, desventuras, dolores que este maratón de la vida, más que una simple carrera motor, acarrea. No sólo los de la competencia en sí, sino el poco dormir, cómo comer bien, el cansancio, la altura, los golpes, los estados anímicos.

Y eso, al tiempo que me gusta por ser fanático de la especialidad, me llama a mi propia vida, a mi día a día mismo. Realmente, el Dakar me da fuerzas y me inspira para encarar y atravesar esos momentos cumbre, límite que de cuando en cuando me tocan a mí como a cualquiera de ustedes. Sea trabajar con un resfrío, tener un golpe, un bajón, un corte de luz, una mentira, un imprevisto, gente que se aleja, haber pasado varias duras como pasé y seguir en carrera, todo lo he experimentado tal cual el rally. Y de él he aprendido a sobrellevar, bancar en criollo, cada uno de esos momentos duros, infelices, molestos, dolorosos. Porque si esos locos que corren a 15 000 metros de altura, que pasan de 0 grado a 50 y al revés, siguen vivos, qué vamos a decir nosotros que estamos mucho más tranquilos en la tierra. Y ojo, también vivimos momentos lindos, felices, alegres como tiene la carrera. Todo tal cual. Creo que en serio, sin metáforas, el Dakar enseña, purifica, alecciona y prepara para cada etapa nuestra, como las de los vehículos. La etapa diaria de la vida.

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