sábado, 14 de enero de 2017

PETERHANSEL, EL LEÓN DEL DAKAR


Resumen etapa 11, con Peterhansel, Loeb, Despres, Arduzzo y otros

Parece mentira, pero así como empezó tan pronto terminó tan pronto. Un nuevo Rally Dakar llegó a su fin esta mañana muy muy temprano, y en este momento está arribando al ACA, el legendario Automóvil Club Argentino, donde será el podio. La edición 38 de la carrera más dura y famosa del mundo fue más accidentada y complicada que de costumbre, y dejó un nombre repetido en lo más alto de los autos: Stéphane Peterhansel, “Messieur Dakar” por sus ya nada menos 13 rallíes ganados, seis en motos (en Africa) y siete en coches con el de hoy. Con un Peugeot como el año pasado, el superfrancés fue un león, tal el logo de su marca, y continúa ratificando su leyenda. La gran tarea argentina, con un top ten en cada categoría, un nuevo campeón en motos y cuatriciclos, la no presencia de los Patronelli, la largada en Paraguay, los tremendos problemas climáticos en Bolivia y Jujuy que cortaron tramos fueron algunos matices de un Dakar un tanto descolorido con relación a otros, pero siempre Dakar. En el tercer rally de Así Es La Vida, éste es mi balance de estas dos rápidas semanas.

AUTOS: CON ACENTO FRANCÉS

Además de este monstruo Peterhansel, sus compatriotas del podio fueron franceses: el multicampeón de rally mundial Sebastien Loeb y el ex ganador del Dakar en motos Cyril Despres. Ambos llevaron a Peugeot a arrasar como en sus mejores tiempos, como los 80 con Vatanen y Kankkunen, marcando un fabuloso 1-2-3. Nani Roma y Giniel De Villiers, otros dos superclásicos nombres de la prueba, llegaron atrás con las Toyota Hilux, y les siguió Orly Terranova, el mendocino otra vez el mejor de los nuestros con su Mini, imitando sus actuaciones de antaño. También se destacó el pistero Facundo Arduzzo, que en su debut terminó 25 con la Renault Duster. Y dos grandes que se fueron rápido: Carlos Sainz, que nuevamente se desbarrancó y debió abandonar, igual que el qatarí Al Attiyah.

MOTOS: CON ACENTO INGLÉS

El inglés Sam Sunderland fue un nuevo vencedor en las dos ruedas, llevando a KTM a la supremacía, ya que le ganó a su compañero de marca Matthias Walkner, de Austria. Sunderland, que venía participando años atrás, se favoreció con el rápido accidente del australiano Tobi Price, también con KTM, campeón en 2016. El tercero fue Gerard Farres, español como otros que no estuvieron arriba. Genial otra vez los argentinos, encabezados por el novato Franco Caimi, octavo.

CUATRIS: UN RUSO Y UN ARGENTINO NUEVO

El ruso Sergey Karyakin fue el primero en cuatriciclos, una división que salvo el checo Machacek en 2009 y el chileno Casale en 2014, fue de los Patronelli. Casale fue segundo, y a falta de los exitosos hermanos de Las Flores, apareció el neuquino Pablo Copetti, de experiencia en la competencia, y llegó al gran tercer puesto, mientras Santiago Hansen fue quinto.

CAMIONES: VILLAGRA EXCELENTE OTRA VEZ

El año pasado, el supercampeón de rally argentino Federico Villagra había probado por primera vez los gigantes Iveco y había sido tercero. Ahora, con Alejandro Yacopini y Ricardo Torlaschi, estuvo muy cerca, llegó a liderar pero no pudo mantenerse y los rusos de Kamaz volvieron a vencer, con Eduard Nikolaev primero y Dmitri Sotnikov segundo, más el holandés Gerard De Rooy. Pero lo del Coyote y sus compañeros fue bárbaro con su cuarto lugar.

También hubo una nueva categoría, los vehículos UTV, una especie de todoterreno más pequeños, donde ganó el brasileño Leandro Torres, el primero de su país en hacerlo en el Dakar. Lo peor como conté fueron las interrupciones por las tremendas tormentas de Bolivia y Jujuy, sobre todo el alud que dejó varias víctimas en la provincia norteña. Por suerte, y por primera vez en mucho tiempo, no hubo que lamentar muertos en la carrera misma, pilotos o espectadores, aunque el riesgo que impone el director del trazado, el ex campeón Marc Coma, es permanente. Pasó un nuevo Dakar, pasó por Argentina de vuelta, y ojalá en 2018 vuelvan los Patronelli, siga acá y se sumen otros países, por qué no Brasil, aunque se rumorea fuerte que la cuestión pisará de vuelta Lima, Perú, como en 2013. Por ahora, saboreemos un nuevo capítulo de esta novela de varios llamada Rally Dakar. Más que una carrera, la vida misma.


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