domingo, 14 de enero de 2018

HISTORIAS DE VERANO: PERCANCES RUTEROS

* VIDRIO ROTO SIN QUERER QUERIENDO. Genial del fin de verano 82 volviendo de mi primer Pinamar. En una parada de ruta, yo tenía la zapatilla desatada. Mi mamá me hizo sentar en una parecita de una confitería que tenía un vidrio atrás para atarme la misma. Y para hacerme sentar no tuvo mejor idea que darme un fuerte empujón, con lo que me fui para atrás y con la espalda ROMPI EL VIDRIO...

* MANOS DE MANTECA. Érase otro viaje en auto a Pinamar, éste en el 83. Como siempre, paramos un rato a la mañana en una estación Isaura. Entré con mi vieja y pedí un café, que me sirvieron en vasito de plástico. Tan blandito estaba por el sueño, que cuando quise agarrar el vasito, se me escurrió de los dedos y FUE A PARAR AL PISO. La empleada disimuló su bronca, pero mi vieja me retó duro (‘’tenés manos de manteca, b...’’). Hay que ser, eh...

No hay comentarios:

Publicar un comentario