viernes, 27 de enero de 2017

MIS VERANOS DORADOS: BAR DE LA PLAYA

Un gran recuerdo de antes. El lindo bar cerca de la entrada, sobre la arena blanda, que visité a veces para almorzar una buena milanesa y Coca Cola o tomar algo de tarde. Eso sí, el aroma a paty era muy fuerte, inundaba el lugar. Cerca del bar había una canilla de donde yo tomaba agua.

martes, 24 de enero de 2017

MIS VERANOS DORADOS: PLAYA EL OLIMPO DE PINAMAR




La playa que disfruté tantos años, a la que íbamos de mañana y tarde, casi siempre caminando con todo tipo de cosas y algún día en auto. Casi por 15 años fue un símbolo de mis veranos en la preciosa ciudad balnearia, epicentro de la mayoría de mi tiempo. Arena, mar, sol, fútbol, juegos, helados, pirulines, el bar, oír radio, mate, hasta pizza. La mañana, la tarde, el cielo celeste, azul, el atardecer. La gente y sus rarezas, el color, los parapentes, los triciclos, la pesca, el increíble muelle. Marea baja, olas gigantes, lagos en la orilla, médanos, el tobogán de agua. Días y tardes, incluso con cielo gris y llovizna, seguro con mucho viento, una historia sin igual dentro de mi gran historia de las vacaciones. Eternamente, vamos a la playa.

LAS VENTAJAS DEL CALOR

Con estos días de intenso calor y sol en Buenos Aires, vuelve a surgir el lindo, interesante debate de qué temperatura es mejor. Porque cada vez que la vida nos somete a clima extremo enseguidita extrañamos el opuesto. Si hace mucho frío, cuándo subirá la temperatura, cuándo vendrá el calor. Cuando toca calor, qué bueno sería que haga frío, estábamos mejor con el frío. Bueno, para no quejarnos tan seguido, hay que establecer qué nos gusta más, o mejor dicho, qué nos molesta menos. Y ahí el debate.

Todas las opiniones y preferencias son respetables, pero a mí me gusta y quiero más el calor. ¿Por qué? Por varias ventajas a mi humilde entender. El calor, el verano, da ganas de salir a todos lados, más aún de noche, cuando uno en invierno no puede asomar la nariz al exterior. Y eso es clave, porque el ser humano nació para salir, para el aire libre, no para vivir encerrado tipo el caracol o el avestruz. El frío, está comprobado, suele aparejar depresión.

El calor, el sol, permite salir, más allá de tener que cubrirse la cabeza y las lógicas precauciones, y eso alegra, estimula, ayuda al espíritu. Y encima, lo estoy viendo yo mismo, la tempranísima y potente luz solar, ya tipo 5 y 40 de la mañana, hace que quien se tenga que levantar lo haga más predispuesto. Hasta yo, que no suelo tener horarios madrugadores, me levanto tipo 7 y media, ocho, sin problema de sueño y con ganas de actividad, con los beneficios de tiempo y demás que eso lleva.

El calor permite el juntarse, las salidas, una vida más natural, no tanto encierro, y todo lo bueno que eso trae. Y yendo al clima en sí, mejor es estar liviano de ropa, vestido más como persona que como esquimal, aunque me encanta la ropa de cuero y los zapatos, pero es más disfrutable así.

Otra: el calor te obliga a comer un poco menos, más sano, tomar más líquido, y eso es otro puñado de beneficios. Incluso, es más fácil usar aparatos de aire o ventiladores, manejar electricidad, que estar alertas con el gas, la estufa, el encierro, la ventilación o no y claro, la factura correspondiente.

Repito, piensen lo que quieran, prefieran lo que se les dé la gana. Yo prefiero el calor, más ventajoso que el frío.






viernes, 20 de enero de 2017

MIS VERANOS DORADOS: DEPARTAMENTO EL ATLÁNTICO DE PINAMAR

Uno de los más hermosos lugares que cobijaron mis veranos en Pinamar y donde comenzó mi historia en esa pintoresca ciudad. Ese espectacular edificio estaba sobre la larga avenida Libertador, en una vereda blanca con preciosos canteros con flores en su entrada. Allí había puertas de vidrio y modernos pasillos y escaleras que llevaban a aquel tercer piso propiedad de mi tío, pequeño pero coqueto, con un living comedor, un balcón y un par de habitaciones. Era un lujo para la vista mirar por las ventanas abajo, hacia el enorme parque que rodeaba al departamentto, donde había autos estacionados.

jueves, 19 de enero de 2017

SUB 20: DE LA TELE CON LLUVIA A VERLO POR YOUTUBE

Esta nota bien la podría poner en Postales de Verano, esta linda nueva sección de Así Es La Vida. Pero es gracioso e increíble cómo la tecnología marca el tiempo de vida de uno. Allá en mis gloriosos 80 en Pinamar, veía este Sudamericano Sub 20 de fútbol que comenzó esta semana con muchos problemas. Generalmente lo veía en el diario Clarín, ya que o no se televisaba o, peor, mi TV blanco y negro Zenith no sintonizaba bien y teníamos que hacer malabares para ver un partido de fútbol.

Muy bien, más de 30 años después, acá estoy viendo por YouTube el encuentro entre Uruguay y Venezuela. Desde mi PC, sin pedirle a mi papá Rafael que me deje ver un toque la tele, estoy siguiendo las alternativas del cotejo cómodamente instalado en mi compu. Y eso que no manejo mucho celular, que si no lo podría ver ahí también. Sí, puede ser que para muchos de ustedes esto no sea novedad, o más bien que yo soy un antiguo. Bueno, soy lo que soy, diría Sandra Mihanovich. Pero no dejo de sorprenderme de cómo el siglo XXI nos toca con su magia. De la tele con lluvia y antenas caseras a verlo por YouTube.






miércoles, 18 de enero de 2017

MIS VERANOS DORADOS: SIERRA DE LOS PADRES

El más bello de mis vacaciones en la Feliz. Un lugar paradisíaco, lleno de naturaleza y con arboleda, donde anduve a caballo con la yegua ‘’Irma’’ rodeado de pinos. Y paseé por una zona que hasta tenía canchas de fútbol.

lunes, 16 de enero de 2017

MIS VERANOS DORADOS: PLAZA MITRE DE MAR DEL PLATA

La espectacular plaza de alquiler de rodados en el centro de Mar del Plata. Rodeada de bella arboleda y pasto, tenía estacionados en un cordón los más diversos y fabulosos kartings a pedal, bicicletas simples y en tándem, todos numerados, en los que mucha gente (la mayoría chicos) transitaba un gran espacio de asfalto. Entre ellos yo, que no podía parar de tan divertido que estaba. Un paisaje decorado con el monumento a Mitre y una linda fuente donde pululaban lanchitas a pila. Un lugar hermoso, muy familiar, una gloria de mis primeras felices vacaciones.