jueves, 28 de febrero de 2019

VENEZUELA, PEQUEÑA VENECIA

Muchos ni piensan en el origen del nombre de Venezuela. Pero tiene su historia, y tan longeva como su descubrimiento y colonización en el siglo XV. Américo Vespucio, uno de sus primeros exploradores, vio en un viaje que las construcciones donde vivían los indígenas de la zona parecían una "pequeña Venecia", similar a la bella ciudad italiana de los canales. El diminutivo de Venecia es Venezuela, y así le quedó el fácil y original nombre a la perla del Caribe, la que Cristóbal Colón apodó "paraíso terrenal".

MI CANCIÓN SOLIDARIA PARA VENEZUELA


Video Canción para Venezuela

Sabido es, muy penoso, que este verano Venezuela escribió un nuevo capítulo en su dolorosa historia sociopolítica, con la destitución del dictador Nicolás Maduro y el nombramiento de Juan Guaidó como presidente interino. Pero la locura de la "revolución bolivariana", la que hace años sume en pobreza, miseria y muerte al hermoso país caribeño, continúa y la ayuda humanitaria fue el fin de semana objeto de violencia. Y Maduro sigue desafiando cualquier llamado a su retirada. Entonces, como músico pero sobre todo como buena persona que intento ser, escribí esta Canción para Venezuela, que resalta en su primera parte (difundida en este audio-video) las bellezas de la región, a la que yo llamo "perla", porque eso es, una perla que los locos se empeñan en lastimar. Justo regalo a esas almas doloridas por la estupidez fundamentalista, ésa que nosotros los argentinos casi vivimos. Arriba Venezuela, y arriba, como dice el tema, la bandera de la libertad.

JANI DUEÑAS: EL SHOW DEBIÓ CONTINUAR



Jani Dueñas es una humorista chilena que anteanoche protagonizó un momento muy polémico como uno de los números del tradicional Festival de la Canción de Viña del Mar, en su edición 2019. Durante su show de stand up, el público, conocido como "el monstruo" por su dureza para reprobar o aprobar, la silbó de forma continua y por instantes ensordecedora. Sin embargo, la reconocida cómica del sitio Netflix y otros créditos de largo curriculum aguantó como pudo y siguió, de forma admirable, con profesionalismo y sin perder ni un gramo de gracia, a pesar del mal momento. Hubo varias versiones sobre su reprobación, algunas que el show no prendió en el tremendo público, otras que ella no tuvo las mejores formas y, también, que no la conocían mucho y por eso no la esperaban. Dueñas alcanzó a hacer en esas condiciones una media hora, hasta que se puso nerviosa y terminó acotando "esto es el abandono", justo cuando los presentadores llegaron para animarla y despedirla de forma más prolija. Y yo que creía que estas cosas sólo eran en nuestra mediocre sociedad argentina. Me pareció muy bueno el show, más allá de que no soy experto. Pero Jani Dueñas debe llevarse más aplausos por haber logrado que el show continuara. Porque, claro, el show debió continuar.

martes, 26 de febrero de 2019

POSTALES DE VERANO: DESCANSO BAJO LA PALMERA

Dos de la tarde, ya terminamos el almuerzo playero. El sol es tan radiante como quemante, el calor es tremendo. Entonces, para esperar el tiempo de tomar sol de nuevo, lo mejor es ir a descansar bajo un poco de sombra. Por ejemplo, bajo una altísima palmera, aunque sea bajo un árbol. Y allí, disfrutar de una siesta sobre la lona, la reposera o sillita, leer, escuchar radio con auriculares, tal vez un poco de reggae veraniego, mientras admiramos la increíble belleza de la vegetación. Esa palmera, ese árbol que con su infinito follaje da sombra y como una persiana apenas deja pasar al sol. Descanso placentero, a la sombra. Y a la luz de la plena naturaleza.

domingo, 24 de febrero de 2019

QUE SE SEPA: TORNEO FEDERAL REGIONAL AMATEUR DE FÚTBOL

Desde esta temporada, los clubes de cada rinconcito de la Argentina futbolera tienen un nuevo certamen. Es el Federal Regional Amateur, que reemlaza a los anteriores Federal B y Federal c que eran inferiores al A, de donde se clasifica a la Primera B Nacional y, eventualmente, a la Superliga de Primera.

El C, como contáramos en febrero de 2018 en Tribunero.com, contaba la friolera de más de 300 clubes de todo el país. Se dejaron ambos torneos y se creó este con 241, y un nombre que no alienta demasiado a las modestas instituciones del popular y convocante interior argentino.

La monstruosa cantidad, realmente poco seria en un fútbol que quiere ser grande, se reparte generrosamente entre zonas de seis a diez equipos. Los participantes llegan por ser campeones de sus ligas regionales, aunque en algunos casos, si el ganador ya juega un certamen de la AFA, va su segundo. Los mejores de cada zona acceden a una eliminatoria directa, donde se disputan los cuatro ascensos al Federal A. Un perjuicio para algunos que soñaban con subir del B al A y que ahora actúan en esta cuarta categoría para indirectamente afiliados.

Entre esta "guía telefónica" de clubes, encontramos nombres con pasado grande en Primera División, como Tiro Federal de Rosario, deportivo Mandiyú de Corrientes, Guaraní Antonio Ffranco (Misiones) o Central Norte de Salta y Andino de La Rioja, verdugos un día de Boca y River respectivamente en los viejos Nacionales de los 80. Pero también hay de remotos y desconocidos rincones, como Defensores de Boca de Los Perros (San Juan), Social Bañado de Ovanta (Catamarca), YPF de Joaquín V. González (Salta), Monterrico San Vicente (El Carmen, Jujuy) o Los Cuervos del Fin del Mundo, en la bella Ushuaia, Tierra del Fuego. Otros tienen fama por su nombre, como River Plate de Embarcación (Salta) o Independiente de Puerto San Julián (Santa Cruz). O por su origen, como que de la Liga de La Plata están Everton o CRIBA. O el Fernando Cáceres FC, de Ciudad Evita (Buenos Aires), fundado por el afamado zaguero de Argentinos, Boca, River, Tenerife y la Selección argentina.

Los grandes y chicos del precioso interior nacional tienen su lugar. Que se sepa, para que con tanta cantidad, no se pierdan.

SI SOMOS SOCIEDAD, ARGENTINA ES POTENCIA MUNDIAL

Cada vez que me sucede a mí o a cualquiera una de estas vergüenzas, me surge enseguida el por qué de cómo está la Argentina. Por supuesto que si el país está más devastado que antes, la razón principal es el pésimo manejo económico y social. Pero, pero, no es la única. Tal vez sea más grave, yo creo por lo menos, la insociedad en la que pisamos. La falta de compañerismo, de pensar en el prójimo, del yo antes que el otro (el otro parece no existir), las locuras de conducta familiares, amicales, sentimentales. Las avivadas, la especulación, la hipocresía, la falta de compromiso, la mentira como bandera, la indiferencia. Y mil más, algunas de las que por supuesto yo también poseo. Cada día me convenzo más: si mejoramos todo esto, toda esta porquería que encima se acepta como correcta, seremos potencia mundial. Sí, más que Estados Unidos o Rusia. Porque materia prima y potencial humano tenemos, pero como tantas riquezas argentinas, las dejamos de lado o las pisoteamos.

viernes, 22 de febrero de 2019

INSOLENTE CHOFER DE LA 314

Con los choferes de colectivos vengo teniendo desde tiempo inmemorial varios líos. Es que, parte de la insociedad argentina, algunos señoritos al volante no tratan nada bien a sus pasajeros. Peor aún con señoras mayores o, como mi caso, con discapacidad. Esta mañana, como cada viernes, viajé en un colectivo de la línea 314 al Instituto Bignone de Olivos, en la calle Haedo. Como en cada trayecto, voy preguntando al chofer cuánto falta para bajarme en el lugar correcto y no pasarme, como ya me ha sucedido varias veces, de largo. Muy bien, cuando le repregunté "¿cuánto falta para Haedo?", por las dudas porque van en otra cosa, el chofer me contestó insolentemente "estás preguntando a cada rato". Rápido, le contesté: "Pregunto a cada rato porque el otro día me pasé tres cuadras". En lugar de bajar el tono, el tipo (eso, tipo, no hombre) me responde: "No es mi culpa, vos tenés que llevar un acompañante". Una reverenda vergüenza, una más de esta gente que no tiene sensibilidad. Ojo, no son todos, pero sí buena parte, ya lo he escrito y lo voy a seguir. Señoras y señores de la Argentina, si queremos mejorar como país, empecemos por mejorar como sociedad. Repito, una vergüenza.