No es para extrañarse que Zinedine Zidane, uno de los mejores futbolistas de la historia, tenga entre sus cuatro hijos a prometedores jugadores. Y todos, claro, de la cantera de su Real Madrid. El primero fue Enzo, actualmente con 24 años en el Majadaonda de la segunda división de España. Luego apareció en la escena Luca, que con 21 ya es arquero alterno del merengue, incluso jugó para los Bleus el anterior Mundial Sub 20 en Corea del Sur y ganó el Europeo de 2018. Y ahora…
Ahora parece ser la hora de Théo, el tercero de los cuatro varones del matrimonio de "Zizou" con la modelo Veronique Lentisco Fernández. El mediocampista nació el 18 de mayo de 2002, es decir que el próximo sábado cumplirá 17 años, y es integrante de la selección francesa que este domingo se convirtió en la primera clasificada al Mundial que se jugará en Noviembre en Brasil. Théo no es titular aún como su padre o sus hermanos, ha ingresado en algunos segundos tiempos del equipo que dirige Jacques Giuntini.
El cuarto de la familia es Élyaz, de 13 años y medio y de nombre probablemente argelino, la descendencia del astro de la Juventus y el Real, campeón con su país en el Mundial de 1998 y de la Eurocopa de 2000, aparte de varias Champions League como jugador y recientemente como entrenador. Por el momento, Théo es el nuevo Zidane de Francia.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
domingo, 12 de mayo de 2019
viernes, 10 de mayo de 2019
HISTORIAS DE INFANCIA: TOALLERO DE ESPEJO
En mi increíblemente bella infancia yo vivía cosas también increíbles. Nada comunes para un chico cualquiera de esa edad. Como lo que conté de leer el diccionario, o del futsal en el garage de mi madrina. O como la pequeña historia de hoy. Tan pequeña como un simple toallero en forma de triángulo que teníamos en el baño de la planta alta de casa, en mi Carapachay. Una tarde ahí en el baño, mirando el toallero, vi justo mi cara y parte del cuerpo, y de fondo el resto del lugar. Tanto me gustó la "postal" que las siguientes veces que iba, me tomaba el tiempo para volverme a mirar en el toallero y ver la particular imagen. Parecía como si yo estuviera en una sala, un vestuario. Lindísimo.
ALFARO EN BOCA ES UNA SORPRESA
Nadie lo hubiera pensado, menos cuando arrancó dubitativo, con alguna derrota, con líos de formaciones. Este Boca de Gustavo Alfaro es una máquina. Y no es sorpresa, si tiene a monstruos en su plantel. Pero su técnico sí. Un entrenador de larga trayectoria, interesante pensar, trabajo, pero que hasta aquí no había conseguido buenos resultados con el único grande (San Lorenzo 2005) con el que había estado. Por eso todos éramos escépticos de cómo le iría. Más con la polémica sobre quién lo quiso, quién no y demás. Y más cuando perdió con Atlético Tucumán y se quedó sin título local 2019. Sin embargo, empezó a ganar, golear y, también, gustar. Y a no recibir tantos goles, ese talón de Aquiles que tenía, en su arco. Cuando muchos no le daban crédito, el ex Atlético Rafaela hace maravillas con el siempre superexigente xeneize. Todo un mérito, y aunque lo de ahora no tapa su éxito anterior, seguro que lo pone bien alto. Como su Boca de este presente.
UNA VEZ POR SEMANA ES TAN POCO...
Los martes jugamos al fútbol 5 a la noche. Los viernes comemos pizza ahí en la esquina los cuatro o cinco que somos del colegio. Los sábados tenemos clase de canto y la pasamos bomba. Los domingos vamos a ver a X equipo a la cancha. Y disfrutamos, claro que sí. Pero, me pasa, no nos alcanza. Nos invade una mezcla de sensaciones rara, de felicidad pero querer más, de lindo pero qué lástima, de ese inconformismo tan argentino. Porque, claro, cada linda cosa de la vida que vivimos una vez a la semana parece chiquita, perdida, como que nos deja con hambre de mucho más. Y sí, una vez cada siete días, un par de horitas cada 168, parece que no pero es muy poco. Y hasta el próximo encuentro semanal, pareciera que falta un año y medio. Es así. Y bueno, al menos, lo tenemos. Por eso hay que vivirlo con todo, porque dura poco, pero vuelve. Aunque sea una vez a la semana.
domingo, 28 de abril de 2019
MORFI, AIRE FRESCO EN LA TV DE HOY
En las últimas décadas en la Argentina, todo cayó en la más ruinosa decadencia. Entre ello la televisión, donde el maldito, estúpido, mentiroso rating manda, no importa ni la calidad, ni la cultura, ni siquiera mucho menos el lenguaje. Lo sufro yo como periodista, de escuchar que un relator diga "huevada" en una transmisión. Pero los que nos criamos con la linda tele de los 80, educativa, culta, no nos resignamos. Entre toda la porquería que se ve hoy, el genial, entrañable Morfi, de Telefé, es realmente un montón de aire fresco. Un programa del tipo magazine pero culto, tranquilo, ameno, que entre la cocina (de haí su nombre, derivación del lunfardo) y la música entretiene, cautiva, acompaña, da clima. Y por qué no educa, porque en la música no viene cualquier payaso mediático, sino una Sandra Mihanovich o, aunque no sea lo mío, un Tarragó Ros. Así he pasado almuerzos de domingo, y cada tanto alguno de semana. Como en los grandes tiempos, cuando era imposible que la tele se escapara de nuestra vida, nos tenía atrapados pero bien. Morfi, con el excelente Gerardo Rosín en su conducción, es un pequeño tesoro en esta vida decadente.
viernes, 26 de abril de 2019
HISTORIAS DE INFANCIA: GIMNASIA CATÓLICA EN EL SAN ANTONIO
Si hubo una gloria en mi infancia, ésa fue el Colegio San Antonio de mi Carapachay, donde cursé entre 1979 y 1985 la escuela primaria. Por entonces, y si bien ya contaba con más de dos décadas de existencia, el lugar de la calle Juramento aún tenía limmitaciones, como falta de espacios para ciertas actividades. Eso explica que en 1981, en tercer grado, una nublada tarde hicimos gimnasia como siempre, pero en un recinto muy particular y novedoso: el lindísimo templo, la iglesia, ubicada al costado del patio de Gimnasia, donde no sólo estudiábamos catequesis, sino que cada tanto asistíamos a alguna misa. Según su vicedirectora, la gloriosa Flor, no había lugar en otro sector. Así que debimos hacer trote, abdominales y otras yerbas entre los bancos de madera, alrededor de las columnas o cerca del altar. Para colmo, mi compañero Diego Fernández, yo y otros nos rozamos con las columnas o chocamos de frente. Sí, fue una gimnasia bendita. Una gimnasia católica.
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POR QUÉ LA CANCIÓN MONEY FOR NOTHING
Cuando uno escucha una canción, tal vez ni se preocupa en pensar el por qué de su título o su letra. A veces es tan redundante que ni hace falta. Pero con las rockeras o "poperas", como las que yo suelo escuchar, sí hace. Y al conocer el por qué, uno se asombra. Me pasa a mí que la gente se asombra con las mías, cuando no soy un profesional ni un literato. Una de ellas es Money For Nothing (Dinero por Nada), esa obra de arte de la banda inglesa Dire Straits, uno de los sonidos de mis 80, encima con el genio de Sting como invitado de lujo.
La canción se debe a una anécdota que vivió su líder y guitarrista Mark Knopfler. Durante una gira por Estados Unidos, estuvo en Nueva York y un día pasó por un negocio de electrodomésticos. Se paró a ver los varios televisores de la vidriera que mostraban videos de la famosa cadena MTV, por entonces recién aparecida. Knopfler escuchó gente del lugar comentando de las escenas de los videos y los comentarios le parecieron discriminatorios, tanto con el sexo como con otras cuestiones. Entonces pidió una hoja y una lapicera y escribió lo que escuchaba de ellos. Pero más tarde agregó que el tema fue escrito en una primera persona homosexual con vestimenta y maquillaje, y lamentaba que ese personaje ganaba dinero por nada. De ahí el título de un temón, con esa introducción larga que precede a un espectacular solo de guitarra y luego a esa electricidad bien 80's que a mí me deleita, aparte del excepcional Sting haciendo icónica segunda voz.
Después, claro, la pieza se hizo popular, obtuvo premios, escaló alto en las listas de oyentes, los Dire la tocaron en todos lados, la reversionaron varias veces. Y hoy uno se sigue deleitando. Pero Money For Nothing tuvo su historia. Tan simple y linda como la buena música. El dinero sirvió para algo.
La canción se debe a una anécdota que vivió su líder y guitarrista Mark Knopfler. Durante una gira por Estados Unidos, estuvo en Nueva York y un día pasó por un negocio de electrodomésticos. Se paró a ver los varios televisores de la vidriera que mostraban videos de la famosa cadena MTV, por entonces recién aparecida. Knopfler escuchó gente del lugar comentando de las escenas de los videos y los comentarios le parecieron discriminatorios, tanto con el sexo como con otras cuestiones. Entonces pidió una hoja y una lapicera y escribió lo que escuchaba de ellos. Pero más tarde agregó que el tema fue escrito en una primera persona homosexual con vestimenta y maquillaje, y lamentaba que ese personaje ganaba dinero por nada. De ahí el título de un temón, con esa introducción larga que precede a un espectacular solo de guitarra y luego a esa electricidad bien 80's que a mí me deleita, aparte del excepcional Sting haciendo icónica segunda voz.
Después, claro, la pieza se hizo popular, obtuvo premios, escaló alto en las listas de oyentes, los Dire la tocaron en todos lados, la reversionaron varias veces. Y hoy uno se sigue deleitando. Pero Money For Nothing tuvo su historia. Tan simple y linda como la buena música. El dinero sirvió para algo.
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