Este domingo los argentinos nos levantamos, si es que alguno tuvo ganas, con menos de 1 grado de sensación térmica. Frío nival, ártico, como me enseñaron en el Güemes de mi Carapachay. Justo lo que yo odio, el frío fuerte. Sí, sé que estamos en pleno julio, pleno corazón del invierno, como yo siempre digo hay cuatro estaciones. Pero en esa onda de discutir todo que tenemos, está esa del frío o calor, qué es mejor. Respeto todas las posturas, pero la verdad es que para mí sin duda el calor es lo mejor. Tanto el calorcito de octubre como el calorón de enero, yo suelo aguantar bien hasta 34 grados, y luego con esfuerzo llego a 37. En cambio, menos de 10 grados para mí recrea estar viviendo en Islas Feroe, Islandia, Groenlandia o cualquiera de esos lugares tipo Noruega, donde el día dura de las 9 a las 15 horas. Que pase rápido, que no me lo banco, chicos. Espero que mi posición les haya quedado más o menos clara.
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