Continuamos a días de los Juegos Olímpicos de Río 2016 repasando en algunas líneas cada edición, cada historia de esta apasionante, tentadora competencia deportiva.
Tras haber contado de Atenas 1896 a Amsterdam 1928, el viaje sigue a Los Angeles, que en 1932 albergó unos Juegos devaluados, debido a una crisis económica que atravesaba Estados Unidos, lo que redujo el número de países y de atletas. No hubo fútbol por falta de interés, con el Mundial recién creado por la FIFA, y el nadador japonés de 14 años Kusuo Kitamura fue el más joven en ganar una medalla de oro. Pero los del 32 son sinónimo de gloria para Argentina, ya que Juan Carlos Zabala se impuso brillantemente en la maratón.
De allí pasamos a los superpolitizados de Berlín en 1936. Bajo el apogeo de Adolf Hitler y el nazismo, los Juegos trajeron varias polémicas. España hizo boicot, una atleta alemana fue prohibida por ser judía y el negro estadounidense Jesse Owens, estrella del atletismo al ganar los 100, 200, 4x100 y salto en largo, no fue saludado por el Führer, que quería que los blancos demostrasen su superioridad. Además, Perú venció a Austria en el fútbol, que retornó ese año, pero los austríacos protestaron por varias irregularidades, la FIFA ordenó la reiteración del encuentro y como Perú no quiso, fue descalificado y, como respuesta, retiró su delegación, acompañado por las de Argentina, Chile, Colombia, Uruguay y México. El fútbol fue para la Italia de Vittorio Pozzo. Después, la locura de la guerra postergó la belleza olímpica, que iba a tener lugar en Helsinki en 1940 y Londres 1944, pero no se hizo hasta Londres pero en 1948.
En Inglaterra, que se iba levantando de las ruinas de los bombardeos alemanes, fueron “los Juegos de la austeridad”. No hubo villa olímpica, los atletas durmieron en barracones militares de la guerra, no se construyeron instalaciones y el nuevo estadio de Wembley fue adaptado para las distintas pruebas, con una pista de atletismo de ceniza. El río Támesis fue el escenario del remo y el canotaje. Obvio que Alemania, Japón y la Unión Soviética no participaron por su rol en el conflicto. Al menos, la holandesa Fanny Blankers-Koen brilló ganando cuatro oros en atletismo, Suecia se llevó el fútbol, el arte tuvo su última competencia y por primera vez se televisaron los Juegos, por la BBC. Pero el gran recuerdo para los argentinos lo marcó el gran Delfo Cabrera, que como Zabala en el 32 se llevó la maratón en un emotivo final.
Tras otra olimpíada (período de 4 años entre cada Juego) el evento fue a Helsinki, Finlandia, en 1952. Fueron los del checo Emil Zatopek, que ganó nada menos que 5000, 10 000 metros y maratón. Por primera vez estuvieron la URSS, Israel y volvieron Alemania, en su versión federal, y Japón. El fútbol fue para el ballet húngaro de Puskas y los argentinos, de gran momento deportivo en tiempos de Juan Domingo Perón, disfrutaron el triunfo de Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero en remo, que sería la última medalla de oro hasta la victoria del fútbol y el básquetbol en Atenas 2004.
Por hoy dejamos en Melbourne 1956, primera edición en el hemisferio Sur y en Oceanía, en Australia. Como siempre, la política condicionó los Juegos, con la no participación de Egipto, Líbano, Irak (guerra de Suez), España, Polonia, Suiza (revolución húngara) y China, en protesta por la presencia de Taiwan. La URSS se llevó la mayor cantidad de medallas y el fútbol australiano fue deporte de demostración.
Fuente: Wikipedia
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