Hoy seguimos con las queridas y amenas Maravillas. Pero en este caso no es ningún lugar del mundo, ni un monumento, ni algo tangible. Sí tiene que ver, como ha sido con algunas, con el pasado, pero también con el presente. Es la historia de los Juegos Olímpicos, más que una competencia multideportiva, todo un compendio de mitos, leyendas, historias y recuerdos. Una enciclopedia de deporte y de vida. Desde hoy, y a semanas de una nueva edición, esta de Río de Janeiro 2016, les cuento lo más breve posible lo que cada Juego dejó de increíble e inolvidable.
En 1894 y por iniciativa del barón francés Pierre de Coubertin, que quería revivir los Juegos de la antigua Grecia, se creó un Congreso en París que aprobó su idea, y así nacieron los nuevos Juegos, donde competían amateurs, aunque a veces había profesionales. La primera edición fue en 1896, en Atenas, la cuna de los mismos. Todo era muy nuevo, pero se hicieron dignamente. 241 atletas de 14 países compitieron en 9 deportes (no hubo fútbol), de los que por supuesto el atletismo fue el más importante, con la victoria del griego Spiridon Louis en la maratón, la prueba que revivía la corrida del soldado Filípides para avisar del triunfo de su ejército sobre los persas, cuando lo hizo de Atenas a Esparta. Muchas curiosidades: deportistas de una diciplina que competían en otra, como el gimnasta alemán Karl Shuhmann que ganó 4 oros ahí y estuvo en lucha. O pruebas que no terminaban por falta de luz solar y se reanudaban a la mañana. El rey Jorge I fue juez de varios eventos, la natación fue en mar abierto, el tenis en velódromo. Un estadounidense, James Connolly, fue el primer campeón al llevarse el salto triple el 6 de abril de 1896, y otro, Thomas Burke, el primer ganador de 100 metros con 12 segundos, tres menos que ahora.
La segunda edición fue en París, la tierra de Coubertin. Por primera vez participaron las mujeres, siendo la tenista inglesa Charlotte Cooper la primera campeona. Muchos ganadores recibieron trofeos o dinero por medallas, y algunos deportes raros como nado con obstáculos se celebraron por única vez. En cambio, el fútbol tuvo su debut no oficial con tres partidos de demostración, cuyo campeón fue el Upton Park de Inglaterra. Y Argentina hizo su aparición con el esgrimista Francisco Camet.
Sain Louis, en Missouri, Estados Unidos, albergó la tercera cita, que curiosamente duró cuatro meses (julio a noviembre, no 15 días como ahora) y donde se comenzaron a entregar medallas de oro, plata y bronce, hubo segregación racial calificada como “bochornosa” por Coubertin, un estadounidense ganó la prehistórica prueba de 60 metros, aparte de 100 y 200, y el básquetbol, béisbol y hasta el fútbol americano fueron exhibición. El fútbol fue jugado por tres equipos, dos clubes y una universidad,donde el Galt FC de Canadá fue el oro.
En 1906 se hicieron Juegos Intercalados en Atenas, como para darle el gusto a los griegos que querían el evento cada cuatro años allí. Roma iba a hacer los de 1908, pero la erupción del volcán Vesubio que destruyó Nápoles hizo que fuera reemplazada por Londres. Ahí sí el fútbol, en la tierra de sus inventores, comenzó como oficial con el título de Gran Bretaña. También hubo por primera vez desfile inaugural, con mucha polémica, y un recordado momento cuando en la maratón el italiano Dorando Pietri, al entrar al estadio White City, cansado se equivocó de camino, se cayó y como fue ayudado a llegar a la meta fue descalificado, pero la reina Alejandra le regaló una copa por su esfuerzo.
En 1912 los Juegos fueron otra vez en Europa, como sería hasta 1932 ininterrumpidamente. La ciudad de Estocolmo fue la sede y lo más importante fue que el estadounidense Jim Thorpe, campeón de decatlón y pentatlón, fue despojado de sus logros al año siguiente al descubrirse que era profesional; Thorpe luchó por la reintegración de sus medallas, pero el Comité Olímpico Internacional (COI) lo denegó. Recién en 1984, en Los Angeles,se revocó la decisión y se entregaron las medallas a los hijos y nietos de Thorpe. Por otro lado, el arte fue parte increíble del programa de competencias, lo que se daría hasta 1948.
Amberes, en Bélgica, acogió los Juegos tras la Primera Guerra Mundial, con la primera presencia de la bandera olímpica, la de los cinco anillos, una final de fútbol donde Checoslovaquia se retiró de la cancha en protesta por el arbitraje y Bélgica ganó, jugándose un repechaje para definir las otras preseas. Egipto, Sudáfrica y Japón compitieron por primera vez.
Para cerrar por hoy, los siguientes dos Juegos, París 1924 y Amsterdam 1928, serán para siempre los de Uruguay, que ganó brillantemente las finales de fútbol, en el 28 en doble partido sobre Argentina. En general, en el 24 fue la primera edición donde hubo villa olímpica y la última liderada por Coubertin, aparecieron dos grandes como el finlandés Paavo Nurmi en atletismo y el estadounidense Johnny Weissmuller, que luego hizo de Tarzán en el cine, en natación y Argentina ganó su primera medalla, de oro, en polo. Y en el 28, aparecieron la llama olímpica, el desfile abierto por Grecia y cerrado por el organizador, más de Nurmi (9 oros) y Weissmuller, mujeres en atletismo, una gimnasta italiana de 11 años campeona más joven de la historia, la vuelta de Alemania tras 16 años y la guerra y la aparición de Adidas. Algunas maravillas de la octava maravilla, los Juegos Olímpicos de verano.
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