PRIMER DAKAR ÁRABE: SAINZ Y BRABEC GRANDES

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Video De Sainz y lo mejor del Dakar 20

     Este verano no fue uno más en la riquísima historia del apasionante Rally Dakar. Por primera vez en 41 años y tras 10 en Sudamérica, la carrera más famosa y dura del mundo se mudó al desierto de Arabia Saudita, el imponente, novelesco paisaje arenoso y de montaña. En ese majestuoso marco, hubo nuevamente alegrías y tristezas, lo primero por los triunfos de Carlos Sainz en autos y Ricky Brabec en motos, lo segundo por menos argentinos, aunque buenos, y sobre todo por una nueva tragedia que hace mucho no ocurría. Así resumimos estos 12 días de encarnizada competencia, que igual sigue muy lejos de esos días africanos de los 80 y 90...

AUTOS: SAINZ LIDERÓ A LOS EXPERTOS

El gran español Carlos Sainz, bicampeón de rally mundial, venía de dos títulos en 2010 y 2018, pero un mal paso por Perú 2019 donde perdió oras y quedó 13. Esta vez no dejó dudas al mando de su Mini, ganándole el superclásico del Dakar a Nasser Al Atiyah, el qatarí campeón anterior. El trío de expertos lo completó Monsieur Dakar, como es apodado Stéphane Peterhansel con absoluta razón. Destacable el mejor argentino de esta edición en general, Orlando Terranova, sexto y que hasta fue puntero al principio.

MOTOS: PRIMERA DE Estados Unidos

Otro que había andado muy mal, líder hasta que abandonó, era el estadounidense Ricky Brabec. Pero en 2020, el de Honda tomó el control desde la tercera etapa y llegó arriba por primera vez para su país, escoltado por el buen chileno Pablo Quintanilla y el anterior ganador, el australiano Tobi Price, de KTM, marca que dio la nota al perder el 1, que no sucedía desde 2002. Brillantes los argentinos Benavídez: Kevin a pesar de su abandono  y Luciano sexto, aparte del octavo de Franco Caimi, en una carrera para olvidar rápido por la partida del legendario portugués Paulo Gonçalves, tras un accidente.

CUATRICICCLOS: CASALE DE NUEVO

Contrariamente a 2019, en "cuatris" abundaron los extranjeros y casi faltaron los argentinos. Y fue el chileno Ignacio Casale, vencedor en 2014, que regresó al título, seguido por el francés Simon Vitse y el experto polaco Rafal Sonik. Excelente cuarto lugar de nuestro compatriota Manuel Andújar, bendito entre tantos foráneos.

CAMIONES: QUIÉN PARA A LOS RUSOS

Una sola categoría del Dakar no tiene discusión, al menos en qué país va a ganar. Rusia lidera desde la época africana los grandotes, con los Kamaz que no tienen contra. Sí cambia el nombre del vencedor, en este caso Andrei Karginov, con Anton Shibalov y Siarhei Viazovich en el podio. Para más, Federico Villagra no estuvo este 2020, disfrutando de sus grandes tareas de antaño.

SSV: chalecco tercero

En SSV, también llamados UTV o vehículos todoterreno, la noticia pasó por otra buena actuación del genial chileno Francisco "Chaleco" López, ex experto en motos y ganador el verano pasado, ahora tercero. Fue superado por otro histórico estadounidense, Casey Currie, primero, y el ruso Sergei Karyakin. Fue jerarquizadora la presencia de ex campeones de rally como el zimbabwense Conrad Rautenbach y el español Jesús Puras.

Así fue el primer Dakar asiático, porque allí está el opulento Arabia Saudita, que quiere discutirle a Qatar y Emiratos Arabes Unidos quién se queda con el evento más importante, lo único que justifica su elección. Y su petrodinero seguirá siendo clave, ya que ha firmado hasta 2023 con la empresa dueña de todo, la ASO. Se extrañan los colores blanco y celeste y los sudamericanos que antes abundaban. Pero cómo extrañar el Dakar once meses, hasta enero próximo. Porque su vida deja huella profunda, tanto como sus caminos.

VERGÜENZA: LA VIDA DE LA MUJER EN ARABIA SAUDITA

Así como lo que antes publiqué de Swazilandia, lo de las mujeres en Arabia Saudita es una de prehistoria, pero lamentablemente real. Lean por favor la
estupidez en que la sociedad saudita las tiene atrapadas, por lo que llevan una vida de restricciones, casi de servidumbre, que no se puede justificar ni con la religión.

1. Tienen un tutor

Las mujeres de Arabia Saudí son tratadas, prácticamente, como menores de edad durante toda su vida. Están obligadas a tener un guardián para siempre: un
hombre que se haga cargo de ellas y que tome absolutamente todas sus decisiones. Ellos lo llaman «mahram», una especie de tutor que las maneja a su antojo
y que actúa como su dueño, como un amo.

Suelen ser sus maridos, sus hermanos o sus padres y sin ellos no pueden ni siquiera salir de casa. Tampoco pueden ir a la compra o ser operadas de urgencia
sin su consentimiento y acompañamiento, ya que si caminan solas por la calle pueden ser agredidas y violadas. Parece algo exagerado, pero su realidad es
así de cruda. Es su castigo por no obedecer, por no someterse a las decisiones de un hombre que opera por ella.

2. No pueden manejar

No existe una ley que impida conducir a las mujeres de manera directa, pero sí es cierto que la doctrina religiosa wahabí contempla su prohibición. Se
trata de una de las vertientes más radicales del islam, que asegura que el hecho de que las mujeres sauditas se pongan al volante quebranta los valores
sociales de la humanidad.

3. Restricciones para estudiar, trabajar y votar

Las mujeres sauditas pueden estudiar, siempre y cuando cuenten con el permiso de su tutor o guardián, y siempre que elijan una carrera universitaria que
se les permita cursar. No pueden acceder libremente al catálogo de estudios, como cualquier hombre de su país; porque, al mismo tiempo, tampoco pueden
ocupar cualquier puesto de trabajo para el que estén capacitadas.

A su vez, también cuentan con dificultades durante su desarrollo educativo. Si sus docentes son hombres, tal y como ocurre en la mayoría de ocasiones,
las clases han de ser impartidas por videoconferencia ya que apenas pueden tener contacto directo con el género masculino (aunque parezca una broma, uno
de los motivos por los que las mujeres no pueden conducir es por evitar que se vean en la obligación de interactuar con otros hombres en el caso de que
el vehículo se averíe).

En cuanto a la posibilidad de votar siendo mujer en Arabia Saudí, hay buenas noticias. El sufragio femenino existe en el país de Oriente Medio desde hace
aproximadamente un año y medio, por lo que las mujeres sauditas pueden acudir a los colegios electorales y ejercer su derecho al voto, aunque siempre acompañadas
por su tutor.

4. Ropa

No hay mucho donde elegir en este caso. Cualquier parte de su cuerpo, excepto su rostro y sus manos, está prohibida ser mostrada. Enseñar sus piernas o
su pelo en Arabia Saudí es algo parecido a ir desnudo en occidente, pero con peores consecuencias. Es por ello por lo que las mujeres sauditas deben llevar
un hijab y un abaya, ambos negros. De ningún otro color.

El hijab es un velo que cubre toda la cabeza, a excepción de los ojos, y parte del cuello y del torso; mientras que el abaya es una especie de túnica de
color negra. Por supuesto, las mujeres tienen estrictamente prohibido maquillarse o mostrar su belleza, ya que ambas circunstancias sirven de excusa para
ser violadas o agredidas, acusadas de ser prostitutas.

5. Otras prohibiciones

En Arabia Saudí las mujeres no pueden probarse ropa en una tienda, o utilizar la piscina o el spa en un hotel. Tampoco pueden viajar sin autorización previa
de su tutor o abrir una cuenta bancaria sin el permiso de su cónyuge. Tienen prohibido acceder a un camposanto, adquirir una muñeca o leer una revista
femenina. Su declaración ante un juez vale exactamente la mitad que la de un hombre, y en algunos edificios públicos tienen una entrada específicamente
para ellas. También existen playas o parques a los que solo pueden acceder hombres.

Todo escrito. Agrego: menos mal que vivimos en Argentina.

Fuente: Los Replicantes (España), 2017