viernes, 12 de abril de 2019

HISTORIAS DE INFANCIA: RELATANDO COMO MAURO VIALE

En los años 80, los de mi tierna niñez, Mauro Viale era un simple pero excelso relator de fútbol. Bien hablado, tranquilo pero con ritmo, rítmico pero sin locuras, con gran pronunciación de apellidos difíciles, un tipo con mundo. Similar a su colega Héctor Acosta en los autos. Y tan bueno era que su voz inconfundible y su forma de relato me llegaban, igual que su comentarista, el entonces más joven Enrique Macaya Márquez. Por lo que cuando yo jugaba fútbol con mis varias pelotas en el jardín del fondo de casa de mi Carapachay, imitaba a Mauro con su rápida narración de un gol. Mayormente yo relataba partidos imaginarios de selecciones, es que lo recuerdo más en eso con la Selección argentina de Menotti previo a, por ejemplo, el Mundial de España 82. Fabuloso.

miércoles, 10 de abril de 2019

CÓMO PEGA EL SOL DE OTOÑO...

El otoño es, probablemente, la estación más incómoda del año. Es cierto que el calorcito que mayormente hace continúa al del verano, entonces uno aún tiene tiempo y espacio para ir aclimatándose al frío que vendrá. Pero al mismo tiempo esos días primaverales terminan temprano, ya anochece a eso de las 7. Y sin embargo, el sol sigue siendo muy fuerte y abrasando la piel, con el consiguiente calor. Pero además, por efecto de su rotación terrestre, al estar en esta estación está cada vez más bajo. Por lo que inunda una casa, una pieza, un lugar donde no da en el verano. Y a nosotros nos da en el medio del cuerpo. Las hojas caídas del otoño contrastan con el sol de verano, el frío de algún día otoñal nada tiene que ver con abril, de repente hace un calor bárbaro pero ya es de noche. Un lío que sólo Dios, su creador, puede explicar. Mientras, sigamos usando gorra, que el sol de otoño pega fuerte. Como en el verano.

lunes, 8 de abril de 2019

1983: EL PROMEDIO PARA QUE NO BAJEN LOS GRANDES

Hasta 1983, el sistema de los campeonatos en la Argentina, si bien era caótico como hoy, era justo en algunas situaciones. El campeón era el que más puntos sumaba a lo largo de dos ruedas, por ejemplo. Y los descendidos eran los que menos unidades cosechaban. Pero en 1981 San Lorenzo impactó al bajar a la Primera B. Y claro, se debía acomodar el reglamento para el marketing. Una típica de la AFA, que entonces inventó este ridículo sistema de promedios del descenso, favoreciendo la especulación y castigando a quienes hacían las cosas bien en la mayoría de los casos.

El Metro de 1982, ganado brillantemente por Estudiantes de La Plata, fue el último donde los dos peores cayeron a la Segunda. En ese año fueron Sarmiento de Junín, ubicado último de los 19 clubes, y Quilmes, que igualado con Unión de Santa Fe en el puesto 18 jugó un desempate que el "tatengue" se llevó por 1 a 0. A partir del Metro siguiente, se impuso la novedad. Es cierto que Racing Club descendió habiendo finalizado 17 de 19 equipos, pero River, que terminó en el 18, se quedó en la élite a pesar de su pésima campaña.

De allí en más rigió esta ridiculez que no parece en el futuro inmediato ser abolida, y eso que la nueva AFA y demás. Hoy Tigre, noveno e invicto en los últimos siete encuentros, descendió y no podrá jugar la Copa Sudamericana por ello. Así estamos. Así desde hace 36 años.

TIGRE, VÍCTIMA DEL CAOS DEL FÚTBOL ARGENTINO

Una de las más grandes injusticias, y ridículos, se consumó este domingo por la tarde con el excelente Tigre. El “Matador”, que llevaba más de 10 años en Primera, debió descender a la Primera B Nacional, la segunda división. ¿Perdió por goleada? ¿Empató? No, le ganó a River en el mismísimo Monumental. Pero el obsoleto sistema de promedios del descenso lo termina condenando.

Pero eso no es todo: el equipo de Victoria, de la mano de Néstor “Pipo” Gorosito, terminó en gran faena en noveno lugar, con lo que conseguía la clasificación para la Copa Sudamericana 2020. Pero no podrá disputarla, debido al descenso, debido a un artículo 13 del reglamento de la AFA. Salvo que gane la venidera Copa de la Superliga. Sin palabras.

LOS TORNEOS DE FÚTBOL DAN VERGÜENZA

Sinceramente, la organización y composición de los campeonatos de fútbol en la Argentina ha pasado el límite de la vergüenza, del ridículo. Cuando pensábamos que el desastre de 30 clubes de 2014 era todo, la capacidad de asombro nos superó largamente.

En la última fecha de las 25 de esta rara Superliga de una rueda, los promedios del descenso hicieron una vez más su mal trabajo, condenando injustamente a quienes en esta temporada realizaron buenas campañas. El caso de Tigre, que venció a River en el Monumental pero descendió y no podrá jugar la Copa Sudamericana (ver aparte) es la punta del iceberg. El iceberg que es el caos de la disputa de los torneos, de la cantidad que asciende y desciende de cada categoría, de la forma de definir diferente en cada división. Se cambia todo, de los 30 de 2014, del recordado Transición, pasamos al calendario anual de 2015 para en 2016 volver al Transición. Para, a la siguiente vuelta, regresar al calendario europeo con torneos largos pero de una sola rueda. Y así también están la Primera B Nacional, la Primera B Metropolitana, con cambio de cantidad de ascensos porque sí, la C, la D, el Federal A, el B y C abolidos así como así. Así está la Selección argentina.

Lo peor es que esto no es cosa del siglo XXI. Desde más de 50 años se viene improvisando con el fútbol argentino, el que debería por prestigio ser el mejor del mundo en todo. Los Campeonatos Nacionales mezclados con el Metro, el invento de los promedios del descenso, los inaceptables Apertura y Clausura, el Clausura que abría el año calendario, las Liguillas, las desafiliaciones de los pobres de la Primera D. Hace mucho que el fútbol argentino, sinceramente, da vergüenza, y más aún, que no cambia.

domingo, 7 de abril de 2019

MARAVILLAS ASÍ ES LA VIDA: NIUE, CHIQUITO PERO CON BUENA VIDA

Niue es una islita al noreste de Nueva Zelanda, en Oceanía, en la otra ppunta del mapa. Fue colonia del Reino Unido hasta que en 1974 se convirtió en estado libre asociado a Nueva Zelanda. Tiene unos 262 kilómetros cuadrados y algo de 1300 habitantes. Chiquito, pero no por eso le falta nada.

En uno de los tantos remotos y minúsculos lugares de Oceanía, hay aeropuerto internacional, hay educación gratuita, un 99 por ciento de alfabetización, la gente tiene auto propio, buenas comunicaciones. Tal vez la economía, dependiente del coloso neocelandés, es más modesta, basada en agricultura y una industria hasta ahí nomás. Pero la calidad de vida es bastante aceptable para un lugar tan lejano y desconocido, que forma parte de la exótica y bellísima Polinesia. El rugby, influencia del vecino Nueva Zelanda, es muy popular, pero también hay fútbol y hasta básquetbol, aunque éste es de mujeres. Se habla inglés y niuano, el dialecto de la zona, y el Internet anda bastante bien gracias a un empresario estadounidense que estableció el dominio .nu, que en Suecia cotiza alto por su asociación con la palabra "nu" que significa "ahora".

Sí, en Niue la vida es chiquita, pero grande a la vez.

Fuente: Wikipedia

CARAGLIO, GOL 10.000 EN EL AZTECA

El delantero argentino Milton Caraglio, que jugara en Arsenal, Rosario Central y Vélez Sarsfield, entró en la historia grande del majestuoso Estadio Azteca de México, donde Diego Armando Maradona y su Argentina fueron campeones en el Mundial 1986 para la eternidad.

El jugador de Cruz Azul marcó este sábado el gol número 10.000 en la historia del "Coloso de Santa Ursula", como se lo conoce popularmente. Fue por la fecha 13 de la Liga MX, la de Primera División mexicana, en el 3-0 sobre Querétaro. Luego, a los 79, hizo su segundo y el resultado final. Pero por su anterior tanto fue galardonado con una plaqueta conmemorativa.

El primero en hacer un gol en el Azteca fue Arlindo Dos Santos, del América local, ante el Torino en un partido amistoso que inauguró el local en 1966. Luego vinieron los goles de los Juegos Olímpicos de 1968, los de México 1970, las obras de arte de Pelé y Brasil tricampeón mundial y la gesta de Maradona y compañía en 1986. Ahora, también, Milton Caraglio ingresó al Salón de la Fama mexicano.