NO ME QUEJO DEL INVIERNO, ES INVIERNO...

Estamos un nuevo año en pleno invierno, éste demasiado especial, como todo lo que toca este 2020 de coronavirus. El frío fuerte no se tomó licencia, feriado puente ni sabe de pandemias, arrasa igual si no estamos fuertes. Nos solemos quejar de la baja temperatura, más si es extrema, tipo polar, esos friazos que te parten la piel o que parece que estuvieras mojado. Y yo que soy friolento, ni les digo. Pero como siempre todo se arregla, encontré una veta para bancarlo. Simple y sencillo, estamos en invierno. Aceptemos lo que toca. Peor sería que hagan 30 grados y después venga el friazo de golpe, como ya fuera otros años, me acuerdo un 29 de julio del 97 con 29 grados que en su momento fue récord para la estación. Eso sí molesta. Aparte, nuestro poco movimiento a veces ayuda. Por eso, si nos acordamos de que existen cuatro estaciones y que una es invierno, no nos vamos a sentir tan fríos.

RECORDANDO ITALIA 90: LOCURAS DE ALUMNOS ANTES DE LA FINAL

El 4 se jugaba la otra semifinal entre Alemania e Inglaterra. Esta vez tuve que ir al colegio y me la iba a perder. Pero no: mis compañeros, sobre todo del fondo, estuvieron toda la tarde informando cómo iba. Hasta Missé interrumpió a la de Merceología en plena clase. Al final volví a casa, vi los penales y el triunfo alemán.

En los dos días siguientes, la división vivió la previa de la final con todo; las chicas del fondo (Capra y Salvetti entre otras) cantaban ‘’Salta pequeña langosta, Italia y Alemania son la misma bosta’’ con las ganas de cualquier hincha. Lo mismo Romero con eso de “Italia va a salir campeón el día que a Goycochea le corten las manos como a Perón”. Y Carla contó que un tipo había visto en la borra del café que iba a ganar Italia.

Anécdotas locas

BREMER Y SHETLAND. Mientras esperaban que empezara la clase de Merceología, varios estaban en el fondo escuchando la semifinal entre Alemania e Inglaterra. Y Carla Salvetti se encargaba de transmitir de forma super amateur lo que pasaba. Parece que la tana no dominaba el alemán: cuando el defensor Brehme llevaba la pelota, Carla relató: ‘’Ataca BREMER...’’. Solé, que estaba al lado, la gastó: ‘’Sí, ataca SHETLAND...’’.

NO LE IMPORTÓ NADA. Siguiendo con Alemania e Inglaterra, estaba la de Merceología dando clase. Mientras, Leandro escuchaba atentamente la semifinal con una radio. Y en un momento, cuando la tipa estaba en plena charla, INTERRUMPIO PARA DECIR: ‘’LO HICIERON PELOTA A HAESSLER’’ (el volante alemán). Al señorito no le importó que la otra hablaba... La profesora, que estaba por dejar el trabajo, no ocultó su disgusto: ‘’¿Ven? Ese es otro motivo por el que voy a renunciar’’.

RECORDANDO ITALIA 90: GOLPE A ITALIA Y FESTEJO EN LA VEREDA

La imborrable victoria con penales de Diego y Goyco

El 3, otra preciosa tarde, Argentina jugaba una semifinal caliente ante Italia. Por eso también había asueto. Me senté en el comedor junto a mi papá, como siempre. Comenzó complicado por la derrota parcial, pero vibramos con otro gol de Caniggia, aunque nunca dejamos de sufrir. Y volvieron los penales y las grandiosas manos de Goycochea llevaron a la Selección a otra final.
Cuando "Goyco" atajó el decisivo salté como loco. Y fuimos a la vereda a festejar; mi mamá se puso a charlar con mi vecina Monona, mientras mi abuela -que había venido también- estaba efusiva como siempre: ‘’Hay que tirar cohetes...’’. Y agregó con bronca: ‘’Nadie festeja acá, es un pueblo muerto este...’’.

RECORDANDO ITALIA 90: DOMINGO EN CAMA Y CAMERÚN AFUERA

El domingo 1 de julio me levanté a las 12.28 bastante caído, por eso me perdí el gol de Alemania ante Checoslovaquia, aunque vi el resto. Y a la tarde, un rato en la pieza de mi hermano y luego abajo, hinché por Camerún ante Inglaterra; cuando estaba por entrar el gran Roger Milla, acoté “éste hace desastres en la defensa”. Pero me decepcioné con la derrota posterior. ‘’Estos ingleses, siempre igual...’’, se quejó mi otro hermano, que también iba por los africanos.

RECORDANDO ITALIA 90: ALMUERZO CON PENALES Y YUGOSLAVIA

Video: así Argentina y Goycochea era semifinalistas

Recién el 30, un sábado nublado, volvió la Copa. Y Argentina jugaba por los cuartos con Yugoslavia. Al mediodía, con mi familia y Jorge D'Amico (el amigo de mi hermano) comíamos pollo al horno con papas mientras lo seguíamos en ATC. Nuevamente la Selección nos hizo sufrir, no se pudo definir el partido en los 90 ni en el indeseable alargue, donde aún no habíamos levantado la mesa.
Y llegaron los temidos penales. Argentina se puso 1-0, luego Yugoslavia erró y antes del 2-0 de Burruchaga, Jorge le pidió: ‘’Pensalo, pensalo...’’. Parecía que todo iba bien. Pero le atajaron a Maradona y Troglio tiró en el palo. Allí me bajé de mi silla, me arrodillé y puse la cabeza contra la pared, cosa que causó gracia a los demás. Por suerte Goycochea atajó dos penales para que Argentina ganara y todos fuéramos a festejar al centro, hasta visitamos a mi abuela. Cuando llegamos, mi papá me preguntó: ‘’¿No hay ningún yugoslavo acá, no?’’.

A propósito de ese encuentro, leí después en Clarín una linda historia sobre un grupo de yugoslavos y argentinos que convivían en una casa de Dock Sud y que lo vieron juntos mientras preparaban un asado. La historia contaba que tras muchos pronósticos y el triunfo de Argentina, no hubo ninguna pelea entre ellos. No hubo ‘’vencedores ni vencidos’’, decía el diario.

Cuando volvimos, miramos cómo italia derrotaba a Irlanda y se convertía en rival de la Selección.

RECORDANDO EL MUNDIAL 86: CUMPLEAÑOS CON TITULO DE COMPAÑERA DE COLEGIO

Este lunes 29 de junio se cumplen ya 34 años, casi tres décadas y media, de la segunda gloria eterna de Argentina en los Mundiales, en México en 1986. Ya conocemos y vibramos con cada pequeña historieta de esa gran historia, los goles de Maradona a Inglaterra, el 3-2 a Alemania, el de Burruchaga, los festejos en la Casa Rosada, el pedido de perdón al técnico Carlos Bilardo por tanto descreimiento. Pero yo viví, entre tantas personales, otra de más cerca.

Patricia Alberdi, mi compañera del Instituto Güemes de Carapachay, ccumple años justo en esa imborrable fecha. Hoy le consulté vía Facebook cómo fue su aniversario de ese 86, aquel domingo gris y templado en Buenos Aires. Ella cumplía apenas 13 años y cursaba el primer año. Y con mucha amabilidad contó: "Me acuerdo que miramos el partido y cuando terminó me puse a llorar de emoción,!decía que me habían regalado el título ! (risas) ".

Sin duda Patricia vivió una enorme emoción, como millones de argentinos, pero con un título de cumpleaños.

TREMENDA DIFERENCIA ENTRE VIRTUAL Y PRESENCIA

Relacionándome cada día con gente de diversa procedencia, noto una ccaraccterística más de esta cuarentena de coronavirus, que se suma a la ansiedad, el fastidio, el extrañar, hasta la preocupación por la economía. Se trata nada más y nada menos que de la forma de encontrarse de la gente. Hay una tremenda, notoria diferencia entre la relación virtual (ccelular, computadora, teléfono) y la presencia. Lo poquísimo que en esta cuarentena me he cruzado con los míos se ve claramente. Es un mundo bien distinto, comunicarse por tecnología por un lado y tocar, ver, mirar a la persona, salvando las restricciones de esta pandemia. Nada reemplaza al famoso "téte a téte", que en francés significa cara a cara. No quiero, ojo, aumentar la ansiedad de ustedes mis lectores, no sea que ahora vayan a salir a la loca como estos tarados de los corredores. Sólo es un comentario de algo que observo y que es muy marcado. Si lo es en condiciones normales, más con éstas. Por eso se justifica el hartazgo social. Pero bueno, como escribo más abajo, hay que vivirla.