viernes, 4 de marzo de 2016

DESESPERACIÓN POR LA PLATA

Coimas, sobreprecios, ventajería, corrupción, para peor robos. Dentro de la locura a la que nos lleva el materialismo, cada día más evidente, la desesperación y ambición desmedida por el dinero es según mi humilde parecer el mal de todos los males actuales del mundo. ¿Por qué los seres humanos en general, salvo contadas excepciones, nos lanzamos encima de la plata y hacemos lo que sea para tenerla? Es como una droga más, como un vicio. Es entendible que el dinero compra las cosas materiales, que el costo de vida es cada vez más alto, pero ya el fin no justifica los medios, los sobrepasa.

Y esa ambición, gran enfermedad humana por historia, arrastra a cualquiera, no sólo a los ladrones comunes o a los otros, los de traje y corbata. Arrastra a cualquiera que se tienta con tener varios billetes de más en su bolsillo, sea para lo que sea, y entonces procede en consecuencia, pasando y pisando por arriba al otro. La plata trae problemas, es cierto, pero nosotros nos encargamos de motivarlos. Porque si tenemos los valores bien fijos, por más necesidad que tengamos de dinero, no vamos a robar un negocio, o lo que es peor adueñarnos de lo que es del otro, urdiendo tácticas para ver cuánto le podemos sacar. Por ese lado vienen muchas de las porquerías que últimamente nos enteramos. Pero ojo, que también nosotros mismos podemos entrar en eso. La plata no hace la felicidad pero ayuda. Siempre y cuando, claro, no sea arrancándola de los demás.

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