viernes, 17 de febrero de 2017

MIS VERANOS DORADOS: AQUELLA TARDE EN VALERIA DEL MAR

Y seguí conociendo nuevos lugares de la bella costa. Una mañana de 1988 fui con mi familia a Valeria del Mar, donde Cecilia y Horacio alquilaban una casa. Y paseamos por esa sencilla y bonita zona, y almorzamos con el matrimonio una suculenta comida: milanesas con papas fritas de una rotisería cercana. Y de postre, fui con Horacio a comprar helado y de paso ver la naturaleza; él me mostró un topo que dormía al costado del camino. A la tarde disfrutamos la solitaria playa y el algo hondo mar, donde estuve con el barbado y en un momento casi me hundo, costaba hacer pie, pero la pasé bárbaro. Volvimos un rato a la casa y los días siguientes regresamos allí, como una tarde de sol que viajé en micro. Otra gran vivencia.

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