viernes, 5 de junio de 2020

CON UNOS MINUTOS ALCANZA

Como tantas veces escribí aquí, el viernes es ese momento, al menos tras el trabajo, para relajarse y volar por la vida, sin tiempo ni espacio. Llega el final de la semana hábil y todos queremos desenchufarnos de la actualidad, la propia y la de los diarios. Así nos reunimos en un lugar y café de por medio nos ponemos a charlar de bueyes perdidos, o lo hacemos por teléfono o los medios ultraavanzados de ahora. Pero a veces el tiempo no nos da para tanta charla, sea por nuestras cuestiones familiares o quehaceres de cualqier tipo. Entonces nos quedamos con las ganas de más, me suele pasar, y lo que sigue a eso no nos llega, parecemos frenados en el tiempo, en un punto muerto. Pero hay una buena noticia para nosotros los charlatanes: lo importante no es el tiempo cronométrico, es el afecto, es la persona, es la calidad del momento. Si se puede que dure un día entero, y si no, unos minutos con alguien que vale y nos hace felices sirven mucho más que dos horas con uno que después se evapora, o esos que se consideran nuestros amigos porque sí. Calidad, no cantidad, es la clave de un buen momento. Disfrutemos, aunque sea un rato.

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