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domingo, 29 de abril de 2018

PERIODISTAS PIENSAN MÁS EN SUSPENSIÓN DE PARTIDO QUE EN SERES HUMANOS

Que cierta parte de la prensa comunica de forma al menos revisable, no es novedad. Es lamentable que ante la suspensión del decisivo Gimnasia-Boca por la Superliga, este domingo por lluvia, algunos periodistas escriban o hablen más en cómo quedó parado Boca con el tema que en la vida, la salud de los seres humanos, la tremenda situación climática.

Se desgañitan opinando que el partido en La Plata debió jugarse, que Boca salió ganando por la postergación por su difícil actualidad deportiva, por su agitada agenda internacional. Eso para ellos es lo más importante. No tuvieron en cuenta, o prefirieron minimizar, que llueve torrencialmente desde casi 48 horas, que hay actividad eléctrica, que una cancha con agua (como declaró el árbitro Facundo Tello) es peligrosa para un partido tan importante, encima con la locura con la que se juega en el fútbol actual. Verdaderamente penoso, porque el enfoque le llega al hincha y éste lo toma y lo hace suyo, todo equivocadamente. Primero el fútbol, después vemos la salud de los jugadores, eso es lo que nos comunican. Lamentable. Los jugadores, antes que eso, son seres humanos que merecen bienestar.

lunes, 5 de marzo de 2018

DESUBICADO DE RACING INSULTÓ A BOCA EN RADIO

El domingo por la noche se produjo un desagradable momento en radio. Fue en el reconocido programa partidario de Boca Juniors Pintado de Azul y Oro, en La 990.

Los integrantes tienen por costumbre poner al aire oyentes por teléfono para que hablen lo que quieran de la actualidad boquense. Pero tras la presentación del conductor principal Daniel Campos, un desubicado fanático de Racing salió einsultó con palabras soeces a Boca y sus hinchas. Pero rato después, no conforme, por otro número el mismo salió de nuevo y volvió con su mala educación. Los conductores, sorprendidos ingratamente, decidieron publicar los números de celular en la cuenta de Facebook del programa para que el fulano no molestara más.

Repudiable. Una más de la intolerancia que genera el fútbol. Y, por qué no, de la incultura y mala educación de una parte de nuestra sociedad.

domingo, 28 de enero de 2018

TÉVEZ VA RECUPERANDO SU PRESTIGIO



Resumen del triunfo de Boca con la participación de Tévez

Cuando un gran jugador como Carlos Tévez se va lejos del primer mundo futbolístico, se sumerge en un mar de dudas. Que a dónde va, que para qué, que cómo se adaptará, que si le afectará su carrera y, más importante, su vida personal. Todas esas preguntas se hacían más reiteradas cuando se conocían desde China sus pocas y flojas actuaciones en el Shanghai Shenhua, sus lesiones, sus idas y vueltas dentro y fuera de la cancha.

Pero el "Apache" volvió, y contra lo que se pensaba, con su poderío intacto. Primero en los amistosos del pobre verano de Boca, con un empate y dos derrotas, una con River. Y sobre todo en la noche del sábado, cuando su amado azul y oro contó con su buen nivel para derrotar a Colón y seguir firme arriba de la Superliga. Participó en varias jugadas de peligro, especialmente en el primer tiempo, y tuvo otras tantas para convertir, incluida una negada en la línea. Jugó los 90 minutos, aguantó como si no tuviera 33 años el calor, la dura marca rival, el peso del encuentro. Jugó en el medio, detrás de los de arriba, y con la salida de Walter Bou de delantero, preocupando siempre a la defensa contraria.

En una palabra, Carlos Tévez, el ídolo xeneize, lo sigue siendo hoy en día. Tras tantas preguntas, tras tantos kilómetros corridos y recorridos, quedó claro que de a poco va recuperando el prestigio que supo forjar y que había decaído en la mediocre liga asiática. Tévez está, que nadie lo descuide.

domingo, 25 de junio de 2017

EXTRAORDINARIA FIESTA DEL BOCA CAMPEÓN

Volviendo al presente mágicamente, este atardecer del 25 de junio del 17 también tuvo un enorme festejo. No fue un Mundial, pero casi. Boca Juniors celebró en la gloriosa Bombonera, ante su ruidosa gente, su título 32 del fútbol argentino y su 66 en su vida, tras ganarle 2-1 a Unión por la última fecha del torneo de Primera División. Recordemos que había salido campeón sin jugar el martes, y el miércoles se estrenó con empate ante Olimpo. Y tras la victoria de hoy, rúbrica de una campaña excepcional, el pueblo boquense se dio una panzada de alegría con tremenda fiesta: estrellas, latidos que marcaron cada campeonato, pelota gigante, locución, fuegos artificiales y uno por uno, desde el ayudante de utilería hasta cada uno de los jugadores, recibieron su medalla. Y luego la Copa Axion, levantada por el capitán Fernando Gago. Una fiesta casi al estilo europeo, propia de un grande como Boca, casi sin imitaciones en nuestro fútbol. Y coronada por la potencia de la hinchada azul y oro. Felicitaciones y que siga la fiesta.

martes, 20 de junio de 2017

AUNQUE SEA DE LEJOS, TÉVEZ OTRA VEZ CAMPEÓN



El golazo de Carlitos a River en 2016

Carlitos Tévez no para de ganar. Con el título de su Boca que él comandó hasta fin de 2016, el Apache da otra vuelta olímpica, como sus antiguas azul y oro, las de Corinthians, los Manchester o la Juventus. Eso sí, no lo hace junto a sus compañeros ni siquiera en el país, lo hace allá lejos lejos en China, donde desde enero milita en el Shanghai Shenhua de la Superliga de aquel país. Tévez volvió en 2015 desde Juventus a Boca, donde se inició en 2001, para levantar un conjunto caído por su derrota ante River en la Copa Libertadores y para campeonar, y lo hizo con el torneo local y la Copa Argentina. Y aunque no se marchó de la mejor manera, dejó al xeneize con un golazo a River en el Monumental para aquel 4-2 y al equipo puntero. Aunque desde otro continente, Carlos Alberto Tévez, un guerrero ganador, festeja de nuevo. Como lo hizo toda su vida.

!BOCA CAMPEÓN DE NUEVO!

Y, parece que Así Es La Vida me trae suerte. Como fue hace dos años, hoy tengo el agrado de comunicarles que MI boca Juniors amado se consagró campeón del fútbol argentino, en este caso del Campeonato de Primera División 2016/2017. Eso sí, sin jugar, ya que este martes por la noche, en el adelanto de esta fecha 29 de entresemana, Banfield, su único rival al título, perdió 1-0 con San Lorenzo y Boquita conservó sus 5 puntos de ventaja, 59 a 54, sobre el Taladro, un día antes de jugar en Bahía Blanca ante Olimpo. Otro desatino del pésimo manejado fútbol nuestro de cada día. Eso no tapa que el equipo de Guillermo Barros Schelotto fue el mejor, con tropiezos y alegrías pero el mejor. Boca se quita así la espina de su mal 2016, su eliminación en semifinales de la Copa Libertadores del año pasado con Guillermo recién llegado y evita la humillación de que su primo River le saque el dulce de la boca, lo que parecía tras la derrota en el clásico. Boca, contra todo y todos, resurgió justo con sus goleadas a Independiente y Aldosivi y ganó su torneo número 31. Ahí está su divina fervorosa gente festejando en el Obelisco, en la Bombonera, allá en Bahía con los jugadores a pesar de la fría noche nacional. Y acá está Así Es La Vida en mi persona, contando este nuevo triunfo. Sí sí señores, de La Boca salió el nuevo campeón.

domingo, 29 de enero de 2017

¿SERÁ POSIBLE UN BOCA-RIVER SIN LÍO?

Boca y River simbolizan sana pasión, y más si juegan una Copa, aunque sea la Luis Nofal de verano. Sin embargo, parece que el superclásico ahora es excusa para que los jugadores, en general de muy mal comportamiento, quieran ganar a lo guapo, como si fuera el barrio. Profesionales, en varios casos de larga trayectoria, que no lo demuestran en la cancha.

Faltas, algunas blandas, otras duras, otras descalificadoras,líos entre futbolistas, tumultos, amonestados, expulsados, incidentes no entre hinchadas, que también es criticable, sino entre los que manejan una pelota. Para colmo, el árbitro Pitana contribuyendo con algunas decisiones amparadas en un reglamento ridículo expulsando técnicos. Para colmo, Guillermo Barros Schelotto, entrenador de Boca, entrenador repetimos, es decir, quien debe impartir calma desde el banco, protestando como en su época de jugador, haciendo un innecesario show escondido en el banco tras ser expulsado. Y la locura del cierre que derivó en tres tarjetas rojas a Insaurralde, Benedetto y Driussi, aunque Pablo Pérez y Centurión, que llevaron la voz cantante de la escaramuza, se quedaron en el campo.

Como comentamos anoche, es una lamentable repetida costumbre, nada sana, que los dos grandes del fútbol argentino hagan semejantes papelones a la vista del mundo, porque los partidos salen para todo el mundo. Que pensarán en Europa de ver que el gran espectáculo nacional, en lugar de ser un juego, un disfrute, un deporte, es una escalada de violencia que es tan o más preocupante que la de las tribunas. Porque si los de adentro la generan, estamos listos. Ya pasó en la Sudamericana 2014, en el escándalo del gas pimienta de la Libertadores 2015. Pero también pasó los dos veranos anteriores.

En 2015, en la victoria de Boca 1-0 con gol de Cristaldo, Leonel Vangioni le pegó duro a Pavón y no lo dejó seguir en la cancha, fue amonestado y luego, por algo similar, expulsado, igual que Maidana que metió un codazo. El año pasado, cinco rojas, una (la de Jonathan Silva en Boca) a los 10 minutos, encontronazos como anoche, Maidana, Tévez, agresiones, de todo menos superclásico. Ayer, de nuevo, tres expulsados, tres DT afuera, uno correcto, los otros dos no, mucha pierna fuerte, mucha fricción. La famosa mentalidad, muy errada, de jugarse la vida, de poner todo. Hay que poner con la pelota al pie, no con los pies y sin pelota.

Todo el mundo habla del partido, del 2-0, del fútbol, y está bien. Pero no dejemos de costado que estos líos Boca-River vienen de tiempo atrás, y ya parecen un indisoluble de cada súper. Como no era antes, más allá de la rivalidad; 30 años atrás ambos protagonizaron un 3-3 inolvidable. Hoy sólo parece que se gana con temperamento mal entendido. A ver si en el próximo, sea la ocasión que sea, se dejan de ensuciar y se dedican a lo que saben y a su profesión: jugar. A ver si un superclásico sin violencia es posible. Sin violencia de jugadores.

sábado, 28 de enero de 2017

30 AÑOS DE UN BOCA-RIVER IMBORRABLE

Hoy se juega otro Boca-River de verano en Mar del Plata. Y hoy, justamente, hace 30 años, en la Feliz los colosos del fútbol argentino dieron un espectáculo
imborrable, soñado. Como un verano antes River y Polonia lo habían dibujado en el José María Minella, la calurosa noche del 28 de enero de 1987 quedó para
siempre en la mente de cualquier futbolero. Especialmente, los del xeneize. 

Era el partido decisivo de la Copa de Oro, por entonces realmente un torneo, que ese 87 contó con los dos gigantes, Independiente con Bochini y compañía
y el Colonia de Alemania con figuras como Schumacher, Haessler o Allofs. Ambos habían vencido al rojo 3-2, Boca al Colonia y River no pudo con los alemanes,
por lo que el conjunto boquense, dirigido por César Luis Menotti, llegaba con un punto de ventaja sobre el de Héctor Veira, con lo que el empate le alcanzaba
para quedarse con la Copa. 

Y Boca pareció ratificar la conquista desde el primer tiempo, cuando a los 23 minutos Carlos Tapia mandó un centro de tiro libre y Jorge Rinaldi cabeceó
impecable para el primer gol. Pero el poderoso, lujoso River del Bambino, que venía de aquel 5-4 con Polonia del 86, lo remontó en un periquete. Patricio
Hernández a los 45 de esa primera etapa de penal, el inolvidable Juan Gilberto Funes a los 62 de cabeza y Antonio Alzamendi dos minutos más tarde ponían
un 3-1 muy lejano de revertir para cualquiera. 

Menos para Boca, que con su típica garra de esos tiempos que todo lo podía, se puso a tiro del objetivo a los 67 minutos, sólo tres después. Otro tiro libre
de Tapia, Jorge Higuaín de cabeza estremeció el travesaño y Jorge Comas apareció para empujar la pelota al descuento. Ingresó el hábil Gustavo “Tuta” Torres
en Boca para buscar el empate, mientras el chico Claudio Caniggia  y Pablo Erbín hacían lo propio en River. El reloj corría hacia el final con el 3-2 de
los millonarios. 

Pero pasó lo inesperado. A los 90 minutos, Milton Melgar fue a buscar sobre la derecha y como rodeado de rivales no pudo sacar el centro cedió atrás a Torres,
que enganchó para su zurda y le pegó desde el borde del área. La pelota en comba dio en el palo y Enrique Hrabina, el símbolo de la fuerza xeneize, llegó
para cabecear y marcó el 3-3 que hizo estallar a medio estadio Mundialista. Los de Veira protestaron al árbitro Ricardo Calabria una supuesta posición
adelantada de Comas en la jugada, pero el gol fue nomás. 

Y nomás Boca empató de 1-3 a 3-3, con menos plantel y fútbol que su primo, y alzó la Copa de Oro que ya lo había visto ganador varias ocasiones en esa década.
El Flaco Menotti, recién llegado al banco boquense, se dio el gusto de comenzar con un empate y un título su campaña. Pero no cualquier empate y cualquier
título, fue uno contra aquel gran River. 

Reviva en este video semejante superclasicazo:


miércoles, 15 de junio de 2016

RECORDANDO EL MUNDIAL 86: TÍO EDUARDO Y BOCA-NEWELL´S

El sábado 14, gris y frío como la mayoría, fui a lo de mi tío paterno Eduardo, el de esa casa espectacular en Martínez con aquel gran jardín y hasta con... jacuzzi. Y además un lujoso living comedor y el garage cubierto con otra atracción: su Renault 18 GTX II rojo y el moderno Telecomando Infrarrojo de Apertura de puertas, un pequeño control remoto que yo accioné y abrí la puerta delantera izquierda. Mientras, el simpático Eduardo hacía pronósticos sobre el Argentina-Uruguay que se venía: ‘’¿Y, qué te parece Argentina el lunes? Me parece que nos volvemos...’’.
Para seguir con increíbles recuerdos, al día siguiente Boca vencía 4-1 a Newell’s y ganaba la Liguilla Pre-Libertadores, algo que recién supe cuando Fabián nos lo contó; él se había enterado por el recordado Carlos Vacarezza, amigo suyo. Cuando lo supimos, no lo podíamos creer...

domingo, 24 de enero de 2016

BOCA-RIVER: OTRO ESCANDALETE



Las expulsiones y el escándalo del superclásico

Lamentable. Preocupante. Vergonzoso. De mediocres, bien de la mediocridad argentina. Una vez más, como hace tiempo biene pasando de forma alarmante, Boca y River dieron un espectáculo que de superclásico no tuvo nada y sí de violencia, de esa maldita mentalidad de “jugarse la vida en los clásicos” tan enraizada entre nosotros. Para qué, digo yo, escribí tanta previa, con historia, videos, estadísticas, en definitiva, destilé la misma pasión que cada protagonista del clásico. Para qué si después, uno y otro llevaron a cabo una velada de boxeo o de kick boxing que de fútbol, que dicho sea de paso deja mucho que desear más allá del argumento pretemporada. Cinco expulsados, tres de ellos de un Boca lastimoso en su presencia, que ya lleva cinco en dos partidos; muchas faltas, prepotencia, pelea y el lío faltando unos minutos entre Maidana y Carlos Tévez que derivó en ese escandalete con un elenco estelar y grandes actuaciones, por supuesto muy lejos del lindo teatro en Mar del Plata. Como en los duelos de la Copa Sudamericana 2014, como el escándalo de la Libertadores 2015, como los partidos locales, Boca y River dieron otra pésima imagen, que de “machos” no tiene nada, más bien todo lo contrario. Jugadores de pésima conducta, que se creen reyes por ser futbolistas, que ponen en aprietos al mejor árbitro del mundo, y eso que anoche Patricio Loustau los tuvo a rienda corta. Qué fácil es criticar al juez si los protagonistas parecen niños peleándose en un potrero o en un patio de colegio. Y además, para qué hablar de violencia en los estadios, si la violencia la ponen los de adentro. Si no se comportan ellos, qué esperar de la sociedad que los rodea. Fuimos a ver fútbol, debuts, goles, tensión y emoción bien pensada. Fuimos, por ejemplo, a ver cómo volvía Daniel Osvaldo, cómo debutaban Jara y Silva, lo de Nacho Fernández en River. Terminamos viendo golpes, fricciones, poco fútbol y malo y otro escandalete vergonzoso para dos clubes de semejante categoría. Ah: era un amistoso.

viernes, 22 de enero de 2016

RECUERDOS DE BOCA Y RIVER DE VERANO

Mañana a la noche, Boca y River, River y Boca, jugarán un nuevo superclásico de los habituales amistosos (muy poco amistosos) de verano. Será el número 77 y tendrá lugar en Mar del Plata, el clásico marco de estos grandes partidos, que a pesar de ser de verano encierran tanta o más expectativa y presión que los oficiales. Y entonces, al ser un superclásico, tenemos que contar los mejores recuerdos que los dos más grandes dieron desde aquel 10 de febrero de 1975, el primero, empate 2 a 2 por la famosa Copa de Oro con goles de Potente, Tarantini, Alonso y Más. Estas son algunas historias que dejaron huella en cada verano.

1979: PRIMER TRIUNFO DE RIVER

El primer triunfo de la historia veraniega aconteció el 21 de febrero de 1979, cuando por el torneo de Mar del Plata River se impuso 1 a 0, con gol de Galetti a los 78 minutos, en partido arbitrado por Roberto Barreiro. Con ese 1-0, el millonario se llevó el título.


Video Boca 2 River 1 1983

1983: PRIMER TRIUNFO DE BOCA

Fue el 26 de febrero en la Feliz, con Abel Gnecco como juez y goles de Krasouski y Berta, empatando Nieto para un 2-1 que cerró aquel verano donde eltorneo se mezcló con el final del Metro 82 ganado por Estudiantes de La Plata. Fue la primera victoria xeneize, un triunfo que le serviría para llevarse el título.



Video segundo gol de Gareca 1984

1984: TODAS PARA BOCA

El 16 de febrero de 1984, los colosos jugaron por la Copa de Oro. Boca, que venía mostrando gran fútbol y goles, arrasó con River 3 a 0 con tres de Ricardo Gareca. Todas le salieron al equipo de la Ribera, ya que River terminó con 9 hombres y Hugo Gatti le atajó un penal al uruguayo Alberto Bica. Como en el 83, el triunfo sirvió para otro título veraniego.



Video Boca 3 River 3 1987

1987: REMONTADA AZUL Y ORO Y TÍTULO

Junto al River-Polonia del 86, el mejor recuerdo de un verano. Corría el 28 de enero y el Boca de Menotti necesitaba un empate para llevarse el Ciudad de Mar del Plata. Tras la apertura de Jorge Rinaldi para los boquenses, los de Veira remontaron y se pusieron 3-1 por Patricio Hernández, Funes y Alzamendi. Al rato descontó Comas, y Boca estaba a tiro del punto que quería. Faltando cinco minutos, Torres remató de afuera, la pelota dio en el ángulo y Enrique Hrabina llegó para cabecear y darle el 3-3 heroico. Y más, el título soñado.

1993: RIVER ROMPE LA RACHA

En 1993, el River de Daniel Passarella venía de una larga racha sin ganarle al Boca de Oscar Tabárez, tanto amistosos como oficiales. Pero ese 14 de febrero por la Copa Revancha, con dos goles del aún activo Ramón Díaz, ganó 2-1 (Sergio Martínez para Boca) y cortó una racha de 13 encuentros sin saber lo que era vencer a su clásico rival.



Video Boca 2 River 1 2000

2000: LOS SUPLENTES ECHARON A RAMÓN

Ya se habían jugado dos clásicos en el nuevo milenio, uno para cada uno. El 9 de febrero era tiempo de cerrar la serie en Mar del Plata. Para eso, el Boca de Carlos Bianchi presentó suplentes y juveniles, y el River de Ramón Díaz, que llegaba algo cuestionado, lo aprovechó y se puso en ventaja por Juan Pablo Angel. Pero en pocos minutos, los entonces jóvenes Alfredo Moreno y Sebastián Battaglia dieron vuelta el resultado y Boca
ganó 2 a 1 contra todo lo pensado. El lunes siguiente, Ramón Díaz presentó la renuncia y fue reemplazado por Américo Gallego.



Video River Boca 2002

2002: FONSECA, HÉROE DE RIVER

El uruguayo Daniel Fonseca había llegado como refuerzo a River para el cierre de la temporada 2001/02. Y en su primer superclásico, el de la Copa Desafío en Mendoza, fue el héroe total de la noche. Cuando Boca ganaba 1 a 0 por Riquelme, Fonseca empató en el desscuento de penal.Y como había que definir un ganador se ejecutaron penales. Roberto Bonano le atajó a Sergio Martínez y… Fonseca definió el 5-4 final para los de Ramón Díaz.



Video Boca 3 River 3 2003

2003: OTRO 3-3 PARA BOCA

Como pasó en 1987, en 2003 en Mendoza River ganaba 3-2 y conseguía la Copa Revancha en Mendoza. Pero en el último minuto, César “Beto” González definió tras un rebote y le dio a Boca, en plena vuelta de Carlos Bianchi, otro 3-3 y otro título de verano.



Video River 3 Boca 0 2006

2006: RIVER GOLEA EN SALTA

La mayor goleada para River fue en enero de 2006, cuando por la Copa Desafío en Salta venció 3-0 con goles de Santana, Montenegro y Oberman.



Video definición River Boca 2007

2007: NUEVE DE RIVER LE GANARON A 11 DE BOCA

Otro recordado fue en febrero de 2007, nuevamente en Mendoza. Boca empató con River 1-1, con goles de Palermo y Ferrari. La banda había sufrido dos expulsiones, pero aún así los de Miguel Russo no lograron ganar, y en la definición por penales, River venció 6-5.



Video Boca River en la B 2012

2012: BOCA LE GANA AL RIVER DE LA B NACIONAL

Un momento tan caliente como recordado. River se había ido a la B por primera vez en su historia, y se hablaba de que el superclásico del verano 2012, el 25 de enero en Chaco no se jugaría para evitar incidentes. Se llevó a cabo, no hubo problemas, Boca humilló a su archirrival 2-0 con un doblete de Nicolás Blandi y Alejandro “Chori” Domínguez fue expulsado.



Video River 2 Boca 0 2013

2013: RIVER REY DEL TRÍO

Para 2013 se programaron tres superclásicos en el mismo verano, lo que Carlos Bianchi, en su tercera vuelta en Boca, calificó de “estupidez”. Así fue malo para su equipo, ya que River ganó dos y empató uno del trío de aquel verano.



Video Boca 5 River 0 2015

2015: MÁXIMA GOLEADA DE BOCA

El 31 de enero pasado se produjo en Mendoza un resultado histórico, ya que el 5-0 que Boca le endilgó a River (Cristaldo, Palacios, Chávez, Calleri y Bentancur) fue el máximo marcador en un clásico de verano. Tras aquel triunfazo, el plantel de Rodolfo Arruabarrena subió a Twitter una foto mostrando cinco dedos, cargando a su rival por el resultado.

Presentadas las historias del pasado, esperamos otro Boca-River, más que un partido de prueba, y aunque sea de verano, otro superclásico del fútbol argentino.



miércoles, 4 de noviembre de 2015

OTRA VUELTA PARA BOCA



Resumen de la polémica final de la Copa Argentina

Como en sus mejores épocas, las de los 90 o inicios de los 2000, Boca sumó otro festejo en pocos días. Como antes era con Bianchi o con Basile, ahora de la mano y las ideas de Rodolfo Arruabarrena en el banco y Carlos Tévez y compañía en la cancha se consagró nuevamente campeón, en este caso de la Copa Argentina por tercera vez, luego de la antigua de 1969 y aquélla de 2012 que, hasta el domingo pasado, había sido el último título xeneize.

En un estadio Mario Alberto Kempes abarrotado por las dos hinchadas, Boca le ganó a Rosario Central, sin duda los dos mejores equipos de 2015, por 2 a 0 en un partido poco lucido, demasiado friccionado y polémico, con un equipo azul y oro que aprovechó sus momentos y un pésimo arbitraje a su favor (gol mal anulado por offside, penal del primer tanto fuera del área, segundo gol en offside) ante un Central de pocos recursos, mucho golpe y muchos nervios, tanto en sus jugadores como más aún en su DT Eduardo Coudet, que en lugar de dar y poner el ejemplo puso más leña al fuego entrando a la cancha sobre el final a protestarle al árbitro.

Los goles del uruguayo Lodeiro, de excelente temporada, y de Chávez, ingresado sobre el final, sellaron el segundo triunfo para Boca en tres días y la cicatrización de la gran herida de la Libertadores, a la que el conjunto azul y oro volverá en 2016 con las ansias de revancha y triunfo que su historia merece. Por ahora, el más rico plantel de la Argentina, el mejor indiscutiblemente del país, da otra vuelta olímpica y suma otra estrella más a su historial, contando ya 65 desde su nacimiento hace ya largos 110 años. Años de gloria, que en estos días retornaron para ponerlo de nuevo en el sitio que siempre acostumbró. !Salud Boca bicampeón!

martes, 3 de noviembre de 2015

ARRUABARRENA, JOVEN Y HUMILDE



El Vasco entrevistado tras el partido del título

Sin duda, en el fútbol ganan todos o pierden todos. Pero siempre hay un líder, alguien que con su voz de mando es el más responsable del éxito. En el Boca campeón 2015, ese responsable es Rodolfo Martín Arruabarrena, el ex marcador de punta izquierda en los años 90 y entrenador del campeón, sucediento a la catastrófica vuelta de Carlos Bianchi en 2013, para enderezar el rumbo del alicaído xeneize y llevarlo, tras un camino nada fácil pero muy pródigo (73 por ciento de los puntos) a su título 25 en el profesionalismo. Siendo, además, el primer técnico campeón surgido del club.

Un hombre que ya había tenido su pasado como DT pero en Nacional de Montevideo y en Tigre, claramente nada que ver con la grandeza de Boca. Por eso muy pocos creían en que su llegada podría levantar al desfallecido equipo de Bianchi, acostumbrado a perder una y otra vez y lejos de la lucha por la gloria. Pero en un caso similar al de Matías Almeyda en River en 2011, el Vasco se hizo cargo del once y le dio una identidad ofensiva y ganadora que, a pesar de los tropiezos conocidos, lo envió indiscutiblemente al campeonato tan ansiado. Además, su juventud, su humildad, su perfil bajo y su don de bien también contribuyeron a su imagen y a que los hinchas se encariñaran con él. Un hombre de las entrañas del club, con lo que eso significa, se puso la responsabilidad al hombro, la supo llevar ayudado por un excelente plantely así arribó al puerto que la gente esperaba tras 4 años de sequía: el de la victoria.

lunes, 2 de noviembre de 2015

TÉVEZ, EL GUERRERO GANADOR


Golazo de Carlitos en la Copa Argentina

Carlos Alberto Tévez, el ídolo de los últimos años de Boca, fue y es tan grande como sus condiciones futbolísticas. Un hombre que sólo este 2015 jugó en Italia, la final de la Champions europea, en la Selección con controversias y volvió a Boca para ser campeón una vez más en su riquísima carrera. Un ganador justamente en todos los lugares que pisó con su fuerza, Boca allá por los 2000 con Bianchi o el Chino Benítez, Corinthians, West Ham (aunque no campeón sí lo salvó del descenso), los Manchester y la Juventus, además de colgarse el oro como goleador en Atenas 2004, dándole con su gol ante Paraguay el primer oro para Argentina tras 52 años. Pero mejor aún, un guerrero dentro de la cancha, una fuerza y una actitud no muy común entre los futbolistas de este tiempo, un hambre de vencer que lo llevó y lo lleva a tantos éxitos. Por algo es apodado "el jugador del pueblo" y demuestra con sus recientes actuaciones en Boca, donde además ha dejado un interesante promedio de goles, la falta que le hace a la Selección, donde como siempre el entrenador de turno no lo usa o lo pone en otro puesto, otro desperdicio como Riquelme o Verón en su momento. Por su fuerza, sus goles, su don de bien, su humildad, su coraje y su grandeza Carlos Tévez, el Apache, merece este reconocimiento aparte como parte del Boca campeón 2015.

domingo, 1 de noviembre de 2015

CUENTO FANTÁSTICO: EL NIÑO HINCHA DE BOCA

Es un día de sol cualquiera en una ciudad cualquiera, no importa mucho dónde ni cuándo. La pasión por el fútbol y por un glorioso club no tiene parámetros ni horarios. Para él, el niño que vive la vida plenamente día a día a pesar de los embates de su vida junto a su papá en una pequeña casita, saber cada domingo qué pasa con su amado Boca es una de las cosas que lo hace feliz, más allá del resultado de turno. Por eso aquel fin de semana no era uno más: el equipo estaba por consagrarse campeón del Oficial de Primera y él lo vería con sus ojitos por primera vez en su vida. Así esperó ansiosamente que llegara el domingo mientras iba a la escuela, tomaba la leche y dibujaba de su club en una mesita en su pieza al lado de su camita. Al mismo tiempo, su cabecita iba acunando esas ilusiones de infancia: ir a la cancha, ver a su equipo, a sus ídolos, gritar un gol, festejar un título. Boca tenía que ganar o ganar ya que su perseguidor más inmediato, Deportivo El Fuerte, lo había derrotado la fecha anterior y se le había puesto a un punto. Era la última jornada y el xeneize recibía en la Bombonera a Estudiantes de Las Palmas, mientras que El Fuerte iba a la cancha de Galácticos a vencer y esperar una caída boquense.

Pero no todo fue de rosa en su recorrido, claro, era como su papi le había enseñado tras la partida de su mamá. El sábado a la tarde,mientras jugaba a la pelota cerca de su casa, el niño sufrió un golpe contra una pared y debió ser internado. Su padre lo llevó rápidamente al hospital donde por suerte los médicos le dijeron que estaba fuera de peligro y consciente, pero que quedaría en observación por tres días, con lo que se perdería la final del domingo. Ni siquiera le dejaban escucharlo por radio ya que le habían establecido reposo absoluto, sin emociones, tal vez sin libertad. El pequeño lloró amargamente, mezcla de dolor y frustración, pero su papá lo abrazó. Y con su típica ternura de cada día le dijo: “No te preocupes, yo te voy a decir cómo va el partido cuando me autoricen…”. Pero no era lo mismo. El niño se iba a perder poder ver en vivo a sus estrellas por primera vez en su vida, y tal vez la gloria no tendría repetición. “No, nooo, yo quero verlo, quero escutarlo”, decía con sus errores fonéticos de infancia. Pero su delicada salud no lo iba a dejar. Por lo que pasaría la noche y el nuevo día en el hospital, sin saber de su club y sin mucha charla con su papá, ya que lo dejarían entrar poco para no entorpecer su curación. Así el padre se fue a la casita, tranquilo porque sabía que su hijito estaba protegido pero con la bronca de no poder ver con él una probable vuelta olímpica de su Boca, sólo le informaría fríamente y vaya a saber por intermedio de quién.

Llegó la noche del sábado y, tras comer livianamente, una cena lejos de sus gustos pero que acompañaba su evolución, el niñio fue dormido por una doctora que, antes de hacerlo, lo acarició y le dio un beso de buenas noches, consolándolo ya que estaba algo triste por todo lo contado. La joven y amable mujer se quedó a su lado observando atentamente cómo dormitaba profundamente, lo que era necesario para su recuperación. Mientras tanto, el papá también dormía en la casa, mucho menos tranquilo, claro, pero con ansias de que todo estaría bien al día siguiente con su Boca y eso le permitiría una alegría para su golpeado corazón.

De pronto, el niño tuvo un sueño mucho más hermoso de los que acostumbraba en la camita de su casa. Él no se daba cuenta que sólo era un sueño, porque era tan hermoso que parecía realidad. Un ángel le tocó su cabecita y viendo que lloraba por no poder ver a Boca, lo abrazó y le prometió: “Ven, te llevaré en mis alas a ver a Boca”. “¿Cómo vas a hacer, sin no puedo salir de aquí?”, preguntó con bronca. “No te preocupes, hablaré con Dios y él hará todo para que estés bien y puedas cumplir tus sueños…”, le volvió a prometer. Con su inocente alma, y en lugar de cuestionar todo como los grandes, el niño tuvo fe y el ángel lo llevó en sus alas a través de un cielo brillante lleno de estrellas fulgurantes que lo saludaban, rumbo a la Bombonera. Al llegar, el pequeño dijo que aún no era la hora del partido, era de madrugada y hacía mucho frío. El ángel lo cubrió con sus alas y lo acarició, diciéndole que no tuviera miedo, que él lo cuidaría hasta que saliera el sol y llegara el tan esperado encuentro.

Con el amanecer, el niño se encontró sentado en la platea de la Bombonera junto a unas pocas personas que, impacientes, esperaban el partido mientras comentaban de las posibilidades de campeón y el peligro de sus rivales. Al rato el niño brincó de alegría al ver a su papá y lo abrazó muy fuerte, lo necesitaba mucho después del mal momento vivido. “Gracias Dios mío”, clamaba el padre mirando al cielo mientras agradecía al ángel por haberlo cuidado. Y lo llevó a comer una rica hamburguesa con papas fritas, gaseosa y un suculento helado en la confitería del club, ya repleta de entusiastas hinchas que también comentaban la previa.

Se hizo la hora y el niño y su padre fueron a una cómoda tribuna llena de un sol que iba yéndose de a poco por la tarde, pero que alumbraba y calentaba bastante. Apenas Boca salió él levantó sus manitos saludando efusivamente a sus ídolos. Y al lado de su papá vio cómo Boca marcaba el primer gol por medio de una gran apilada de Diego Rodríguez, el 10 del equipo y goleador del torneo, uno de sus favoritos. Entretanto, Deportivo El Fuerte ganaba 3 a 0 en la cancha de Galácticos y esperaba un empate o derrota xeneize para aguarle al niño sus ilusiones. Más aún cuando Estudiantes de Las Palmas, un modesto conjunto recién ascendido y de floja campaña, conquistó el empate faltando poco para terminar por un remate de Juan Saponi que el arquero Pablo Pérez dejó escapar tontamente. El 1-1 y la goleada de El Fuerte lo privaban al de la Ribera de salir campeón; los hinchas estaban en silencio con la radio en la mano, y desde ya el niño sumaba una frustración más a las ya vividas. Llegó el final y Boca no pudo con el flojo pero estimulado Estudiantes, que le empató y le sacó el título que fue a parar a manos de Deportivo El Fuerte. Desconsolado, el pequeño se abrazó a su padre: “Papá, ¿esto es verdad o es un sueño? No puede ser que estos tontos nos c… el campeonato”. El padre sabía que sólo era un sueño, pero no quiso decirle nada para darle la sorpresa que merecía. Por eso el chiquito pasó de la bronca y el fastidio a las lágrimas. “¿Cuándo voy a volver a ver a Boca campeón?”. El papá no se pudo contener y, al verlo llorar, lo abrazó y le contó todo. “Hijito, no te preocupes, esto es sólo una pesadilla. Hoy Boca va a salir campeón, ya vas a ver…”. El hombre estaba muy seguro, como si supiera el final del cuento. “Vos haceme caso que hyo sé lo que te digo”, le confió tiernamente y dándole gran seguridad. Pero el nene no estaba muy convencido. En verdad, no entendía nada, si era un sueño, una pesadilla, una realidad o una mezcla de todo.

Pero no era un sueño. El niño se había despertado a la mitad de la madrugada y su padre, avisado por el hospital de que podía ir a verlo, había llegado y estaba junto a su cama. Y tras acariciarlo, había recibido la buena noticia de que su hijo estaba bien y que podía dejar el centro médico, aunque igualmente debía volver en la semana para ser revisado. Pero el chiquito recién se dio cuenta, en su total inocencia, de que todo era realidad cuando vino el empate de Estudiantes. En medio de su bronca, el papá le aclaró que por su golpe recién había podido despertarse totalmente esa tarde. Con alegría, el niño se vio en la realidad sanado, en la tribuna de la Bombonera junto a su papá y alentando a su querido club. Pero el atardecer impiadoso le estaba por abrir la puerta a la noche y el pequeño no tenía aún su mayor alegría, ya que el empate lo dejaba a Boca sin título. De pronto, el ángel sobrevoló la Bombonera e inspiró a los jugadores la fuerza para irse con todo en busca del gol de la victoria. Alentados por 55 000 personas, entre ellas el niño y su padre, los xeneizes forzaron ataques sobre el arco de Estudiantes pero sin ideas claras, por lo que el 2-1 se veía cada vez más lejos y el final y la desilusión de un segundo puesto, impensado tras la gran campaña del equipo, se acercaba.

Pero Dios hizo posible el sueño del niño: Faltando 20 segundos y en la última jugada del partido, Boca tuvo un córner a su favor. La defensa de Estudiantes despejó pero le dejó servido el balón a Diego Rodríguez. Y el 10 de oro le pegó de zurda intentando clavarla en el ángulo. El tiro fue bueno y superó la estirada de Daniel Converti, pero parecía por su trayectoria que la pelota se iriía afuera y así se daría el final con el empate. Sin embargo, la pelota hizo una extraña curva, bajó y se metió en el ángulo moviendo furiosamente la red de Estudiantes. Y las 55 000 personas estallaron en un grito de gol. Entre ellas, claro, el niño y su papá, pletóricos de felicidad. Ni hablar cuando el árbitro Juan Carlos Betti pitó el final y Boca se consagró finalmente campeón. Justo cuando llegó la noche y el frío viento los envolvía, el niño abrazó a su papá y los dos lloraron. Pero ahora era de alegría por el campeonato tan esperado por los dos. Y, como fue en la semana en casa o la escuela, como la noche anterior en el hospital, los dos estuvieron juntos pero ahora para ser felices. Los altavoces de la Bombonera los invitaron a ambos a bajar a la cancha, los dos no entendían nada pero fueron presurosos a recibir una posible sorpresa. Y en efecto, el club que conocía bien al hombre y a su hijo porque tantas veces fueron allí a divertirse, y sabiendo lo que había pasado, le dio un regalo extra: cuando ambos llegaron al campo de juego, el presidente Daniel Angelici le obsequió una camiseta de Boca nueva, la misma de los jugadores y una pelota de fútbol nueva, mejor que la desinflada que tenía ya que su papá aún no le podía comprar una. Y para cerrar la noche de gloria, el niño dio la vuelta olímpica con los jugadores y se sacó fotos con todos, por supuesto con Diego Rodríguez, el autor del triunfo y su ídolo. “Y, ¿estás contento?”, le preguntó el talentoso mediocampista abrazándolo. “Sííí, sí, estoy recontento”, sonrió el niño desde su más tierna inocencia. Mientras tanto, el papá habló con Angelici, que lo invitó a él y a su hijo a la cena festejo en una típica pizzería de la Boca. “Uh, qué bueno, con lo que le gusta la pizza, se va a poner contentísimo…”, decía.

Y así se dio todo. Gracias al ángel y sobre todo al Dios que como dicen sabe lo que hace, Boca salió campeón, le dedicó el título a El Fuerte, su eterno rival, y una hora después del triunfo sobre Estudiantes, todos se juntaron en la pizzería La Mamma para celebrar en una noche llena de estrellas. El niño comió su pizza, tomó su gaseosa, disfrutó su helado, pero mucho más saber que a su lado estaba su papá, ése que tantas veces rió y se entristeció con él, ése que estuvo en sus alegrías y en sus malos momentos. Ése con quien siempre fue feliz más allá de los embates de la vida. Ahora lo era junto a él y al plantel y los dirigentes de su amado Boca, que le hicieron más regalos y lo invitaron a cantar en un escenario. Y como broche, el presidente Angelici le obsequió un abono gratis para ver a Boca por toda la vida, recompensando tanto sufrimiento propio y ajeno a través de los años. Sí, el niño tuvo la felicidad que todo niño merece, y Boca había sido una vez más la gran razón. Y lo más importante, no era un sueño, era una realidad.

SUENEN LAS BOCINAS: !!!BOCA CAMPEÓN!!!



El gol de Monzón, el gol de la consagración

Sí sí señores, desde la Boca salió el nuevo campeón. Ttras tanto tiempo de espera, cuatro años desde el brillante de 2011, Boca Juniors, uno de los clubes más grandes del mundo, volvió a festejar un título de Primera División, en este caso el famoso y mediocre torneo de 30 equipos que va llegando a su fin. Este domingo por la tarde venció en la Bombonera a Tigre 1 a 0 con gol de Luciano Monzón a los 40 minutos del primer tiempo, y con el triunfo y la derrota de su perseguidor Rosario Central 1-2 con Banfield, sacó 9 puntos cuando quedan 3 en juego. Y no le hizo nada tampoco la victoria de San Lorenzo 1 a 0 sobre Témperley, ya que el Ciclón quedó a 6.

Tremendo festejo y alboroto en el "templo" azul y oro fue la foto largamente esperada por el prolífico equipo del Vasco Rodolfo Arruabarrena, primer DT campeón surgido de las inferiores. Luego de los traspiés de estos últimos años, y sobre todo de los últimos meses, Boca limpió las nubes negras con un triunfo absolutamente claro y merecido sobre los demás. Su título fue sin embargo una verdadera novela con introducción, líos y desenlace feliz: tras un verano de ensueño con aquel 5-0 a River y un comienzo arrasador en el campeonato y la Copa Libertadores, padeció de todo cuando menos lo esperaba, la humillación con River por la Copa, su principal objetivo, no sólo por el resultado sino por el lamentable incidente de saber público. La salida prematura de Daniel Osvaldo, una de las estrellas de los muchos fichajes, las críticas al juego, los cuestionamientos al técnico (quién recuerda que lo querían despedir...) acrecentaron un panorama negativo allá por mitad de año. Pero la vuelta de Carlos Tévez, el hecho significativo de 2015, fue sin duda lo que le devolvió la fuerza a un equipo alicaído, que así se puso de pie de nuevo, encaró la recta final del campeonato y más allá de algún tropiezo lógico terminó resurgiendo y ganando un título después de 4 años y de 3 en general, luego de la Copa Argentina 2012 ante Racing.

Con el liderazgo de Agustín Orión en el arco, la solvencia del capitán Daniel "Cata" Díaz, que levantó considerablemente su nivel, la prestancia de Peruzzi y Monzón, la enjundia de Erbes, el fútbol de Meli o el uruguayo Lodeiro, la potencia goleadora de Calleri, la presencia de Tévez, la sangre joven y talentosa de Cubas, Bentancur o Palacios y, sobre todo, el gran mando de Arruabarrena, un técnico joven y brillante pero que no tenía tantos pergaminos y sin embargo enderezó el rumbo del conjunto xeneize tras la salida de Carlos Bianchi, Boca volvió a dar la vuelta olímpica. También, claro, con Diego Maradona, su máximo símbolo, y Mauricio Macri, parte de la gloria de los últimos 20 años, desde la tribuna de la mítica Bombonera. Y el apoyo de su fervorosa 12 y de sus buenos dirigentes, que además de conseguir por fin un logro deportivo trabajaron al club integralmente y supieron hacer todo para conducirlo al éxito; justo es reconocerles parte del mérito. Así Boca, uno de los dos grandes de la Argentina y de los más grandes del mundo, retorna a su gran amor, la victoria, y su novia de toda la vida, la Copa Libertadores tan ansiada, especialmente después de lo sucedido este año. Con 25 títulos locales en sus vitrinas, sigue segundo de River pero se mantiene en el lugar más difícil: el del éxito cumbre. Abrazo grande a todos los hinchas de Boca donde quiera que vean este artículo, como periodista pero también con la alegría propia de mi simpatía por los xeneizes amados. Sí sí señores, este año desde la Boca, salió el nuevo campeón.

domingo, 13 de septiembre de 2015

!GRANDE BOCA!




Video del gol de Lodeiro que definió el superclásico.

Hace cuatro meses, en mayo, yo escribí una entrada con este mismo título gracias a que mi Boca querido le ganó a River 2-0 antes de los dos partidos de la Copa Libertadores. Y ahí puse que no quería hacer pronósticos sobre los mismos porque, si ustedes buscan en el archivo del blog, en una de las primeras notas anticipé el superclásico que finalmente perdimos por la semifinal de vuelta de la Copa Sudamericanan. Y suerte que no lo hice, porque para mí como para todos los hinchas de Boca (hablo como hincha y no como periodista, recuerden) fue un golpe durísimo, más de la forma en que pasó.

Bueno, este domingo festejé de nuevo por el campeonato el 1-0 del xeneize en el Monumental con el gol de Nicolás Lodeiro a los 20 minutos, que le dio al equipo del Vasco Arruabarrena la punta de la tabla otra vez, tras haberla perdido con su rival por el título San Lorenzo en el encuentro entre ambos el domingo pasado. Fue una pequeña revancha de aquel mayo olvidable y un gran tirunfo como lo son todos ante el clásico rival, pero éste más importante por todo lo que Boca se jugaba y por la presión que la prensa y ex jugadores tiraron al equipo en la semana, para mí bastante injustificadas, recordar que se especulaba y especulaba con el Vasco que se iba si Boca perdía, o se iba después o en las próximas fechas. Lo cierto es que el azul y oro está de nuevo arriba y para mejor, con una victoria sobre este algo agrandado River de los últimos meses. Ahora voy a tomar una medida que creo será acertada más allá de cómo termine todo: no hago ningún pronóstico sobre el campeonato, no sea cosa que mi blog le traiga mala suerte a mi querido club. Pero sí que el glorioso de la Ribera está para campeón y así borrar lo acontecido en este 2015. !Vamos Boca todavía!

domingo, 3 de mayo de 2015

UN DOMINGO DE BOCA-RIVER CON PAPÁ

El domingo 3 de mayo de 2015 amaneció soleado pero muy frío, como estaba pronosticado, sobre Buenos Aires. En una casa de la zona Norte de la ciudad, papá Rafael y yo despertamos, cada uno con su hora, cada uno con su régimen de sueño, y nos pusimos a charlar como solemos hacerlo de cama a cama. Yo, en la mía de toda la vida, la que acuna sueños desde hace más de 30 años, bien tapado con dos frazadas; él, con la suya que quedó de mi abuelo, con una colcha y una manta. Y hablamos de todo, entre los temas, claro, el superclásico Boca-River que esa tarde se jugaría en la Bombonera. Una vez más, como desde los 5 años cuando él me hizo hincha, vivimos con pasión y amor por nuestro Boca amado. Después de darme a tomar mate como siempre le pido ("quiero mate") y otras cosas, me pidió que le pusiera en la computadora los temas árabes que le gustan. Y aunque hacía frío y aún yo tenía sueño, me levanté con el frío y fui a la máquina; como no los recordaba, entonces me pidió Chiquitita de ABBA, como aquellas lindas mañanas de mi infancia. Se la puse en español, pero él prefirió en inglés y se deleitó una vez más con el precioso tema, igual que después cuando le hice escuchar Spending My Time de Roxette y otros más que se reproducían automáticamente desde la PC del gran dúo sueco.

Más tarde, como a las 10 y algo, nos levantamos y luego de que yo tomara mi desayuno, planeamos adónde ir ya que a pesar del frío el sol dominaba el día. Y nos fuimos al almacén chino a hacer unas compras, caminando bajo el sol en una mañana agradable pero muy ventosa. Me dejó afuera esperando, compró algunas cosas y luego volvimos a casa; yo le dije que quería caminar un rato más, pero él no quería por el frío y su resfrío surgiente a sus casi 82 años. Me conformé y luego estuve un rato en Internet, mientras él preparaba el almuerzo con la TV y la previa del superclásico de fondo. Luego de lamentarse de no haber comprado papas fritas para el vermú, me llamó a comer y con TN Deportivo comimos unos ricos ravioles con salsa, que no sé si ya venían o él me puso aunque sabe que no me gusta. Pero comí muy bien. Y como siempre él se fue a acostar su siesta vespertina, mientras yo volvía a meter mis energías en la computadora, pero no el superclásico sino otras cosas. Luego yo también me fui a acostar pero escuchando la previa y los partidos que se jugaban previamente.

Se hicieron las 5 de la tarde, el partido era a las 6 y cuarto, y tras volver a darme mate y charlar, papá resolvió levantarse e ir a ver el partido previo (Banfield-Independiente, 1-1) al living, contiguo a la pieza, en el bonito TV color comprado el año pasado, por el legendario Canal 7, actual TV Pública. Yo lo seguía por radio (La Red), un poco por mi vista y otro por la nostalgia de aquellos años de fútbol por radio. La transmisión de la misma, desde el veinteañero radiograbador Philips, llegaba segundos antes que la de la tele, esas cosas de la tecnología de este siglo XXI, con lo que yo sabía antes qué pasaría con cada jugada. (Papá siempre me pide que no le diga nada o no grite un gol antes, pero a veces no me puedo contener.) Terminó aquel encuentro y mientras Tigre le iba ganando a Nueva Chicago (final 2 a 0) nos dispusimos cada uno desde su ubicación para el gran encuentro, como lo hacíamos en mi casa natal de Carapachay (zona Norte de Buenos Aires) en los 70, 80 y 90, o en las distintas casas donde vivimos después en los 2000 y 2010.

Ya se había ido el sol radiante, ya era atardecer en pleno otoño cuando comenzó el superclásico. Boca arrancó mejor con varias posibilidades de gol (como una en el palo de Osvaldo) y papá y yo lo palpitábamos, como aquel "peligro de gol" del glorioso José María Muñoz. River tuvo una chance de Sánchez que pegó en el travesaño y el viejo puteaba, igual que cuando avanzaba nuestro eterno rival, yo no tanto, me lo tomaba con calma aunque lo sufría también. Terminó el primer tiempo 0 a 0, un poco aburrido al final, y mientras yo le recordaba qé decía al final de un primer tiempo ("caramelos, chupetines y chocolates...") él se fue a la cocina y yo al baño, volviendo rápido para instalarnos en nuestras posiciones, como se dice vulgarmente para la cábala, y ver si nuestro Boca podría ganar el primero de los tres clásicos (los otros dos vendrían por la Copa Libertadores de América, nada menos) en el segundo tiempo.

Pero ya entrada la noche, con el calorcito de la estufa, nos aburríamos porque no pasaba nada de ninguno de los dos lados. Papá esbozaba algún que otro comentario, exigente como siempre con los jugadores. En cambio yo, con mi alma de periodista que soy, lo tomaba más fríamente y casi que pensaba qué haría el lunes, mientras lo seguía por la radio acostado. Igual me lamentaba: "¿Esto no terminará 0 a 0, no?", entre la incertidumbre y la bronca. De pronto me acordé de la gloriosa Radio Rivadavia del Gordo Muñoz y cambié de la supermoderna La Red a Rivadavia. Y se vinieron los cambios como el de Fernando Gago y Cristian Pavón en los xeneizes, con los que teníamos esperanzas de ganar; yo desde ahí lo analizaba y le decía a papá qué podría pasar, lo mismo que con los que hizo River. Faltaban pocos minutos, yo pensaba y le comentaba: "esto va derecho al empate 0 a 0". Él estaba de acuerdo, ya medio que nos resignábamos.

Pero la noche del domingo tenía una gran sorpresa para los boquenses de alma, entre ellos nosotros dos. Atacó Boca a los 83 minutos y como la radio llegaba antes, como ya expliqué, lo palpité y me esperancé con un gol. Y cuando Pavón definió luego de un centro y convirtió el 1 a 0, lo grité con toda la fuerza de mi garganta y de mi alma. Obviamente, papá no llegó a tiempo a hacerlo conmigo a dúo, pero lo disfrutó por la TV y me dijo el autor, que yo creí que era otro. Y ni hablar cuando tres minutos después vino un contraataque y Pablo Pérez hizo el segundo. Volví a gritar como loco haciéndole lío a la garganta y a papá que llegó a destiempo, pero no me importaba nada, salvo que otra vez él me dijo quién fue el autor. Él feliz de la vida en su sillón, yo parado cargando a nuestros "primos", como los solemos llamar. El cambio de radio trajo suerte y Boca se llevó el superclásico por 2 a 0.

Y más adelante, los comentarios, las entrevistas, todo un poco por radio y otro acercándome a la tele. Se hizo la hora de cenar, comimos la pizza de siempre algo desarmada (papá protestaba como siempre "no sé qué le pasó, se desarmó de vuelta"), pero los dos comentábamos las incidencias del triunfo refelices mientras cenábamos. Luego él a seguir viendo TV y yo a mi pieza, primero a escribir en mi computadora esta crónica y publicarla (justo tras las anteriores dos) y a escuchar el programa Pintado de Azul y Oro, el partidario de Boca donde quise trabajar el año pasado. Disfruté todo lo que allí se decía y me quedé dormido, despertándome con el final de la sección Los Olvidados de Siempre que me encanta, donde se rescatan historias de viejas glorias del club, por lo que no supe quién era. Y con el final, apagué la radio y me fui a dormir definitivamente. Así pasó otro domingo en mi vida, del frío amanecer a la noche de Boca, el del cumpleaños de mi maestra
jardinera Susana, el de la pizza desarmada pero triunfal, como vienen siendo nuestros últimos años. Pero todo con un denominador común: un domingo con papá Rafael, otro superclásico de mi vida.

!GRANDE BOCA!



Video de los goles de Boca.

Por tercera vez en 2015 y primera oficial, Boca volvió a ganarle a River, mientras esperamos los partidazos de ida y vuelta por la Copa Libertadores que justamente enfrentan a los dos los próximos dos jueves. Esta vez fue 2 a 0 en la Bombonera, en un partido que iba derecho al empate hasta que el chico Cristian Pavón, aquel a quien Leonel Vangioni lesionó en el verano, tuvo su revancha y a los 83 minutos marcó el primero, y luego Pablo Pérez, el ex Newell´s y Málaga de España, terminó de definirlo con su gol a los 86´. Boca es puntero del torneo largo de 30 equipos con 27 puntos y le lleva 3 a River, San Lorenzo y Belgrano de Córdoba, aparte perdió un solo partido en el 2015, aquel veraniego inicial 4-1 con Racing. Después, el equipo del genial Rodolfo "Vasco" Arruabarrena jugó 18 partidos con 15 victorias y 3 empates, un comienzo de año impresionante para mi querido club que ojalá no decaiga, recordemos que venía de un pésimo 2014. Así que aparte de los triunfos 1-0 y 5-0 del verano, ahora el 2-0 del domingo. En otra entrada cuento los detalles de cómo lo viví, pero grité los goles como loco, hablo desde el hincha, aclaro. Igual, si lo analizo como periodista deportivo que soy, el xeneize fue superior a su rival en el primer tiempo y luego el partido se cayó hasta los goles; River, como no le venía pasando en los superclásicos, volvió a esos tiempos donde o empataba o perdía. Y también volvió a sus bajones de este ciclo 2015 de Marcelo Gallardo que casi lo deja afuera de la Copa. Ahora, bueno, ahora viene la Libertadores. Pero volviendo a ponerme en hincha y escritor, si ustedes recuerdan una de las primeras entradas de este humilde blog anticipé el partido de vuelta por la semifinal de la Copa Sudamericana, minutos antes de que arrancara, y Boca lo perdió 1 a 0 y River pasó y luego la ganó. Así que ahora prefiero no decir nada, en 12 días hablamos. Por ahora... !grande Boca!