Feliz Día del Padre para todos. Y en este helado pero lindísimo domingo de sol en la Argentina, mientras seguimos masticando el 1-1 con Islandia, hoy vimos que los demás favoritos no pueden decir mucho. Primero, se me cayó el mío periodístico, Alemania. Yo vengo sosteniendo que va a ser el campeón, pero México le jugó el más extraordinario partido de su historia y le ganó 1 a 0. Rafa Márquez, ex compañero de Messi en el Barcelona, entró y jugó su quinto Mundial. Histórico lo de los aztecas, que habían jugado tres veces con los alemanes y nunca le habían ganado. Y eso de las fiestas de los jugadores con mujeres pasó al olvido, para los que remarcan tonterías.
Y a la tarde, el que patinó fue Brasil, que le ganaba a Suiza y terminó 1-1 y sufriendo algún arranque de Shaqiri y sus muchachos. Neymar muy poco, igual que Messi. Hasta ahora, los únicos grandes son Uruguay y Cristiano Ronaldo con sus tres goles a España. Lo demás es "puro bluff". A primera hora, Serbia le ganó a Costa Rica, que no pareció el que brilló en el 2014. Mientras, el dulce de nuestro amigo Jorge Sampaoli quiere volver a la línea de tres defensores con Croacia el jueves. Ya le fue pésimo con Nigeria el año pasado, pero bueno, si seguimos haciendo todo mal, así nos va.
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