Aquí reproduzco un párrafo de una nota de Marcelo Stiletano en La Nación sobre lo que siguen siendo las transmisiones de partidos de fútbol en la Argentina, ahora en el Mundial. Insufribles como siempre.
Ya estamos resignados a padecer un tipo de relato estentóreo y ampuloso que nadie parece dispuesto a cambiar. Ni siquiera la comprobación de que este esfuerzo tan inútil puede dejar casi sin voz a uno de sus artífices, Sebastián Vignolo, como ocurrió ayer en el tramo final del partido por la TV Pública. Esta manera de narrar conspira contra lo mejor que tienen las transmisiones, comentaristas como Diego Latorre, Juan Pablo Varsky, Ariel Senosiain y Enrique Macaya Márquez, que curiosamente habló antes y después del partido, pero durante el juego cedió su lugar al ex futbolista Oscar Ruggeri, cuyo único aporte pasó por una cierta aproximación al estado de ánimo de los futbolistas. En un momento estaba tan apagado, como los jugadores de camiseta argentina. La dupla Pablo Giralt-Varsky luce siempre como la más atractiva desde DirecTV, pero las imágenes llegan desde esa señal con demora frente a la TV Pública y TyC Sports. Eso es fatal para el fútbol en vivo, y mucho más en un partido de la Argentina en el Mundial.
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