EL TOMATE ES BUENO PESE A GERARD

El tomate no sólo es uno de los alimentos más ricos y útiles, sirve para ensaladas, guarniciones, comidas como pizza, sus extractos son famosos para pastas. Es además uno de los más completos e importantes de nuestra dieta. Pero había en 1590 y pico un tal inglés John Gerard, herborista y botánico, que afirmaba que el tomate era tóxico, debido a que sus hojitas y su tallo contienen glicoalcaloides. Por un tiempo su punto de vista fue influyente, pero por suerte en Inglaterra no le hicieron caso y siguieron disfrutando sus muchas bondades. Para el siglo XVIII se reportó un gran consumo en la sociedad inglesa. Y hasta hoy continuamos comiéndolo y apreciando su nobleza. Es cierto que las hojas son inapropiadas, pero eso no comemos, es como las frutas, claro que no hacen bien. Por lo demás, a darle al tomate que es salud. Y a Gerard, sin ofender, podríamos decirle que se vaya a plantar tomates.

FRUTAS Y VERDURAS, ESTRELLAS DE UN BUEN VERANO

Ya comentamos tiempo atrás lo importante de alimentarse, no comer, alimentarse. Pero claro, aunque recemos mil Padre Nuestro, caemos en la tentación. Entonces, con el calor y todo, igual mandamos pizza, sandwichitos, churros y medialunas tan típicos de vacaciones, minutas de restaurantes. Sin embargo, y sin querer mejorar al DR. Cormillot en mi consejo, las frutas y verduras son mucho más a tono con el verano que lo otro. Obvio que no dan el mismo placer, pero su frescura, vitaminas, agua y gusto valen la pena. Limpian el cuerpo y la mente, hidratan, equilibran cualquier lío comestible y metabólico, nos ponen mas cerca de la naturaleza veraniega, nos hacen bien a todo. En una palabra, son estrellas de un buen verano. Más que la suma de los demás placeres. A tener en cuenta.

¿CÓMO LLEVAMOS LAS CUATRO COMIDAS?

Cuentan algunos especialistas en nutrición, y yo lo sé de mis encuentros con gente, que no nos venimos alimentando correctamente. Pero no sólo lo que comemos, con el ejemplo de la comida insana, sino que no llevamos bien las cuatro comidas que nuestro cuerpo, más o menos, pide. Somos capaces de no desayunar, de hacerlo mal (por ejemplo sin lácteos), saltear comidas, comer a deshora, de golpe. Es cierto, esta vida tremendamente demandante del tercer milenio a veces nos lleva a eso. Pero no hagamos como tantas cosas que nos arrastran, no dejemos que la corriente nos lleve. Lo mejor que se pueda, respetemos las cuatro comidas básicas: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Y lo más saludable posible. No es un pasatiempo, la alimentación es tan importante como cada uno de nuestros asuntos. Por favor gente, a ver si mis amados lectores se me aflojan y no leen este blog.