Fue un gran cumpleaños el mío 44, justo hoy 2 de abril,
agradezco a todos los que me mandaron mails y Whatsapp para saludarme. Y como
todo gran cumple, merece un buen recital, así sea algo caserito. Y así fue:
gran cumple, gran recital, a dúo con Juan Ignacio, uno de los genios del coro
de San Andrés Avelino, la parroquia DONDE VOY A MISA. Sí, en casa y con los
chicos del coro y otros invitados pasé con la guitarra y covers una noche como
hace rato no pasaba en mis aniversarios.
Había decidido que quería hacer un gran festejo, a pesar de
tener un dos ambientes. Y claro, invitar a los nuevos protagonistas de mi vida,
el coro. Estuvieron Andrés, Verónica, Andrea y Juan con sus padres, los divinos
Adriana y José, junto a mi papá Rafael, mis actuales amigos Maxi y Déborah.
Hasta Leandro, mi mejor amigo del secundario, AMISTAD DE 31 AÑOS, se dio una
vuelta muy generoso. De cena compartimos pizzetas, sandwiches de miga, de
fiambre, aceitunas, saladitos y torta de Adriana, más gaseosas y agua frutal.
Me mandé gran blooper cuando sentado en una silla de jardín que trajo Adriana,
me incliné para agarrar un regalo, la silla se partió y me fui de cola al
suelo, por suerte sin lío pero con humor, mientras todos me ayudaban y
preguntaban si estaba bien.
Y por supuesto que a la agradable noche, tras la llovizna
dominguera, se le sumó mi mujer la música. Juan tomó la posta y, como había
pensado yo antes, empezó a toquetear hasta que nos pusimos de acuerdo, me afinó
la guitarra a su tono y zapamos lindo dúo, digno de bar y recital, Maxi me dijo
que lo invite a tocar el 22 en el barcito Todo Casero. El pibe, que recordemos
me invitó a su cumple en enero, toca perfecto. Y bueno, mandamos un par de
Soda, donde se notó que él es experto en guitarra y yo en canto, porque lo
acompañé con la mía pero erré todo, en cambio el tocó genial y desafinó al
cantar. Bueno, es una fiesta al fin y al cabo, los músicos no necesitamos más
que una cerveza y una guitarra para ponernos en clima.
Tras el aplauso de los demás, hicimos Mil Horas y luego le
pasé la viola a esta chica Andrea, que toca y canta como los dioses, que mandó
varios nacionales 70´s acompañada por Andrés y coreados por Maxi y la simpática
Déborah, que a su estilo se engancharon con todos igual que Leandro. Y la
terminé yo, primero con curiosidades cumbieras y demás, luego con mi Dúo
Dinámico de Amor (aprobado por los coristas) y al final Menta y Limón con Vero
a coro, como fue en enero. Noche, guitarra, comida, cumpleaños. Vida en estado
puro. Y a dúo con Juani. Qué más.