jueves, 26 de marzo de 2020

LAS ORACIONES NUNCA EMPIEZAN CON NÚMERO

Un cacho de cultura, cantaba el glorioso personaje Clemente. A menudo veo de estas incorrecciones en medios gráficos, por suerte mucho menos que en los orales, que sí son de terror. Una oración que debe empezar con número siempre tiene que citarlo con el mismo en palabras, jamás con el número mismo. No está bien arrancar con "1300 detenidos por el coronavirus". Aunque quede feo y denso a la vista del lector, me han enseñado que hay que escribirlo con letras. La forma correcta es "Mil trescientos detenidos…". Un temita que nunca está de más, no soy el profe Giménez pero me apasiona el buen lenguaje. Es que el saber no ocupa lugar. Y vaya la falta que hace en Argentina.

EN URUGUAY, LA PIZZA SOLITA

Una de las mayores curiosidades desde que inauguramos esta sección en Así Es La Vida. La pizza, mi plato favorito y de muchos de ustedes, es en el vecino y querido Uruguay bastante particular. Es que si vas a una pizzería, te la sirven sin queso mozzarella o de otro tipo. Según mi amigo Marcelinho de Tribunero.com, si querés una pizza de la exquisita mozzarella (con O, no con U) la tenés que pedir aparte. Como si fuera que vas a desayunar, hacés las tostadas y sacás el queso o la manteca aparte. Bueno, es tipo "de cancha" como se la llama acá. Será porque los divinos urguayos son futboleros, quién sabe. En Montevideo sale una de muza. Pero sin muza, che.

CORONAVIRUS: PARECE QUE EL MUNDO RECAPACITA

El coronavirus llegó, muy parece, para quedarse por largo. Infectados, fallecidos, cuarentena, internados, calles vacías, gente con dudas por doquier. Por suerte el mundo, ése tan autodestructivo, está recapacitando. En Argentina, para empezar por lo cercano, están haciéndose las cosas bastante bien, más allá de tarde como siempre, pero bien. La mayoría colabora, es consciente, solidaria, generosa en vez de egoísta. El Gobierno, ese monstruo de mil cabezas que tanto odiamos, trabaja duro y en buena senda. Pero no sólo acá pasa. En Europa se toman medidas, grandes figuras del ambiente y rubro que sea colaboran, concientizan, dan un aporte. Es cierto, tanto aquí como allá lo hacen después de que el lobo vino, y el lobo iba a venir. Son, somos, como los niños que hacen las cosas por reto. La naturaleza, ya lo hemos visto, nos retó mucho. Ahora nos está pegando con el virus. El mundo, por fortuna, esta vez sí tomó nota. Que el cambio siga, ahora y después también. Si no, el señor coronavirus nos da en la cola de nuevo.

MI VIDEO DE REFLEXIÓN SOBRE EL CORONAVIRUS

Cada uno de nosotros tiene hoy una gran responsabilidad con el maldito coronavirus. Entre ellos quien escribe. Porque soy comunicador, tanto periodista profesional como músico, decidí sin rodeos grabar este video, porque como siempre digo, antes que profesional y músico hay que ser persona. Como quiero no estar al margen, no ser un mero espectador creando videos de música o escribiendo notas, con mucho gusto tomé las riendas y puse mi granito de arena a esta tragedia que estamos pasando. Que el mensaje que aquí ven llegue, no porque yo lo diga.

lunes, 23 de marzo de 2020

QUÉ ES UNA PANDEMIA

Desde fines de febrero, estamos bombardeados por este coronavirus que ha cambiado nuestras vidas como nunca antes. Y escuchamos que desde marzo se la llama pandemia, la definición que aplicó la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero ¿qué es una pandemia? No es una enfermedad nueva, no confundirla con pandemonio, no es un producto de panadería. Se la denomina así porque es una epidemia, una enfermedad que se propaga pero en un área territorial muy grande y que, por lo tanto, conlleva más personas y exige mucho más cuidado, prevención, trabajo. Así han sido otras pandemias como la peste negra del siglo XIV, la gripe española, el tifus o más acá la neumonía atípica (SARS), la gripe A o el ébola. Es increíble cómo un virus chiquitito puede más que un enorme mundo como el terrenal. A no dudarlo, esto es una pandemia real.

domingo, 22 de marzo de 2020

CORONAVIRUS: MENOS MAL QUE EXISTE LA NUEVA TECNOLOGÍA

Esta real tragedia mundial del coronavirus, ya saben, obliga a quedarse en casa. Entonces uno piensa en qué hacer, tan acostumbrado a ir y venir de todos lados. Incluso cómo mantener las relaciones humanas sin verse ni tocarse. Hace 25 años esto sería difícil, con los celulares recién surgiendo, con Windows recién arrancando, con Internet naciendo y sólo para entendidos. Gracias a Dios y al hombre inteligente hoy existe toda esa nueva tecnología que antes tal vez veíamos con recelo, me incluyo. Podemos mandarnos whatsapp, llamarnos por esa vía, entretenernos e informarnos con Internet, sobre todo informarnos con todo esto. Los chicos, adolesentes y estudiantes de todo nivel pueden seguir su educación. Ya hay aulas virtuales, se está trabajando muy bien en el asunto. Todo sin contar el teléfono fijo o celular que permite hablarnos, lo mejor para mi gusto. Es cierto que esta tecnología bienvenida también es usada para que los insectos estos que no respetan la cuarentena obligatoria suban videos tonteando y riéndose. Pero eso no es culpa de la herramienta, es del mal argentino que no ama a su prójimo. Los que andamos en la buena, que afortunadamente me parece somos mayoría, la usamos bien. Mejor aún, la usamos. Y nos ayuda en esta vida de pronto especial.

viernes, 20 de marzo de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: VIAJE A TRAVÉS DEL TIEMPO

El sensacional juego de mesa fue uno de los regalos que recibí en la Navidad del 85, última de mi infancia. El juego era un recorrido por las distintas edades de la historia sobre un tablero plegable de cartón muy bien ilustrado, con cuatro fichas de colores, un cubilete azul con un dado y tarjetas de paso a la siguiente edad. Con su ficha y tirando el dado, el participante iba avanzando casilleros según el número del dado. Pero además podía avanzar más o retroceder mucho si caía en las casillas que marcaban acontecimientos históricos, por ejemplo 6 para adelante con “Descubrimiento del fuego” o 3 para atrás con “Pozo Negro de la Historia”.
Así llegaba a la zona de pasaje a la próxima era, donde debía caer en esas flechas que llevaban allá, y sacaba una tarjeta que podía conducirlo a la siguiente (Pasaporte a la Historia) o dejarlo en la que estaba (Barrera Cerrada). De esa forma, el que arribaba primero al Año 2000 ganaba. Era fascinante y emotivo, ya que uno podía llevar mucha ventaja y de pronto, no pasar de edad o caer en nada menos que Descenso a la Prehistoria desde la Edad Moderna. Aparte del verano 1986, me divertí con él esos primeros meses ya de adolescencia. Fantástico.