Esto no es una promo del Gobierno de turno, no, no. Pero Así Es La Vida quiere una larga vida para sus lectores, por lo tanto, trata de cuidarlos lo mejor posible. Es que con estos calores de enero uno corre a colgarse del aire acondicionado. Y le da a la perilla reguladora de la temperatura con todo, al punto de no sólo gastar electricidad, que es lo de menos por el clima, sino que corre riesgo de enfermarse. Porque el aire frío o muy frío hace, como la calefacción excesiva en invierno,muy mal a la salud. El cuerpo no resiste los cambios bruscos de temperatura, tal cual sucede en el frío natural. Entonces, de 30 y pico de grados naturales se baja a 18 o 20 de golpe. Tremendo es subir a un colectivo cualquiera de estos diferenciales y casi ponerse un cuello de polar o un saquito de la diferencia térmica que existe, parece el Dakar con calor y frío. O en cualquier oficina pública, un banco, por ejemplo. Uno goza, agradece, pero al salir se queda con el frío de allí mezclado con la transpiración. Bueno, es un humilde consejo para, vaya el colmo, no tener que enfermarse de gripe con 35 grados.
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