El ‘’boom’’ de la época. Con
sólo decir que era más popular que el mismísimo fútbol. Cada domingo temprano a
la mañana, los argentinos estábamos frente a ATC para ver al Lole Reutemann con
su Williams blanco y verde número 5 corriendo con los monstruos de entonces,
que empezamos a conocer al dedillo: Villeneuve, Prost, Laffitte, Piquet,
Pironi, Arnoux y Alan Jones, a quien yo le tenía bronca porque a pesar de ser
coequiper de Reutemann competía con él.
Además me sabía perfectamente
los auspiciantes, colores, diseños y números de cada auto y mucho más. Y la
euforia por la F-1 y las victorias del Lole llegaban a la gente no sólo por
televisión: los autitos playeros y, sobre todo, los útiles escolares como los
míos también estaban de moda. Encima después leía la Corsa y allí podía revivir
todo. Una época que hizo época.