martes, 27 de octubre de 2020

LA COSTUMBRE DE HABLAR EN INGLES EN ARGENTINA

 

No creo que sea por la globalización, ese fenómeno que todo lo iguala y permite en este nuevo siglo. Es más bien una de esas tantas moditas de la mal llamada modernidad. El tema es que de tanto aprender inglés y escuchar estos desastrosos medios de incomunicación los argentinos nos hemos malacostumbrado a hablar más de un ccuarto de nuestro lenguaje en ese idioma. Ejemplos sobran: out, delivery, take away, touch and go, la sigla CEO (Chief Executive Officer) por gerente, el famoso manager, music, cheese cake. O los actuales influencer, game changer, founder y todo lo que termina en er. Mismo los futboleros con la Champions League, en vez de Liga de Campeones. Molesto, estúpidamente intelectual, intelectualmente estúpido, innecesario. Tampoco quiero ir al extremo de hablar como gaucho, bueno, al menos me acerco más a nuestro origen. Porque según aprendí estos 47 años, acá se habla español. Capaz que me desinformé y no me enteré que cambió el idioma por decisión del Gobierno y ahora el oficial es el inglés. Very fool. Uh, perdón, muy tonto.

domingo, 25 de octubre de 2020

CUANDO MAURO VIALE NO RELATÓ MÁS

 

Por más de una década, Mauricio Goldfarb, más conocido como Mauro Viale, fue la voz icónica de las transmisiones televisivas de fútbol en la Argentina. Su excelente estilo, su nivel periodístico y cultural lo destacaron como el relator de la pantalla y uno de los narradores típicos del país, que hinchas y colegas sabían disfrutar. Hasta que un buen día decidió no hacerlo más y pasó a su actual trabajo general, incluso con tintes sensacionalistas.

 

El Mauro de la pelota redonda nació en 1947 en Buenos Aires y en los años 70 comenzó su carrera como reportero y ocasional comentarista de los encuentros de la Primera División. En 1974 fue uno de los enviados especiales al Mundial de Alemania por el viejo canal 11, hoy Telefé. Fue en mayo de 1977 cuando empezó su tarea más recordada en el deporte rey, al relatar para Canal 7, que con la proximidad de la Copa del Mundo de Argentina se convirtió en Argentina Televisora Color (ATC). Así impuso su jerarquía a la narración, nombrando sólo al protagonista, sin descripciones inútiles ni la alienación que envuelve a varios de la actualidad. De esa forma y con Enrique Macaya Márquez, otra potencia periodística a su lado, hizo el deleite de todos no sólo con el campeonato doméstico sino con la Selección, a la que acompañó para los Mundiales de 1978, 1982 y 1986, éste donde tuvo el privilegio de contar al país las hazañas de Diego Maradona y el título en México.

 

Ya para entonces, Viale era también la voz del recién creado ciclo Fútbol de Primera, que desde el 4 de agosto de 1985 lo tenía como descriptor del partido principal. El legendario programa que terminó en 2009 era obra, como decía su clip de apertura, del empresario paraguayo Carlos Avila, fundador un año antes de la productora Torneos y Competencias, encargada de la realización de la emisión que los domingos atrapaba a todo futbolero con la cena.

 

Así Mauro trabajó con los títulos de River de Veira, Central y Newell's, el Independiente de Bochini, las caóticas Liguillas Prelibertadores y más. Hasta que en el invierno de 1989, Fútbol de Primera fue traspasado de ATC a Canal 9, que contaba con otro ícono, Marcelo Araujo, como voz destacada. Entre el cambio y su fidelidad a la emisora de su vida, Viale decidió imprevistamente dejar el relato. Además, en una entrevista que dio años atrás en el diario La Nación, confesó que un día le dijo a Avila: "Negro, no quiero relatar más, me aburrií".

 

Su último encuentro, según averiguaciones de Tribunero.com, fue el 27 de julio de 1989, nada menos que un River-Boca pero por la loquísima Liguilla Clasificación para la Copa Libertadores 1990. El famoso minitorneo fue dividido entonces en rueda de ganadores y perdedores, en ésta los colosos habían llegado a la final y tras dos empates sin goles, ese 27 River ganó 2 a 1 y siguió en carrera, para meses después batir a San Lorenzo de Almagro y lograr el segundo lugar copero aparte del campeón liguero Independiente.

 

Luego Viale incursionó en noticieros Y, SOBRE TODO, programas de alto voltaje mediático en la década del 90, y hoy sigue en ese rubro pero con un estilo más moderado. Pero quienes amamos el fútbol lo tenemos como un grande más de nuestra rica historia con una pelota.

 

Así relataba Mauro aquel River-Boca del 89:

 

https://www.youtube.com/watch?v=-MvcVnLxwCk&t=18s     


viernes, 23 de octubre de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: CRONICAS FUTBOLERAS EN LA RAZON

 

A partir de 1980, con siete añitos, el recordado diario nocturno marcó mis mañanas del año. Apenas me despertaba, me lo encontraba en mi cama y me deleitaba con las crónicas de la fecha de fútbol; era la época de Gatti, Benítez, Brindisi, Kempes, Fillol, Brailovsky, Calderón, Insúa, Barisio, Rocchia, Cornaglia, Lanao y Maradona aún en Argentinos. Era, también, la época de aquel Nacional de la AFA con Loma Negra de Olavarría o Guaraní Antonio Franco. Además me atrapaban los ‘’Dialoguitos en el asfalto’’ y otras noticias de fútbol y otros deportes. Otro clásico de casi un lustro.

jueves, 22 de octubre de 2020

"UH, HOLA, TANTO TIEMPO"

 

El título no es un simple saludo. Es un saludo repetido. Repetidamente insoportable en ciertos casos, una del frasero mentiroso. Sí, puede ser que en otros casos sea sincero, que vos sientas que extrañás a alguien y se lo demuestres y quedes bien. Pero generalmente, y como esta insociedad hace de la amistad una religión necia, el saludo es absolutamente vacío. Cómo me vas a decir "uh tanto tiempo" si en todo este tiempo ni llamaste, ni pensaste en mí, ni preguntaste por mí o los míos. No, aprovechás la cenita de cumpleaños o el asadito de 3482 personas para mandar el cliché. Ya sé, no puedo cambiar a la gente. Al menos puedo ayudar, como hacemos siempre aquí, a pensar un poquitito con esa mente las cosas que decimos, o que decimos que decimos.

LAVAR Y DESINFECTAR NO ES POR EL COVID

 

Con el tiempo del coronavirus que no termina nunca, hay que tomar medidas de prevención profundas para evitarlo. Una de ellas es el lavado y desinfección, de manos primero que nada, de superficies, de alimentos y bolsas de compras ni hablar. Pero algunos ahora están descubriendo la pólvora. Resulta que el lavar y desinfectar es por el coronavirus. Nada que ver. El lavado y desinfección, la higiene y la limpieza, son palabras más que milenarias. Toda la vida, desde niños, hemos aprendido a ser limpios en todo, desde el bañarse, las manos antes de comer, los lugares donde andamos, hasta (perdón) los fluidos de nuestro cuerpo. Pasa que en este mundo XXI donde todo es grandilocuente esto es una supernoticia para varios, cuando en realidad es de tiempos inmemoriales. En verdad es más que una buena costumbre, el aseo personal y general es un instinto. Que ahora algunos lo conozcan por un aviso, es otra cosa.

 

miércoles, 21 de octubre de 2020

LOS CELOS, LETALES CONTRA EL AMOR

 

Algunos dicen que es inseguridad. Otros, que son lógicos por un probable desamor. Otros, que es desconfianza y falta de fortaleza en la pareja. Si se duda del otro puede ser sinónimo de todo eso. Como sea, los celos sentimentales, y también los de todo tipo (familiares, laborales) son letales para una relación. Dividen, deterioran, molestan, embarran algo bueno que está naciendo. Esta cuarentena, cosa que cuesta sostener, ha propiciado cuestiones como ésta. Hasta son infantiles según algunos, por qué dudar del otro si se confía, salvo, claro, que sea algo alevoso, demasiado visible. Los celos son malos, no creamos que son parte de una relación. Son más bien un arma letal contra el amor. Y celar no es cuidar al otro, es ponerlo injustamente en incomodidad.

sábado, 17 de octubre de 2020

EL VALOR DE LO QUE QUEDA

Siempre se dice, cuando uno vive lamentando ausencias, faltas de lo que sea, que hay que ser feliz con lo que se tiene. Es totalmente aplicable a este tiempo de coronavirus, donde todos vivimos insultando al destino, al virus, al aislamiento y hasta a China. Es aplicable. Porque de una vez, tenemos que cambiar nuestro pensar, nuestra mentalidad. Por qué, me pregunto siempre, el ser humano desde su creación protesta por su debe, valora lo que no está. Es comprensible 1000 por ciento, pero no  nos vamos a quedar frente al Muro de los Lamentos. Entonces, yo aprendí, démosle valor a lo que tenemos. Démosle atención a lo que poseemos, porque eso queda, se ve, lo tenemos, es realidad. Si nos quedaron 200 pesos en lugar de 500 (ojo, es un decir) quedémonos con esos 200 y saquémosle provecho. Si no tenenmos una casa, valoremos que al menos alquilamos y estamos bajo techo. Si nos falta algún sentido o parte del cuerpo, Dios no lo permita, vivamos bien con lo que nos queda. Si perdimos uno de varios seres queridos, no dejemos de costado al que está. He sabido de casos de gente enferma terminal que ha vivido lo mejor posible su cierre. Porque a todos nos tocará el cierre. La clave es ver cómo llegamos. Si lo valoramos, con lo que queda ante nuestros ojos.