En este sábado por la mañana, sigo dándole lugarcito a mi repisa de la nostalgia, con más recuerdos de los 30 años de 1986, un año importantísimo para mí por el comienzo de esa etapa especial que es la adolescencia. Y aquí, les cuento cómo viví mi pasión con el rally, en su apogeo esos preciosos días, siguiendo el Rally de Argentina, del que además había escrito meses antes en el glorioso diario Testimonios de Carapachay. Ahí van los recuerdos, ya limpios de polvo pero intactos en mis momentos de felicidad.
Video de la carrera
LA GRAN CARRERA: ARGENTINA
En agosto llegó el rally más esperado. Y así lo viví con todo, primero la largada en ATC (el miércoles 6 a la noche en el ACA) y el resumen del domingo en el recorddado programa de TV Coche a la Vista. Y en la semana, el de la revista Corsa con una espectacular foto del Lancia de Biasion saltando en la tapa, todo el desarrollo con números, recuadros, apostillas y fotos y, para mejor, una genial nota al imborrable Jorge Recalde y a su equipo en un auxilio. Me puse contento con el cuarto puesto del cordobés, me encantó ver a mis amados Renault 18 y 12, me sorprendí con los abandonos de dos de los 205 Turbo y con la alegría de los chilenos Celsi y Olave por llegar octavos. Por su parte, el preceptor Pablo, del Güemes, contó que estuvo con mi compañero Aldo Marotto y alguno más en la largada.
UN RATO CON RECALDE
Como dije, lo de Corsa fue impresionante. Unos días antes del rally, hizo una nota con Recalde y Del Buono en Mina Clavero (la casa de Recalde) probando el Lancia, donde el navegante marplatense contaba lo difícil de hacer la hoja de ruta con un auto tan veloz. Hasta dijeron cómo fue el almuerzo: fideos con tuco y flan con dulce de leche obsequiado por Del Buono... Y después, la que hicieron en un auxilio de la carrera, donde describían el reposo de los pilotos y el trabajo de los mecánicos, como sólo ellos lo podían hacer.
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