En este tiempo en que, como escribií días atrás, estoy cumpliendo 25 años ejerciendo mi profesión de periodista, recuerdo con orgullo uno de los trabajos más impactantes que me tocó hacer para FM Instituto, donde empecé. Fue sobre la partida del inolvidable Juan Manuel Fangio, que e el 17 de julio de ese 1995 falleció de una enfermedad. El hecho ocurrió un lunes a media mañana, justo cuando como cada lunes yo preparaba el material para mi columna en el programa La Tarde de Hoy. Y me tomó de sorpresa, de golpe y en pleno atareo de lo demás.
Fue mamá Anita, con esa voz clarísima y sonora, que me avisó de la planta baja de casa. Enseguida prendí la televisión, vi la nota y un rato después alcancé a registrar con mi grabadorcito de audio un video que pasaban del momento en que el Chueco era quíntuple campeón mundial de Fórmula 1. Pero no había tiempo para editarlo, por lo que comí y rápido fui a la radio, donde tenía que estar a las 3 de la tarde. Le pasé el cassette (aún no usaba CD) con el audio al operador y éste puso una parte al azar, lógico tampoco tenía tiempo de cortarlo. Sólo me indicó que lo escuchara desde el estudio y que cuando quisiera terminar le levantara la mano, lo que hice justo después de que Fangio se coronó, quedando el audio justo para mi intervención, casi como si lo hubiera editado. Simpática historia que me da placer recordar de dos grandes: Fangio y mi periodismo.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
domingo, 3 de mayo de 2020
viernes, 1 de mayo de 2020
HISTORIAS DE INFANCIA: KARTING DE MELO
La pista de karting ubicada en Melo y Panamericana se convirtió en otra de las grandes atracciones de mi infancia aquellas mañanas de sábado o domingo, cuando mi papá me llevaba. Inolvidables los lindos kartings metalizados de todos los colores: azul, naranja, amarillo, rojo, verde, puestos uno al lado del otro, con potente motor y sin freno, con los que daba vueltas a un corto circuito. Todo en un lugar muy pintoresco que además contaba con bar (que tenía un cartel grande de Coca Cola, bebida que tomaba allí) y un precioso vivero al lado. Espectacular.
LA ADRENALINA, HORMONA DE EMOCIONES
En la vida cotidiana se suele hablar de la adrenalina como sinónimo de emoción. Por un partido de fútbol vibrante, por un recital de música, por una canción potente, por un deporte extremo, hasta para cuestiones sociales, incluso para el sexo. Y no es descabellado. Si bien la adrenalina es una hormona y un neurotransmisor del organismo, produce aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria. Así que la relación es en mi humilde opinión correcta. Porque todo lo citado lo hace. No hay que ser un físico polaco como Napoleón Cybulski, su descubridor en 1895, para pensar en que esos momentos tensos pero disfrutables ponen la adrenalina a full, como solemos decir. Después otros especialistas podrán analizar su intrincada composición y más cuestiones de laboratorio. Que se siente, se siente. La adrenalina está bien presente. Sólo que no sea en exceso.
LA PANDEMIA MAS VERGONZOSA: LIBERAR PRESOS POR COVID
Ya teníamos, tenemos, bastante lío con el accidentado rumbo de nuestra amada Argentina. Económico, educativo, social, político, seguridad. Ya tenemos mucho más con esta porquería del coronavirus y sus nefastas consecuencias. Pero hay más, amigos. Ahora hay otra pandemia peor y que no encontrará nunca vacuna, que es la injusta Justicia. Esa justicia, sin mayúscula porque no lo merece, que libera presos como si tal cosa. Que liberó a este ente que mató de 113 puñaladas a su novia. Que deja sueltos a los responsables de la tragedia ferroviaria de Once en 2011. Que le abre la puerta a tantos y tantos corruptos políticos indeseables. Y que ahora decide hacerlo con otros de igual o peor calaña, que reclaman libertad porque dicen sufrir coronavirus. Entonces esta Cámara de Casación, que no se sabe si es penal o para unir parejas, firma liberaciones masivas de violadores, narcos, asesinos y más. El pedazo de carne y hueso (eso, no un hombre) que violó una niña en un cumpleaños puede en cualquier momento caminar al lado tuyo. Porque, el colmo, no tiene la tobillera electrónica para el control de sus salidas, ya que no hay suficientes, entonces se lo controla por video. Muy bien el pueblo que anoche hizo un cacerolazo gritando esta porquería. Otra peste más, como si la del Covid-19 no alcanzara.
jueves, 30 de abril de 2020
MI COMPILADO MUSICAL CONTRA EL CORONAVIRUS
En este particular y doloroso tiempo de coronavirus, todos intentamos ayudar como se pueda, con lo que tengamos. Primero que nadie los enormes profesionales de la salud jugándose su vida contra la peste. Luego los voluntarios, divinos soldados de este batallón de manos y piernas en esta guerra. Y luego cada uno de nosotros. Entre nosotros, los músicos llevamos nuestra obra a las almas de esa gente tan sufrida, esté o no enferma. Así hemos visto el excepcional video de Resistiré o el de acá con Yo Vengo a Ofrecer mi Corazón. Y claro que yo me sumé con enorme gusto, desde mi humildad, a ellos. Usando el don de componer y editar que Dios me dio, he creado este compilado de temas propios que hablan de lo positivo, de estar bien, de saltar los escollos como dice uno de los temas incluidos. Disfruten quienes están bien, levántense quienes no lo están. Arriba Argentina, y buena salud para todos.
El video:
El video:
martes, 28 de abril de 2020
QATAR 95: 25 AÑOS DE LA PRIMERA PROEZA DE PEKERMAN
Después de la conquista en Japón 79 y el subcampeonato en México 83, los juveniles de Argentina cayeron en una oscuridad que parecía no tener detención. La improvisación, la falta de proyectos, el trabajar como se pudiera, las consecuentes bajas actuaciones en los Mundiales y Sudamericanos los llevaron a perderse en un mar profundo. Hasta que la llegada de José Pekerman barrió con todas esas impurezas e hizo grande a los pibes. Fue hace 25 años, un 28 de abril de 1995 en la lejana Qatar. Pero la epopeya nació mucho antes.
Pocos recuerdan el panorama desolador en que el Sub 20 estaba. Primero, las inconductas de algunos futbolistas del equipo de Reinaldo Merlo ante Portugal, en el Mundial de ese país en 1991, le acarrearon una suspensión para el torneo siguiente, en 1993 en Australia. Para 1994, la ida de Alfio Basile y Merlo tras el Mundial de Estados Unidos obligó a buscar técnico a la mayor y a los chicos. Daniel Passarella fue el elegido para la grande, y quería que Jorge Griffa, el legendario sabio rosarino, fuera el de la juvenil. La AFA prefirió confiar en un proyecto presentado por José Pekerman, un entonces casi desconocido, ex futbolista y luego director de divisiones inferiores de Argentinos Juniors y de Colo Colo. El nuevo llegado no tenía mucho respaldo, pero trabajó a conciencia como pocas veces se había hecho en el área y condujo al equipo que en enero de 1995 salió segundo de Brasil en el sudamericano de Bolivia y regresó al Mundial tras cuatro años.
Pocos recuerdan también que antes del torneo con sede en Qatar hubo problemas con cesiones de jugadores, como suele ser en Argentina. River no quiso dejar ir a un joven Marcelo Gallardo y Rosario Central a un chico de 17 años muy bueno, Cristian Colusso, ambos con experiencia en Primera. Aún así, Pekerman formó su once alrededor de la base del Sudamericano, con nombres aún incipientes que luego serían consagrados o al menos interesantes: el arquero Irigoytía, Lombardi, Pena, Sorín, Federico Domínguez, Larrosa, Mariano Juan, Ibagaza, Coyette, Guerrero y un futuro crack, el goleador Leonardo Biagini, entonces en Newell's.
El debut en el Grupo C era el 13 de abril en Doha, sede única del certamen, pero en el estadio Suhaim Bin Hamad, ante Holanda. Como de costumbre, fue más complicado de lo previsto, incluso cuando le atajaron un penal al medio de Racing Germán Arangio. Además, Biagini debió irse lesionado. Hasta que en la última jugada el ingresado Andrés Garrone, de Rosario Central, definió un centro atrás y consiguió una victoria festejada.
El 17 era el segundo ante el fuerte Portugal, campeón europeo y de vasta trayectoria en la categoría. El equipo hizo buen partido hasta que una excelente maniobra de Dani le dio el triunfo a los lusos. Otra vez a remar como en tantas ocasiones de los chicos. Debían vencer a Honduras, disminuido por varios expulsados en el 1-7 escandaloso ante Holanda. Ese 20 de abril parecía sencillo cuando Ibagaza abrió a los 6 minutos y Pena aumentó con dos goles. Pero los catrachos achicaron a 3-2 y Diego Crosa, lateral izquierdo de Newell's, se fracturó. Por suerte, Pena marcó su tercer gol y el 4-2 que puso a la Selección en los cuartos de final por primera vez desde 1989.
El fuerte y técnico Camerún, con Geremi y Wome entre otros, esperaba en esa instancia. Pero el 23 Argentina lo superó 2 a 0 con dos hermosos goles de Francisco Guerrero y Coyette. Y dos días después, la vuelta de Biagini fue clave ante el poderoso España de Raúl, De la Peña y Morientes. El delantero marccó la apertura y el cconjunto de Pekerman dio un baile a los españoles con un 3-0 y dos goles lindos de Coyette y Raúl Chaparro para volver a una final luego de 12 años, la última la del 83.
La cumbre era ese 28 al mediodía argentino, un día lluvioso, y el rival se llamaba nada menos Brasil, el mismo que lo había postergado en la final del Sudamericano. El Khalifa Stadium de Doha estaba con 42.000 personas para el superclásico de la CONMEBOL, justo en semejante momento. Los brasileños empezaron algo mejor, pero en una de las primeras acciones albicelestes, a los 26 minutos, una lindísima combinación entre varios derivó en perfecto pase de Coyette que Biagini definió ante el arquero Fabio. Brasil se sintió herido y fue por el empate sin orden, mientras la frialdad y aplomo argentinos llevaban bien el desarrollo. El toque nacional empezó a enloquecer al rival y a los 78 minutos, el zaguero César pegó y fue expulsado. Y a los 86, en un contraataque perfecto, Ibagaza habilitó a Arangio, que hizo un hermoso cambio de frente dejando solo a Guerrero, que esperó la loca salida de Fabio y se la pasó por arriba para el 2-0, un verdadero broche de oro para un enorme campeón. Enorme al punto de que el ya consagrado Pekerman decidió poner al arquero suplente Gastón Pezzuti en lugar del inmenso Irigoytía, para darle la chance a los 18 jugadores.
Y fue realidad. El título, la vuelta olímpica, 16 años después de la de Maradona y compañía en Japón 79. La revancha esperadísima ante Brasil. La emoción de todos, hasta de Diego Crosa, que en el sanatorio Americano de Rosario recibía por TV la dedicatoria de los demás y un llamado del presidente Carlos Menem en vivo. Todo lo cual contrastaba con la tranquilidad del gran capitán Pekerman. Hasta un grupo de gente de Bangladesh enarboló en el cierre del partido una bandera argentina asociándose al festejo.
Argentina emergía de la oscuridad. Sus chicos se valorizaron, fueron tenidos más en cuenta por sus clubes. Desde ya Pekerman tuvo más respaldo y luego conquistó dos Sudamericanos y dos Mundiales más, además de una brillante generación de jóvenes talentos. Pero la de Qatar fue la piedra fundamental, la menos esperada, y la más hermosa, la de campeón del mundo, para relanzar al fútbol argentino a la gloria.
Fuente: Archivo Tribunero.com
Vea el partidazo de los pibes a Brasil para el título:
Pocos recuerdan el panorama desolador en que el Sub 20 estaba. Primero, las inconductas de algunos futbolistas del equipo de Reinaldo Merlo ante Portugal, en el Mundial de ese país en 1991, le acarrearon una suspensión para el torneo siguiente, en 1993 en Australia. Para 1994, la ida de Alfio Basile y Merlo tras el Mundial de Estados Unidos obligó a buscar técnico a la mayor y a los chicos. Daniel Passarella fue el elegido para la grande, y quería que Jorge Griffa, el legendario sabio rosarino, fuera el de la juvenil. La AFA prefirió confiar en un proyecto presentado por José Pekerman, un entonces casi desconocido, ex futbolista y luego director de divisiones inferiores de Argentinos Juniors y de Colo Colo. El nuevo llegado no tenía mucho respaldo, pero trabajó a conciencia como pocas veces se había hecho en el área y condujo al equipo que en enero de 1995 salió segundo de Brasil en el sudamericano de Bolivia y regresó al Mundial tras cuatro años.
Pocos recuerdan también que antes del torneo con sede en Qatar hubo problemas con cesiones de jugadores, como suele ser en Argentina. River no quiso dejar ir a un joven Marcelo Gallardo y Rosario Central a un chico de 17 años muy bueno, Cristian Colusso, ambos con experiencia en Primera. Aún así, Pekerman formó su once alrededor de la base del Sudamericano, con nombres aún incipientes que luego serían consagrados o al menos interesantes: el arquero Irigoytía, Lombardi, Pena, Sorín, Federico Domínguez, Larrosa, Mariano Juan, Ibagaza, Coyette, Guerrero y un futuro crack, el goleador Leonardo Biagini, entonces en Newell's.
El debut en el Grupo C era el 13 de abril en Doha, sede única del certamen, pero en el estadio Suhaim Bin Hamad, ante Holanda. Como de costumbre, fue más complicado de lo previsto, incluso cuando le atajaron un penal al medio de Racing Germán Arangio. Además, Biagini debió irse lesionado. Hasta que en la última jugada el ingresado Andrés Garrone, de Rosario Central, definió un centro atrás y consiguió una victoria festejada.
El 17 era el segundo ante el fuerte Portugal, campeón europeo y de vasta trayectoria en la categoría. El equipo hizo buen partido hasta que una excelente maniobra de Dani le dio el triunfo a los lusos. Otra vez a remar como en tantas ocasiones de los chicos. Debían vencer a Honduras, disminuido por varios expulsados en el 1-7 escandaloso ante Holanda. Ese 20 de abril parecía sencillo cuando Ibagaza abrió a los 6 minutos y Pena aumentó con dos goles. Pero los catrachos achicaron a 3-2 y Diego Crosa, lateral izquierdo de Newell's, se fracturó. Por suerte, Pena marcó su tercer gol y el 4-2 que puso a la Selección en los cuartos de final por primera vez desde 1989.
El fuerte y técnico Camerún, con Geremi y Wome entre otros, esperaba en esa instancia. Pero el 23 Argentina lo superó 2 a 0 con dos hermosos goles de Francisco Guerrero y Coyette. Y dos días después, la vuelta de Biagini fue clave ante el poderoso España de Raúl, De la Peña y Morientes. El delantero marccó la apertura y el cconjunto de Pekerman dio un baile a los españoles con un 3-0 y dos goles lindos de Coyette y Raúl Chaparro para volver a una final luego de 12 años, la última la del 83.
La cumbre era ese 28 al mediodía argentino, un día lluvioso, y el rival se llamaba nada menos Brasil, el mismo que lo había postergado en la final del Sudamericano. El Khalifa Stadium de Doha estaba con 42.000 personas para el superclásico de la CONMEBOL, justo en semejante momento. Los brasileños empezaron algo mejor, pero en una de las primeras acciones albicelestes, a los 26 minutos, una lindísima combinación entre varios derivó en perfecto pase de Coyette que Biagini definió ante el arquero Fabio. Brasil se sintió herido y fue por el empate sin orden, mientras la frialdad y aplomo argentinos llevaban bien el desarrollo. El toque nacional empezó a enloquecer al rival y a los 78 minutos, el zaguero César pegó y fue expulsado. Y a los 86, en un contraataque perfecto, Ibagaza habilitó a Arangio, que hizo un hermoso cambio de frente dejando solo a Guerrero, que esperó la loca salida de Fabio y se la pasó por arriba para el 2-0, un verdadero broche de oro para un enorme campeón. Enorme al punto de que el ya consagrado Pekerman decidió poner al arquero suplente Gastón Pezzuti en lugar del inmenso Irigoytía, para darle la chance a los 18 jugadores.
Y fue realidad. El título, la vuelta olímpica, 16 años después de la de Maradona y compañía en Japón 79. La revancha esperadísima ante Brasil. La emoción de todos, hasta de Diego Crosa, que en el sanatorio Americano de Rosario recibía por TV la dedicatoria de los demás y un llamado del presidente Carlos Menem en vivo. Todo lo cual contrastaba con la tranquilidad del gran capitán Pekerman. Hasta un grupo de gente de Bangladesh enarboló en el cierre del partido una bandera argentina asociándose al festejo.
Argentina emergía de la oscuridad. Sus chicos se valorizaron, fueron tenidos más en cuenta por sus clubes. Desde ya Pekerman tuvo más respaldo y luego conquistó dos Sudamericanos y dos Mundiales más, además de una brillante generación de jóvenes talentos. Pero la de Qatar fue la piedra fundamental, la menos esperada, y la más hermosa, la de campeón del mundo, para relanzar al fútbol argentino a la gloria.
Fuente: Archivo Tribunero.com
Vea el partidazo de los pibes a Brasil para el título:
domingo, 26 de abril de 2020
EL CD YA TIENE CUATRO DÉCADAS
Uno que a veces es reacio a los avances tecnológicos pensaría que elementos como el disco compacto o CD son del siglo XXI. Al menos de los 90. Pero el compact (como se le decía cuando se lo conoció) ya lleva casi cuatro décadas. Fue creado en 1979 por las gigantes compañías Philips y Sony en conjunto, con el lógicco fin de mejorar la calidad de audio de los legendarios discos de vinilo. En 1981 un director de orquesta austríaco, Herbert Von Karajan, los promovió en festivales y así empezaron a ser exitosos, siendo la Sinfonía Alpina de Strauss el primero a la venta. Y en 1982 se produjo la comercialización oficial de las compañías al mundo. Con los años se amplió su uso al video y almacenamiento de datos, fotos, archivos, etc. Claro, como acá se conocieron a fines de los 80 más o menos, nos desayunamos bastante tarde y el CD fue popular recién en los 90. Ccómo olvidar que en 1988 algunas propagandas de álbumes rezaban "Fulano de tal en discos, compactos y cassettes". Después sí, compramos los CD, tiramos o conservamos los cassettes (según nuestra capacidad de nostalgia) y grabamos discos, hasta que con la ultratecnología de hoy se han perdido un poco. Pero siguen formando parte de nuestra vida, una vida que no es tan nuevita, ya es casi antigua.
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