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viernes, 7 de agosto de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: MESA DE NOTICIAS EN TEATRO

Una nublada fría tarde de julio del 85, en plena vacación de invierno de séptimo grado, fui por primera vez a un teatro, creo en la famosa calle Corrientes. Fue con mi abuela y mis amiguitos Mariano y Natalia a ver el glorioso Mesa de Noticias, furor en la TV. Un hermoso decorado y un moderno sistema de luces eran el marco para los geniales personajes. Todo era muy nuevo para mí, pero disfrutaba mucho; recuerdo una escena donde estaban Marcos y Cris Morena. Y mientras Mariano y yo nos reíamos sentados en cómodas butacas, Nati se asustó con unos fuegos artificiales que hubo al final. “Maria, Maria”, llamaba a su hermano aturdida por las explosiones. Cuando salimos, él alababa el gran despliegue de luces y demás... Una tarde espectacular junto al mejor humor.

viernes, 31 de julio de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: KALKITOS

Un pasatiempo típico y singular DE mi inicio de los años 80. Un librito que contenía una plancha con un montón de dibujos para calcar sobre una escena grande, símil de otra que estaba más arriba. Y además traía una historia sobre la misma. Cómo me divertía calcando, a veces me salía todo mal; me acuerdo de uno de autos y otro lindísimo de fútbol. Mi abuela me lo compraba y siempre me sorprendía con uno cuando iba a su casa.

viernes, 24 de julio de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: PAPÁ ME HACE DE BOCA

Hoy las maravillosas historias de niño tienen un día muy especial. Papá Rafael está cumpliendo añitos, no importa cuántos. Y a lo largo de su día estoy regalándole el mejor cumpleaños que puedo. Entre otras cosas, esta sección hoy es para él. Porque yo nací de una madre, pero también de un padre al que amo y amaré. Aquí va en su honor uno de los mejores momentos con él, justo con el fútbol, una de mis pasiones, y justo con mi amado Boca.

Un momento muy grato entre mis gustos fue esa mañana nublada cuando en la puerta de casa mi papá me puso una pequeña y rústica camiseta azul y amarilla y, por indicación suya, empecé a saltar gritando ‘’dale Booo, dale Booo...’’. Así nació mi pasión xeneize.

viernes, 17 de julio de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: REVISTA CRUZADAS

Luego del receso obligadísimo e inolvidable recordando Italia 90 30 años después, volvemos hoy con esta sección de mis historias de niño, que aunque sean propias, sé que a muchos les refleja sus tiempos más felices. Y el regreso es con un recuerdo de aquéllos: la revista de crucigramas Cruzadas, de 1985, mis 12.

La espectacular revista quincenal de ingenio que hizo época. Me la pasaba en mi habitación o en el escritorio de abajo de casa resolviendo crucigramas creativos y divertidos: el autodefinido, el Bestiún (difícil porque había que poner las palabras mal escritas), el Dificilongo, el buenísimo Gran Acomodo (con palabras o números) y otros como Quién es Quién; al lado figuraba el autor y debajo el por qué se le ocurrió proponerlo. Además leía el correo de lectores. Un grande.

viernes, 5 de junio de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: CANTAR EN LA DUCHA

Fue un lindo clásico de mis añitos. De tanto en tanto al principio y luego, a medida que la música la iba conociendo y gustando, más aún. En esas duchas en el baño de la planta de abajo de casa, cantaba los temas de moda de entonces. Por ejemplo, en 1983 Gloria de Umberto Tozzi, en 1984 Union of the Snake de Duran Duran o Forever Young de Alphaville y en 1985 el recordado grupo juvenil Tremendo. Después seguí un par de años en la adolescencia y nada más. Pero cantar en la ducha fue bien una alegría de infancia.

viernes, 29 de mayo de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: EL NOVEDOSO VIDEOCABLE

Toda una novedad en 1983, mis 10, fue el videocable, en ese entonces VCC (video Cable Comunicación). Por ese entonces un lujo para pocos, caro y sólo en algunas zonas, por ejemplo Olivos. Por eso fue una atracciónen la casa de mi madrina Marta, esos fines de semana inolvidables; me gustaba leer las noticias en pantalla que iban bajando y algún canal de deporte zonal con hockey y otras cosas.

viernes, 22 de mayo de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: EN EL SUPERMERCADO NORTE

En esos hermosos días DE 1980, el legendario Norte de la calle Independencia, la principal de mi Carapachay, era un lugar al que yo iba frecuentemente acompañando a mi mamá a hacer las compras. De estos años recuerdo un par de mañanas y tardes de semana paseando por el exquisito stand de perfumería, las góndolas de lácteos y la de las gaseosas, que mostraban un gran colorido puestas una al lado de la otra. También me gustaba ver las cajas y a veces me ponía a charlar con alguna cajera.

viernes, 15 de mayo de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: COMIENZO EN EL JARDÍN MAFALDA

Lo mejor de la primera parte de mi infancia. El jardín a tres cuadras de casa donde ingresé ese 77 tras haber tenido problemas en el del Florida School, colegio al que iban mis hermanos. Además era de Analía y Susana Montal, dos ex alumnas de danzas de mi mamá, lo que me llevó a ese lugar donde fui feliz jugando, trabajando y creciendo sanamente. Todas las mañanas iba acompañado por mi mamá o alguien de mi familia; es casi lo único que rememoro del 77, mi primer año allí.

viernes, 8 de mayo de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: COMIENZO A ESTUDIAR INGLÉS

El hecho más importante de 1984, MIS 11 AÑOS. Por iniciativa de mi mamá comencé a principios de AÑO a aprender inglés, otro idioma por primera vez. Y aunque al comienzo no entendía la necesidad de hacerlo y era reacio, al poco tiempo me apasioné y terminó siendo no sólo un estudio trascendente, sino una hermosa época que dejó agradables y divertidos momentos: las clases con la profesora Clelia en su casa frente a la placita de Carapachay, el libro Sam On Radio, las canciones, las locuras con mis poquitos compañeros (algunos del San Antonio de la primaria) y mi fascinación por el nuevo idioma, tanto que a las dos semanas conocía los números del 1 al 20 que aparecían en el pie de cada página del Sam On Radio. Aunque yo no quería al principio, gracias a mamá comencé una etapa que me enriqueció para siempre mi cultura, como la música o la lectura.

viernes, 1 de mayo de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: KARTING DE MELO


La pista de karting ubicada en Melo y Panamericana se convirtió en otra de las grandes atracciones de mi infancia aquellas mañanas de sábado o domingo, cuando mi papá me llevaba. Inolvidables los lindos kartings metalizados de todos los colores: azul, naranja, amarillo, rojo, verde, puestos uno al lado del otro, con potente motor y sin freno, con los que daba vueltas a un corto circuito. Todo en un lugar muy pintoresco que además contaba con bar (que tenía un cartel grande de Coca Cola, bebida que tomaba allí) y un precioso vivero al lado. Espectacular.

viernes, 24 de abril de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: MAÑANAS EN EL PATIO

Hay historietas de mi dorado libro de la infancia que no son puntuales, pero sí momentos inolvidables. Algunas mañanas de semana estaba en el fondo de casa en Ramón Castro, sentado o paseando, a eso de las 10 y media, y me llamaba la atención el cuadro que se presentaba a mis ojos. Esos días de sol radiante y cielo azulado, seguramente de primavera, miraba la arboleda propia o de las casas vecinas, la escenografía de nuestro precioso patio, escuchaba los pájaros, veía cómo el sol iluminaba todo con su indefendible potencia. De qué hacía yo físicamente, ni recuerdo ni tiene importancia. Pero era tan bello marco que fue una real vivencia más de mi niñez.

viernes, 10 de abril de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: REVISTA HUMI

La revista infantil por excelencia del 83, que superó a las inolvidables Anteojito y Billiken. Derivada de la famosa de interés general Humor, la leí en los últimos meses y era tan interesante que la miraba una y otra vez en la cama de noche o mi pieza. Aunque era de papel casi de diario y de tres colores (blanco, negro y naranja) me divertía con el contenido, juegos, cuentos e historietas como Bespi entre otras muy buenas. Y solía, además, escribirla toda con chistes contra mis compañeros del San Antonio...

viernes, 3 de abril de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: CUANDO QUERÍA SER RELOJERO

A mis ocho añitos, allá por 1981, yo solía ir con mamá Anita a pasear alguna mañana de semana, por ejemplo al glorioso supermercado Norte (actual Carrefour) de avenida Independencia. A la vuelta del Norte, sobre la calle Ituzaingó, había una relojería por donde también pasé muchas veces. Y en su vidriera, bien diagramada, lucían bellísimos relojes despertadores con los más variados diseños y colores, esas bellezas de antes que tanto amo. Entonces me paraba a verlos y de tan extasiado que estaba, un día le dije a mamá que cuando fuera grande quería ser relojero. Quién sabe, me hubiera perdido el periodismo y la música, tal vez hubiera ganado más plata, por ahí me fundía. Genial.

viernes, 27 de marzo de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: PRIMER CUMPLEAÑOS QUE RECUERDO

Los que me conocen y quieren bien saben que el próximo 2 de abril, aparte de ser aniversario de Malvinas, Juan Pablo II y la expectativa por la cuarentena del Covid 19, será mi cumpleaños 47. Entonces, esta bella sección de Así Es La Vida va para ese primer festejito que recuerdo, en 1979 en mi casa de Ramón Castro en Carapachay. Recién comenzaba el colegio primario en aquel Model School de Florida, cuando festejaba mis seis años. Una noche en el living, junto a mis amigos Pablito y Javier, cortaba una preciosa torta decorada con autitos de colores.

viernes, 20 de marzo de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: VIAJE A TRAVÉS DEL TIEMPO

El sensacional juego de mesa fue uno de los regalos que recibí en la Navidad del 85, última de mi infancia. El juego era un recorrido por las distintas edades de la historia sobre un tablero plegable de cartón muy bien ilustrado, con cuatro fichas de colores, un cubilete azul con un dado y tarjetas de paso a la siguiente edad. Con su ficha y tirando el dado, el participante iba avanzando casilleros según el número del dado. Pero además podía avanzar más o retroceder mucho si caía en las casillas que marcaban acontecimientos históricos, por ejemplo 6 para adelante con “Descubrimiento del fuego” o 3 para atrás con “Pozo Negro de la Historia”.
Así llegaba a la zona de pasaje a la próxima era, donde debía caer en esas flechas que llevaban allá, y sacaba una tarjeta que podía conducirlo a la siguiente (Pasaporte a la Historia) o dejarlo en la que estaba (Barrera Cerrada). De esa forma, el que arribaba primero al Año 2000 ganaba. Era fascinante y emotivo, ya que uno podía llevar mucha ventaja y de pronto, no pasar de edad o caer en nada menos que Descenso a la Prehistoria desde la Edad Moderna. Aparte del verano 1986, me divertí con él esos primeros meses ya de adolescencia. Fantástico.

viernes, 6 de marzo de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: MEDIALUNA EN LA DUCHA

Justamente,mi mamá fue un ícono de mi infancia, más allá de su autoridad. Y esta semana de sus 10 años, homenajearla con un recuerdo de esa gloriosa época es un trabajo difícil, porque hizo un montón por y para mí. Pero a la vez es hermoso. Y si tengo que señalar un momento que retrata su amor de madre a niño, es esa mañana de 1981, en una de esas veces que a mis ocho añitos ella me ayudaba y protegía al bañarme, por ejemplo, poniéndome un calzón en los ojos para que el champú no me irritara. Esa mañana fue más espectacular e inolvidable: como no había tomado la leche aún, sabiendo que yo sentía las ayunas de mañana, me trajo una medialuna de las que siempre me compraba y me la dio ahí en la ducha. Si eso no es amor… Una síntesis de mi excelsa mamá Anita.

viernes, 28 de febrero de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: VUELTA DE VERANO AL ATARDECER

El 16 de febrero DE 1985, por la tarde, volvimos de otra paradisíaca vacación en Pinamar a Buenos Aires. Y en la ruta bajamos en un lugar donde tomé un rico helado de chocolate y vainilla parado al lado del auto al aire libre, mientras miraba con nuestro gran amigo Horacio el bellísimo atardecer naranja y comentaba de gruesas nubes blancas que lo cruzaban.

sábado, 22 de febrero de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: BELLEZAS DE MAR DEL PLATA

PLAYA BRISTOL
La famosa y tremendamente concurrida playa marplatense fue el epicentro de aquellos veranos. Allí estábamos con la vieja sombrilla amarilla con lunares, el bidón de bebidas y los gloriosos vasos de colores con número. Yo jugaba a la pelota si había espacio, si no me divertía haciendo ‘’flanes’’ con los vasitos de Coca Cola o algún castillo. Iba al mar, como toda la vida renegando con mis padres; después me cambiaba el short blanquiazul bajo la sombrilla. Desde ya compraba helado, pirulines o probaba suerte en la rueda de barquillos con poco éxito. Otro clásico de esos soleados días era estar en las carpas de lona verde y el edificio a nuestras espaldas. Y al final nos íbamos por esa salida con una rampa de cemento.

PASEO POR LA RAMBLA
Un paseo obligado por la pintoresca avenida cercana al mar que frecuentábamos muchos atardeceres. Allí una tarde un tipo disfrazado de “momia” me levantó en brazos.

PLAZA MITRE
La espectacular plaza de alquiler de rodados en el centro de Mar del Plata. Rodeada de bella arboleda y pasto, tenía estacionados en un cordón los más diversos y fabulosos kartings a pedal, bicicletas simples y en tándem, todos numerados, en los que mucha gente (la mayoría chicos) transitaba un gran espacio de asfalto. Entre ellos yo, que no podía parar de tan divertido que estaba. Un paisaje decorado con el monumento a Mitre y una linda fuente donde pululaban lanchitas a pila. Un lugar hermoso, muy familiar, una gloria de mis primeras felices vacaciones.

EL FARO
Un bellísimo paisaje el del Faro, que recorríamos en auto al igual que los hermosísimos acantilados.

SIERRA DE LOS PADRES
El más bello de mis vacaciones en la Feliz. Un lugar paradisíaco, lleno de naturaleza y con arboleda, donde anduve a caballo con la yegua ‘’Irma’’ rodeado de pinos. Y paseé por una zona que hasta tenía canchas de fútbol.

BICI ACUATICA
Un divertidísimo paseo en un lugar de gran belleza natural. Di varias vueltas en esa bicicleta blanca con forma de cisne por un inmenso lago una mañana nublada. Me acuerdo que la bicicleta doblaba sola, por lo que disfruté mucho más ese día.

EN TORREON DEL MONJE
Otro bonito paseo al histórico monumento al que fui una nublada mañana.



sábado, 15 de febrero de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: PLAYA OLIMPO

La playa de Pinamar que disfruté tantos años, a la que íbamos de mañana y tarde, casi siempre caminando con todo tipo de cosas y algún día en auto. Esos veranos de infancia merecen ser repasados uno a uno.

Ese 1980, mi primer verano en la bella ciudad balnearia, jugaba mucho con el recordado disco de plástico Hang Ten, surcaba las olas con el barrenador, hacía fútbol con la pelota de goma marrón, iba al agua o me deleitaba con los infaltables barquillos, pirulines y demás. Casi las mismas diversiones viví en el 81, donde parábamos en el increíble departamento El Atlántico.

En el 82 seguía con el Hang Ten, el barrenador o el fútbol con la pelota de goma marrón. A eso se sumaron las carreras de F1 playeros en la arena, el “hoyo” (una especie de golf pero con la mano, inventado por mis amigos Horacio y Cecilia) y el tenis con paleta de madera. No quería saber nada del mar, siempre renegaba con mis padres, pero un día me divertí con mi inseparable vecino Darito con unos lagos formados en la arena. También almorcé papas fritas, vi gente jugar vóley, paseé por la playa o el muelle y al atardecer ayudé a juntar almejas, otro clásico. Luego volvíamos a pie (me encantaba) y Nos limpiábamos la arena en la canilla de la cochera de Eolo, la paradisíaca calle de arena de nuestro departamento.

En el 83 leía el famoso diario Clarín y hacía la claringrilla (su singular crucigrama), aparte del barrenador, el fútbol con la pelota de goma, el hoyo, el tenis con paleta de madera y hasta las bombitas de agua. No quería saber nada del mar, siempre renegaba con mis padres. Y admiraba el reloj sumergible de Horacio, que un día me lo mostró en la orilla. También vi vóley, paseé por la playa o el muelle y al atardecer ayudé a juntar almejas. Luego volvíamos a pie (me encantaba) y nos limpiábamos la arena en la canilla de la cochera de Eolo.

En el 84, aparte de esos superclásicos juegos, merendé (recuerdo galletitas Media Tarde), vi a nuesstra perra Samanta haciendo pocitos en la arena, vi gente jugar vóley, paseé por la playa o el muelle y al atardecer ayudé a juntar almejas. Luego volvíamos a pie (me encantaba) y nos limpiábamos la arena en la canilla de la cochera de Eolo.

Y en el 85 seguía viviendo todo ese paraíso intensamente: el diario y a veces la claringrilla, el barrenador, el fútbol, el mar, el vóley, paseo por la playa o el muelle y al atardecer juntar almejas. Luego volvíamos a pie (me encantaba) y nos limpiábamos la arena en la canilla de la cochera de Eolo.

domingo, 9 de febrero de 2020

HISTORIAS DE INFANCIA: PASEOS AL ATARDECER EN PINAMAR

Luego de la playa esos años 80 en Pinamar, el clásico era bañarnos y salir tipo 7 de la tarde al centro caminando. Me encantaba ir por Libertador y ese bellísimo paisaje, las casas, el césped bien cortado con los sapitos de riego y alguna bonita vereda. Y en especial íbamos por las galerías y sus vidrieras, que para mí era a veces aburrido. La más linda era la de Hoy en el Arte, la del piso de cerámica bordó con líneas celestes. Pero también la de los canteritos (Buzios) o la de Sacoa. Me gustaban las veredas y sus mil escaloncitos o subidas. Y volvíamos de noche haciendo a pie todas esas largas cuadras.