Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
viernes, 15 de noviembre de 2019
HISTORIAS DE INFANCIA: TOCAR LA BARRERA DE CARAPA
Era un atardecer algo gris, nublado, quién recuerda si de primavera. Allá por 1977, con cuatro añitos, el mundo se abría a mis ojitos de nene petisito y morochito enrulado. Mi cabecita lo recuerda perfecto. Esa tarde, acompañado por papá Rafael, conocí la barrera amarilla y negra de la estación de mi Carapachay. Y la mano grandota de papá tomó la mía y me hizo tocar la barrera, haciéndome saber otra cosa nueva como tantas que iba incorporando.
!SE REINAUGURÓ LA ESTACIÓN DE CARAPACHAY!
Video: cómo quedó la estación
Otro alegrón que mi Carapachay querido me da. Hoy es un día histórico para nosotros los carapachenses. Después de tanto esperar, de tanta promesa perdida en el tiempo, se reinauguró este viernes a la tarde la estación de tren, el ícono de nuestro amado barrio, casi la Torre Eiffel de Carapa, como lo llamamos con amor. Si habré cruzado con el auto o con mamá Anita he tomado la formación hasta Aristóbulo del Valle (Olivos) y otros destinos. El andén, la avenida Independencia, el paisaje que la rodea, el laberinto (como yo lo llamo) para no cruzar indebidamente. Allí toqué la barrera con mi manito de cuatro años con papá Rafael, allí tomé tantos trenes, por allí crucé tantos días de sol. Lástima que hoy no pude estar en el acto que se hizo alrededor de la media tarde, pero me siento hiperfeliz y orgulloso como cada vecino de mi barrio. Aparte, los comerciantes que venían medio para atrás por la ausencia del tren, que se detenía en Villa Adelina, ahora están chochos de la vida. Felicidades mi gente amada, y sigamos adelante que seremos más.
NOTICIÓN: COLECTIVEROS SIMPÁTICOS
Tantas veces me he descargado, con justa razón, de las actitudes de los choferes de colectivos, sea por su trato o peor, porque me dejan totalmente en offside. Pero es justo también reconocer lo bueno. Así como me encuentro eso, me encuentro conductores de lo más amables, que hasta te saludan mejor que si fueras una dama. Te charlan, te preguntan por vos, te avisan cómo te van a dejar, dónde, te esperan, alguno hasta me cruzó de calle o me dejó con otro chofer si se pasó. Sí, debería ser normal, pero en este tercer milenio donde todos parecemos robots más que seres interrelacionados hay que destacarlo. Más con esta gente, que tiene su comportamiento tan particular. Incluso me están contando que en casos la ley los obliga a ser correctos. Cosa que tampoco debería ser, pero en este país si la ley no te obliga hacés lo que se te canta. Vaya el reconocimiento y mi elogio a los colectiveros simpáticos. En esta Argentina histérica, un real notición.
miércoles, 13 de noviembre de 2019
NO NOS OLVIDAMOS DE ANGOLA
Si ustedes siguieron Así Es La Vida desde el comienzo, recordarán que me ice muy amigo de la jefa de prensa de la Embajada de Angola en la Argentina, la adorable Rosa Mangueira. Luego fui invitado por ella a aquella lujosa, inolvidable fiesta de independencia en 2016. Le compuse un tema, Rosa de Angola, que pueden ver en mi canal DIEGO CANTAUTOR en YouTube. Y aparte, la nación del suroeste de Africa me trae mi primer recuerdo del amado continente negro. En 2018 Rosa partió definitivamente a Luanda, la capital, su residencia. Desde entonces se la extraña un montón, su cariño, su valía humana, cómo se esforzaba para hablar en español, hasta que me pidió que le enseñara. Las personas hermosas, las vivencias bellas no se van con el físico de la gente, quedan archivadas en el disco de nuestra alma. Angola se quedó para siempre en mi vida, antes y después de esos aconteciientos. Por eso, esta semana que festejó el 11 de Noviembre sus 42 añitos de libertad de la colonización portuguesa, no nos olvidamos: felicidades para los angoleños residentes en el país y para todo ese pueblo caluroso como el Africa.
domingo, 10 de noviembre de 2019
MARZÁN, EL MAESTRO DEL PLACER Y LA CULTURA
En una nueva salida a disfrutar la vida que Dios nos regala, tuve el altísimo privilegio de presenciar este sábado por la noche al maestro Mario Marzán, eximio y legendario pianista de dilatada trayectoria en TV, con Gerardo Sofovich y Susana Giménez entre otros. Si bien no es mi estilo de música, es un placer enorme escuchar algo fino, prolijo, serio y a la vez divertido. Como decía Clemente, un cacho de cultura. Un cacho bien grande, porque el maestro me y nos deleitó en el Bar Santa Paula de Florida, el mismo lugar donde un tal Diego Yamus tocó tiempo atrás.
Primero el veterano genio hizo un popurrí de música europea, haciendo un tour imaginario con melodía italiana, española de varias regiones, francesa, alemana, austríaca, polaca con obras de Chopin, la excelente rusa y la bellísima griega. Y luego se mandó unos buenos tangos, invitando a cantantes que subyugaron al mucho público presente en el precioso barcito. Y más tarde, otros intérpretes hicieron canciones de ópera italiana, una exqisitez. Y el cierre a todo dar con la Marcha del Progreso, la de "Febo Asoma", que hizo explotar a la gente. Todo matizado, eso sí, por la charla y la simpatía sin límites del maestro, quien luego me saludó a mi pedido y conocí un tipo de lo más humilde y accesible. Es como digo siempre, primero sé buena persona y después, si tenés tiempo, buen músico. El maestro Marzán nos regaló una noche de puro lujo. Placer, cultura, decencia, simpatía. Maestro en todo.
Primero el veterano genio hizo un popurrí de música europea, haciendo un tour imaginario con melodía italiana, española de varias regiones, francesa, alemana, austríaca, polaca con obras de Chopin, la excelente rusa y la bellísima griega. Y luego se mandó unos buenos tangos, invitando a cantantes que subyugaron al mucho público presente en el precioso barcito. Y más tarde, otros intérpretes hicieron canciones de ópera italiana, una exqisitez. Y el cierre a todo dar con la Marcha del Progreso, la de "Febo Asoma", que hizo explotar a la gente. Todo matizado, eso sí, por la charla y la simpatía sin límites del maestro, quien luego me saludó a mi pedido y conocí un tipo de lo más humilde y accesible. Es como digo siempre, primero sé buena persona y después, si tenés tiempo, buen músico. El maestro Marzán nos regaló una noche de puro lujo. Placer, cultura, decencia, simpatía. Maestro en todo.
sábado, 9 de noviembre de 2019
PIZZA A LA PARRILLA, DELICIA MUNDIAL
Anoche estuve con mucha alegría en una nueva reunión de mis compañeros de la primaria del glorioso eternamente Colegio San Antonio de mi Carapachay. Uno de los chicos, el emblemático tucumano Germán Ruiz, cocinó con ayuda de otros unas espectaculares pizzas hechas en la parrilla, especialidad de mi amigo de entonces, que ya había hecho años atrás en su antigua casa, siempre en Carapa. La pasamos bárbaro, comimos (comí) un montón, postre, baile, cumbia, chicas, genial.
Pero lo que quiero resaltar es la delicia inenarrable que es la pizza a la parrilla, encima con lo que ustedes conocen mi fanatismo por el plato italiano. La tradicional al horno es muy rica, pero queda lejos en comparación con ésta, que recuerdo cuando la conocí por mi familia en la primavera de 1990 y no pude parar. Es que la parrilla, tan argentina con el asado y demás, le da un gusto exquisito, imposible de explicar con palabras, casi parece un tostado bien hecho y no una masa de esas gordotas que es desabrida en casos. Pero además, el fuego (tengo entendido) le quita las grasas y el aceite que haya absorbido en su elaboración en la cocina. Crocante pero no dura, riquísima, aparte justamente por la parrilla cae mucho mejor que la horneada. Si es por mí como cualqier pizza, no hay problema, soy fácil de conformar. Pero si me das a elegir, dame pizza a la parrilla y yo te convido, lector amado, con mucho gusto. Porque a la parrilla, la pizza es mucho gusto.
jueves, 7 de noviembre de 2019
!MIS 10 AÑOS TOCANDO EN VIVO!
Así es la vida, dice el blog. Pasa el tiempo y pasan las cosas. Y tanto pasó que un día como hoy, pero exactamente diez años atrás, yo cantaba por primera vez en público, potenciando esta hermosa pasión que Dios y María me dieron de hacer música, al volcarla a los demás, al vivo. Fue aquel sábado 7 de Noviembre tan agitado, allá en el barrio de Congreso, uno de los típicos de la Ciudad de Buenos Aires o Capital Federal, donde empecé a tocar delante de gente y de paredes que no fueran mi habitación.
Esa primera vez, un espectáculo llamado Entre Amigos, fue, como todas, complicada. A comienzos de 2009 yo decidí sacar mi música y me asocié con gente. Una de ellas fueron las mellizas Gabriela y Alejandra del Coro Armonía de jubilados, que conocía por la parroquia Sagrada Familia de mi Carapachay. Ellas me contactaron con su alumna Sonia, una joven mujer que hacía shows en una salita ahí en Congreso que, al parecer, era de su familia. Me contacté con ella, muy amable entonces me dio la chance y aquella tarde viajé con papá Rafael hasta ese largo destino capitalino con mi guitarra.
Como tantas veces yo estaba complicado esos días, con líos familiares y de salud, una rara gastritis y una laringitis que no se iba nunca a pesar de la medicación. Con varias pastillas encima, sin afinar ni practicar como hago ahora, fuimos en tren y luego en taxi a esa salita improvisada escenario. El show iba a ser a las 20, terminó siendo a las 22.30 pasadas.
Delante de unas 30 personas que casi llenaban el marco, Sonia apareció disfrazada de Gardel para hacer con otro hombre un sketch tanguero, tras lo cual cantó su amigo Jordi, taxista de profesión, con pista y bastante desafinado, y luego vine yo, que hice (como había acordado) cuatro temas de los míos y uno de reserva si la gente pedía.
"Vamos a traer a Diego al escenario", anunció Sonia, y la emoción y los nervios me invadieron cuando alguien me acompañó a una sillita delante de la gente. Con lío en la voz por la humedad del día y no afinar antes, arranqué sólido con Carolina y tuve mi punto más alto y emotivo con Dúo Dinámico de Amor, el emblema por entonces (compuesto en abril). Al llegar a la potente parte de "juntos los dos de Buenos Aires a Bangkok" el público coreó como si lo supiera de toda la vida, hizo palmas y lo cantó con potencia, lo que me sorprendió y puso la piel de gallina. Fue el mejor momento, porque luego hice Ella con errores en las notas y la letra, y tras el cover de Cada vez que Respiras de The Police (versión mía en español) cerré con Mujer Sos Incomparable, redondeando mi primer show de forma brillante según el juicio de todos.
Luego me relajé y sentado al lado de papá y otra gente que me alababa, comí unas empanadas caseras y tuve que tomar agua, ya que el vaso de gaseosa lo vendían ellos mismos a caros por entonces cinco pesos. Así seguí al grupo folklórico Marka, que un salteño y un bholiviano integraban para un excelente dúo que fue claramente lo único que salió de lo amateur. Ellos me felicitaron luego cuando, ya en domingo 8, posamos todos para una foto que nunca me llegó. Melisa, la hija de Sonia, me felicitó: "Me hiciste emocionar, tenés que tener Facebook", alentó. Sonia también me alabó, pero en lugar de darme los 50 pesos prometidos para el viaje de vuelta, me hizo volverme a Carapachay con el divino Jordi y su mujer,quienes cerraron una noche inolvidable. Tal vez no por mi actuación, tal vez no por el discreto marco, menos por la remuneración ni por la gastronomía. Pero fue mi primer recital. El primero, aunque no lo supiera, de tantos y tantos que vinieron después. Sólo por eso, la puedo recordar como una noche inolvidable.
Esa primera vez, un espectáculo llamado Entre Amigos, fue, como todas, complicada. A comienzos de 2009 yo decidí sacar mi música y me asocié con gente. Una de ellas fueron las mellizas Gabriela y Alejandra del Coro Armonía de jubilados, que conocía por la parroquia Sagrada Familia de mi Carapachay. Ellas me contactaron con su alumna Sonia, una joven mujer que hacía shows en una salita ahí en Congreso que, al parecer, era de su familia. Me contacté con ella, muy amable entonces me dio la chance y aquella tarde viajé con papá Rafael hasta ese largo destino capitalino con mi guitarra.
Como tantas veces yo estaba complicado esos días, con líos familiares y de salud, una rara gastritis y una laringitis que no se iba nunca a pesar de la medicación. Con varias pastillas encima, sin afinar ni practicar como hago ahora, fuimos en tren y luego en taxi a esa salita improvisada escenario. El show iba a ser a las 20, terminó siendo a las 22.30 pasadas.
Delante de unas 30 personas que casi llenaban el marco, Sonia apareció disfrazada de Gardel para hacer con otro hombre un sketch tanguero, tras lo cual cantó su amigo Jordi, taxista de profesión, con pista y bastante desafinado, y luego vine yo, que hice (como había acordado) cuatro temas de los míos y uno de reserva si la gente pedía.
"Vamos a traer a Diego al escenario", anunció Sonia, y la emoción y los nervios me invadieron cuando alguien me acompañó a una sillita delante de la gente. Con lío en la voz por la humedad del día y no afinar antes, arranqué sólido con Carolina y tuve mi punto más alto y emotivo con Dúo Dinámico de Amor, el emblema por entonces (compuesto en abril). Al llegar a la potente parte de "juntos los dos de Buenos Aires a Bangkok" el público coreó como si lo supiera de toda la vida, hizo palmas y lo cantó con potencia, lo que me sorprendió y puso la piel de gallina. Fue el mejor momento, porque luego hice Ella con errores en las notas y la letra, y tras el cover de Cada vez que Respiras de The Police (versión mía en español) cerré con Mujer Sos Incomparable, redondeando mi primer show de forma brillante según el juicio de todos.
Luego me relajé y sentado al lado de papá y otra gente que me alababa, comí unas empanadas caseras y tuve que tomar agua, ya que el vaso de gaseosa lo vendían ellos mismos a caros por entonces cinco pesos. Así seguí al grupo folklórico Marka, que un salteño y un bholiviano integraban para un excelente dúo que fue claramente lo único que salió de lo amateur. Ellos me felicitaron luego cuando, ya en domingo 8, posamos todos para una foto que nunca me llegó. Melisa, la hija de Sonia, me felicitó: "Me hiciste emocionar, tenés que tener Facebook", alentó. Sonia también me alabó, pero en lugar de darme los 50 pesos prometidos para el viaje de vuelta, me hizo volverme a Carapachay con el divino Jordi y su mujer,quienes cerraron una noche inolvidable. Tal vez no por mi actuación, tal vez no por el discreto marco, menos por la remuneración ni por la gastronomía. Pero fue mi primer recital. El primero, aunque no lo supiera, de tantos y tantos que vinieron después. Sólo por eso, la puedo recordar como una noche inolvidable.
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