Volvía de la playa una hermosa tarde de sol radiante y cielo azul sin una sola nube. Como siempre me sacudí la arena de las ojotas, subí al departamento y me senté en el balcón. No pasaron 5 minutos cuando por arte de magia el cielo se oscureció, empezaron los truenos y SE LARGO A LLOVER. Sí, CINCO MINUTOS DESPUES DE UNA TARDE DE PLENO SOL. Si me la cree, bárbaro; si no, ya mismo puede apagar el equipo...
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