Curioseando la web en uno de mis ratos libres este domingo, antes de hacer periodismo para Tribunero.com, me puse a ver la biografía de Roxette, el espectacular, extraordinario dúo sueco de música pop-rock, uno de mis favoritos y, por qué no, de mis influencias como músico. Y me encuentro que su vocalista, la inigualable Marie Fredriksson, que tanto nos enamoró con esa voz única en inglés, no sólo canta como solista, en paralelo a su dúo con Per Gessle, sino que lo hace en su idioma natal. Comenzó a mediados de los 80 y en mi modesta opinión, es tan pero tan buena que no importa que no entendamos el sueco. La misma voz, carisma, dulzura, fuerza, todo, aunque sea en un lenguaje poco familiar. Sí, la buena música existe. Y, además, es el idioma universal en serio.
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