No es el título de una novela infantil, sino lo que nos pasó a mí, mi abuela, su amiga Margarita García y mi abuelo en el gran Pinamar 91. Fuimos a caminar un atardecer por los paradisíacos bosques de eucalipto y agarramos para cualquier lado, con lo que NOS PERDIMOS y estuvimos un buen rato para encontrar el camino. Mi abuelo puteaba a los cuatro vientos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario