viernes, 21 de diciembre de 2018

MIS BODAS DE PLATA CON MI AMOR EL PERIODISMO


La foto del 21 de diciembre de 1993: con Guillermo Blanco y papá minutos después de ser periodista

Claro que es el amor de mi vida, lo que siempre soñé de niño. Por eso es correcto decir que este 21 de diciembre estoy cumpliendo 25 años con el periodismo, bodas de plata, desde aquella gloriosa noche de 1993 cuando recibí de manos del gran Guillermo Blanco, entonces director de mi amada escuela TEA, el diploma que representó y representa el título más grande de mi vida, allá en el majestuoso auditorio de ATE.

Sí, ya son 25 años, un cuarto de siglo. Nada más ni nada menos. No lo hubiera predicho cuando aquell 1991 en que primero no conseguía ni remotamente lugar donde estudiar mi sueño. Y luego, cuando entré en la institución de la Ciudad de Buenos Aires llegaba con muchas dudas, POR EL NUEVO AMBIENTE, POR MIS 18 AÑITOS SALIDOS DEL HORNO DEL SECUNDARIO. Y después, cuando me gradué, no tenía ni remotamente dónde trabajar. Recién en 1995 me inicié en FM Instituto de Vicente López, pero en 2000 debí cortar por varios líos en otros medios. Hasta que en 2013, hace cinco años, regresé y hoy estoy orgulloso de ser y ejercer de periodista.

Pero nunca me olvidé mi origen. Mi casa que me vio nacer. MI amada TEA. Y esa noche de calorcito y estrellas perfecta, esa noche de verano, en que fui periodista para toda la vida. Por eso gracias a todos ellos y a Dios que me los puso en mi camino. Porque por ellos soy periodista. Y, nada menos, hace 25 benditos años. Sí, llevo bodas de plata con mi amor.


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