Es cierto que la vida es hiperdinámica, no son todos los días iguales. Que muchas veces no se tiene tiempo más que para lo necesario. Pero, recordando lo que un día de sol leía en mi libro de tercer grado, sugiero humildemente cómo se puede distribuir las 24 horas del día lo mejor posible.
Según publicaba el libraco de 1981, se nos proponía a los niños dividir el día en tres segmentos de ocho oras cada uno. Ocho para estudiar y demás obligaciones colegiales, ocho para de todo un poco, léase jugar, comer, viajar, y ocho para descansar. Mäs o menos así, siempre y cuando se pueda, es lo que me sugieren a mí y que yo también pienso para ustedes. Se puede hacer flexible,cada segmento no tiene por qué durar 8 horas, 0 minuto y 0 segundo. Pero tampoco dormir una hora, trabajar 13 y lo demás 10. Más o menos una vida pareja, ordenada. Sé que pido mucho, en esta sociedad agitada. Bueno, como sea, cada uno ya sabe cómo es el modelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario